Nuevo golpe al sector ovetense de las librerías: Ayala echa el cierre
Oviedo
Tras más de setenta años de historia, el local, también quiosco, finaliza su actividad por baja rentabilidad
01 Nov 2018. Actualizado a las 05:00 h.
Eran las once y media de la mañana cuando Lucía González atendía a sus últimos clientes. Después de cinco años regentando la clásica Librería Ayala, situada en la calle Matemático Pedrayes, ayer a las dos del mediodía la actual librera echaba el cierre definitivamente. En el escaparate exterior hace más de una semana que un cartel amarillo fosforito avisa del final del local tras más de 70 años de negocio. Aunque no se sabe si será para siempre.
«Cierro por baja rentabilidad», explica González. Internet, las grandes superficies y encontrarse situada en una zona envejecida han sido los principales enemigos de este negocio que tantos ovetenses y vecinos del centro recuerdan con cariño. La drástica decisión, que dice no haber sido fácil, es fruto de varios meses de indecisión. Antes de Lucía, el local, también quiosco, había estado en manos de su marido. Ahora asegura que no sabe qué va a pasar con él. «El bajo no es mío, solo sé que por el momento permanecerá cerrado», asegura.
Esta clásica librería ovetense no es la primera en echar el cierre durante estos últimos años. Hace ya más de uno que la histórica librería Ojanguren anunciaba su cierre, aunque aún resiste en pie tras más de 160 años, abriendo de vez en cuando para tratar de deshacerse de su gran stock cultural. La misma suerte ha tenido la librería Santa Teresa que, tras cerrar por jubilación en la calle Pelayo en 2014, volvió a abrir sus puertas un año después en la calle Covadonga. La falta de rentabilidad les obligó a echar el cierre el pasado abril.
Por el contrario, los nuevos modelos de librería son los que se están instalando en las ciudades en estos últimos años. Franquicias como La Casa del Libro, situada en la calle Palacio Valdés, o librerías de segunda mano como Re-Read, en la avenida Galicia, cogen fuerza y captan cada día más clientes, destronando a las históricas librerías de barrio.