Teatinos, capital del comercio y la vida de barrio
Oviedo
Más de 15.000 habitantes animan una zona de Oviedo que ha crecido con la llega del hospital y que cuenta con uno de los principales reclamos culturales y turísticos del concejo: Santullano
30 Oct 2019. Actualizado a las 13:04 h.
Siempre ha sido un barrio capaz de cuidar de sí mismo y preocupado por los suyos. Y lo sigue siendo a pesar del crecimiento y los cambios que ha experimentado en los últimos años. Porque a los vecinos de Teatinos les gusta comprar directamente de los pequeños comerciantes de la zona, disfrutar en los negocios de hostelería cercanos y acoger a quienes se acercan a disfrutar de algunos de los reclamos culturales más importantes del concejo. Como la iglesia de Santullano, una joya del Prerrománico que se encuentra dentro de sus límites y atrae turistas a lo largo de todo el año. Esa forma de vivir, apoyados en lo cercano, convierte a Teatinos en todo un referente del comercio de proximidad y la vida de barrio. Y también de la movilización ciudadana. Una herramienta que utilizan con éxito para reclamar, por ejemplo, más personal para el centro de salud o mejores atenciones para los monumentos del barrio.
«Esta tienda lleva aquí más de 60 años», comenta María Suco desde detrás del mostrador de una de los negocios con más solera de la zona. Unos ultramarinos en los que la fruta y los productos gourmet ocupan la mayor parte del espacio de exposición y del escaparate que da a uno de los extremos de la calle Joaquín Costa, junto a la plaza de Las Palomas. «La gente es muy cercana y el pequeño comercio se mueve mucho», cuenta la dependienta. Ella vive en La Corredoria y señala que mientras en su barrio los supermercados acaparan la mayor parte de las compras, en Teatinos la situación es bien distinta. Los clientes, algunos de ellos de tercera generación, «nos dicen que mientras haya este tipo de tiendas seguirán viniendo». En el local, añade María Suco, paran también turistas atraídos por la iglesia de San Julián de Los Prados, conocida como Santullano, que se paran a preguntar por el camino más corto de vuelta al centro.
Frente a este establecimiento, uno de los locales que mejor representa la memoria comercial de la zona, se encuentra una panadería que acaba de abrir y que disfruta también del apoyo de los vecinos a las compras de proximidad. «Se nota mucho movimiento y la cosa va muy bien», cuenta Pilar Arrebola en un momento en el que la menor afluencia de clientes le permite charlar mientras adecenta el local. «Fuimos muy bien recibidos, la gente nos decía que ya hacía falta una panadería», detalla la trabajadora para resumir la tendencia del barrio a comprar en pequeños negocios especializados.
Pilar Arrebola, además, es vecina de Teatinos y destaca que la hostelería también se da muy bien en el barrio. La concentración de bares, sidrerías y restaurantes ha generado un ambiente muy movido que atrae mucha gente de otras zonas e incluso de fuera de Oviedo. «Ahora en verano todas las terrazas están llenas», comenta. El resto del año la actividad también es muy alta, convirtiendo la gastronomía en una de las piezas centrales del barrio.
Pero desde fuera no solo llega gente para comer y beber. El barrio cuenta con un centro comercial en el que se encuentra el único cine en funcionamiento de Oviedo, lo que genera una gran cantidad de visitas, sobre todo los fines de semana. Y la gran superficie tiene un amplio aparcamiento que facilita las visitas. Muchas personas lo utilizan incluso para dejar su vehículo y subir después en transporte público o caminando al centro de Oviedo.
Entre los usuarios de esas plazas hay muchos estudiantes, que acuden al centro de estudios situado frente al centro comercial. Durante todo el curso, en especial en la época de exámenes u oposiciones, es uno de los espacios más demandados del concejo. Mientras se toman un descanso a la puerta, algunos usuarios apuntan que muchos aprovechan la cercanía del gimnasio que se encuentra en la gran superficie para combinar estudios y deporte y pasar así el día en el barrio.
El espacio dedicado a la actividad deportiva, de hecho, es uno de los responsables del resurgir que ha tenido el centro comercial, en el que van disminuyendo los locales cerrados. «Se ha notado un repunte», comenta Blanca Valcarce mientras pasea con su mascota por el jardín interior de la colonia Ceano, uno de los edificios de viviendas más antiguos de la zona. Lleva 20 años viviendo en la calle Bermúdez de Castro y señala el claro contraste con los bloques de pisos de nueva construcción, levantados sobre todo junto al HUCA por el tirón que provocó la mudanza del hospital desde El Cristo hace un lustro. La Colonia Ceano una construcción de poca altura y muchas zonas verdes es parte de la memoria del barrio. Sin emargo, sufre deficiencias de mantenimiento que se manifiestan, por ejemplo, en forma de pintadas.
Estas viviendas se encuentran, además, en un lugar que tuvo una gran importancia para Teatinos y para todo Oviedo. El Real Oviedo jugó en 1927 su primera temporada oficial. Lo hizo en el campo de fútbol situado en esa zona y que abandonó cinco años más tarde para mudarse a Buenavista.
Y el barrio tiene atractivos mucho más antiguos. Como el monumento Prerrománico de Santullano, en cuyo parque se dan cita ocio y cultura. En los días de buen tiempo, de hecho, es uno de los lugares más utilizados del concejo para tomar el sol. Rocío Santos y Mercedes Mayo son asiduas, incluso en los días nublados. Por eso piden más bancos como el que utilizan para sentarse a charlar un rato. «Llevo aquí 44 años y esto ha cambiado mucho», dice la primera señalando lo mucho que ha crecido un barrio. Una expansión con la que ha alcanzado a La Corredoria, suturando a base de viviendas el tramo de praos que separó ambas zonas durante años. «Siempre ha sido muy buen barrio y ahora se nota más vida, el hospital trajo mucho movimiento», remata Mercedes Mayo. Señala de esta forma el complejo hospitalario como uno de los impulsores del crecimiento de Teatinos.
Esta parte del concejo, del mismo modo, no solo es un referente por su comercio de proximidad. Los vecinos que apoyan a los negocios locales también se unen para reivindicar mejoras. En estos momentos, por ejemplo, tienen en la restauración de la capilla de La Cadellada, junto al HUCA, una de sus principales caballos de batalla. La asociación de vecinos Paulino Vicente lleva años pidiendo la restauración del monumento. Y está a punto de conseguirlo. Solo falta que el Ayuntamiento de Oviedo otorgue licencia al proyecto que ya está elaborado y adjudicado. Para ello presionan desde Teatinos, un barrio capaz de cuidar de lo suyo y de los suyos. Y siempre dispuesto a compartir su gastronomía y sus activos culturales con quienes deseen acercarse al barrio.