La Voz de Asturias

La herencia envenenada del gabinismo

Oviedo

Luis Fernández Oviedo

El Calatrava, el penúltimo pufo del exalcalde de Oviedo, marca un ejercicio en el que el 'caso Enredadera' salpica al jefe de la Policía Local de la capital del Principado

15 Feb 2019. Actualizado a las 20:18 h.

El caso Enreda­dera no es el úni­co enredo que ha afectado a Ovie­do durante 2018. La última trama corrupta españo­la ha tenido sus ramificaciones en la ca­pital del Principado debido a un contrato con los semáforos de la ciudad, pero lo que realmente ha alterado el ritmo del concejo ha sido, una vez más, la heren­cia de Gabino de Lorenzo, exalcalde la ciudad. El Calatrava -con una sentencia que obliga al ayuntamiento al pago de 20 millones- ha sido el penúltimo pufo que ha dejado el exregidor, una cifra que ha vuelto a lastrar las cuentas municipa­les. El año también ha estado marcado por las discrepancias públicas entre dos de los tres socios del tripartito -Somos y PSOE-, mientras que IU ha optado por una papel más neutral. Además, la ciudad mantiene abiertos varios pro­yectos que, de consumarse, supondrán un cambio. Entre ellos destaca el Viejo HUCA, Bulevar de Santuyano, Ronda Norte, Fábrica de Armas de La Vega y el Plan del Parque San Francisco.

La noticia más destaca del año se co­noció en el mes de febrero. Al igual que ocurriera en 2017 con Villa Magdalena, una sentencia del Tribunal Supremo confirmaba que el ayuntamiento tendría que pagar 20 millones de euros, en este caso a Jovellanos XXI, por la liquidación del contrato de explotación del Palacio de Congresos ovetense, obra de San­tiago Calatrava.

Esa cantidad se suma al resto de pu­fos heredados de la época del PP en la alcaldía. Según el tripartito, el lastre de esa época ya le ha costado a Oviedo más de 70 millones: planes de Empleo (1,8 millones), Villa Magdalena (35 millo­nes), Rodríguez Cabezas (2,6 millones), Loma del canto (500.000 euros), cola­boraciones sociales (más de 3 millones), auditorio (1 millón), reforma de la Losa (2 millones), estructura Carlos Tartiere (2 millones) y Calatrava (20 millones).

El pago de estas cantidades ha obliga­do al equipo de gobierno a alterar sus actuaciones. Se ha resentido especial­mente el capítulo de inversiones, ya que esta limitación económica, unida a la falta de personal municipal -con el re­traso que ello supone en la tramitación administrativa- ha condicionado toda la política municipal. Con todo, el tripartito ha batido en 2018 su récord histórico en gasto social. En 2019 volverá a hacerlo.

Registro del ayuntamiento

El otro asunto que ha marcado 2018 en la capital del Principado ha sido el regis­tro del consistorio por parte de agentes de la Unidad de Delincuencia Econó­mica y Fiscal (UDEF) dentro del marco de la Operación Enredadera, la trama corrupta que afecta a decenas de ayun­tamientos en toda España.

La red de corrupción manipulaba los datos de tráfico y siniestralidad para jus­tificar la colocación de radares donde no hacían falta, con finalidad puramente recaudatoria. Por este motivo, José Ma­nuel López, Jefe de la Policía Local de Oviedo, fue cesado. El caso acabó en los tribunales.

Discrepancias en el tripartito

En el plano político, el año ha transcu­rrido sin grandes sobresaltos, aunque con el debilitamiento, al menos pública­mente, de las relaciones entre Somos y PSOE, dos de los tres socios del tripar­tito.

Las dos formaciones asumen que las discrepancias son lógicas en dos par­tidos con puntos de vista diferentes. A pesar de ello, repiten continuamente que es mucho más lo que les une que lo que les separa y se muestran partidarios a repetir alianza en el caso de obtener la mayoría en las elecciones.

Restos de Franco

Por último, la ciudad ha copado titulares nacionales debido a un polémico tema. Ante el inicio de los trámites para exhu­mar los restos de Franco del Valle de los Caídos, la Hermandad de Defensores de Oviedo ofreció su panteón para aco­ger los restos del dictador. Además, se ha sabido que su familia tiene un nicho en la Basílica de San Juan el Real. Por el momento, parece que sus descendien­tes no se han decantado por ninguna de estas opciones. ·


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