El Arca Santa regresa a casa
Oviedo
La caja que guardaba las principales reliquias de la Catedral de Oviedo recupera su brillo y se exhibe en la Cámara Santa
07 Sep 2017. Actualizado a las 07:25 h.
El Arca Santa, la caja que guardaba las principales reliquias de la Catedral de Oviedo, incluido el Santo Sudario, ha recuperado todo su brillo y ya se exhibe en la Cámara Santa del templo asturiano tras la mayor restauración acometida en su historia.
El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, y el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, han presidido el acto de presentación de la obra de restauración del Arca Santa y su reposición en la Cámara Santa.
Sanz y Alonso han alabado el trabajo de restauración llevado a cabo por un equipo multidisciplinar dirigido por la autora del proyecto, la restauradora del Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), Paz Navarro, y han resaltado la colaboración del Cabildo con los gobiernos central y autonómico para llevar cabo los trabajos de esta obra.
Navarro, una de las mayores especialistas internacionales en orfebrería, ha destacado que para realizar el trabajo ha habido que desmontar el Arca con el fin de reforzar su estructura que era «débil».
Se ha podido analizar en profundidad tanto los materiales en que está construida como las técnicas utilizadas para su ornamentación además de eliminar las deformaciones que ha sufrido la plata que la rodea al acoplarse con la madera en la que está construida.
Los estudios han determinado que dicha madera se vio afectada por un ataque de carcoma en algún momento de su historia pero que dicha infección ya ha desaparecido y la restauración ha permitido además reincorporar a la estructura original algunos pequeños fragmentos de plata que se desprendieron tras la voladura de la Cámara Santa y que se conservaban en el Museo Arqueológico de Asturias.
La cubierta de plata que envuelve el arca de madera original -mandada construir según la tradición por el rey Alfonso VI en 1075 cuando el arca fue trasladada a Oviedo- presentaba hasta ahora, una sulfuración muy intensa.
La restauradora ha indicado que el grado de óxido del Arca era tan grande, prácticamente de color negro debido al sulfuro, que, por ejemplo, impedía distinguir que había plata y plata dorada en las vestimentas de los personajes representados en las escenas que contiene la caja, como una representación de los apóstoles flanqueando a Jesucristo junto a escenas diversas de su vida en los costados y de la Pasión en el Gólgota en la tapa.
La «mayor dificultad» encontrada en las labores de restauración fue la intervención en el Pantocrator que se añadió en 1931, obra del joyero Félix Bascarán, tras el que se descubrieron varias piezas originales de plata, ha apuntado la orfebre.
También ha desvelado que en estos trabajos de recuperación del Arca se han hallado ocho monedas y una cruz de peregrino en la cubierta de la caja.
Ha destacado también los estudios interdisciplinares previos al inicio de los trabajos sobre una pieza, datada entre los siglos XI y XII.
El Arca data de la segunda mitad del siglo XI, en concreto de la época de Alfonso VI de León (hacia 1075), aunque otro estudios la sitúan cerca de 1120 y la leyenda sobre sus orígenes afirma que proviene de una antigua caja de madera -de cedro- que contenía, en Jerusalén, reliquias de Jesús y de María.
Las posteriores invasiones de Tierra Santa habrían obligado a trasladarla inicialmente a Alejandría para llegar luego a España a través de Cartagena y posteriormente a Sevilla y Toledo, donde se habría construido una nueva caja para sustituir a la original.
Empujada por la invasión musulmana, el Arca habría sido ocultada durante 80 años en la cueva de Santo Toribio, en el monte Monsacro, antes de ser trasladada hasta Oviedo por Alfonso II El Casto.