La Voz de Asturias

Ir a la moda en la política

Opinión

Juan Miguel Fernández
Borja Sémper y Yolanda Díaz, en una imagen de archivo

18 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.

Un paseo otoñal por cualquier población asturiana ofrece curiosidades del paisanaje local, siempre y cuando se preste una mínima atención y no se esté pendiente de lo que te indique el móvil, que suele ser lo más habitual. 

Podemos ver personas mayores, es lo que más abunda en Asturias, que deambulan sin destino, solo pasean. Hay personas de mediana edad que van y vienen, siempre apuradas, a sus quehaceres cotidianos. Niños no se ven, están recluidos en los colegios. Una mujer joven reclama nuestra atención, viste al último grito con colores llamativos en ropa de marca, además se diría que acaba de peinarse y maquillarse, camina rauda al sonoro ritmo de zapatos de tacón y porta un maletín de dimensiones considerables. Por saciar la curiosidad llegamos a saber que la persona en cuestión es la concejala de Hacienda del ayuntamiento. Nada que objetar, simplemente resulta chocante que quienes actualmente marcan los cánones de la moda sean los que se dedican a la política. 

En tiempos ya remotos la moda en el vestir se decidía en las cortes de Versalles o Aranjuez, cuando la corte era un submundo dentro del mundo. Mucho más reciente existían unas clases sociales y ciertas personalidades notables que se esmeraban en la apariencia. Los médicos, entonces exclusivamente hombres, no apeaban el traje y la corbata aunque estuviese bajo una impecable bata blanca. Profesores de instituto o universidad hacían lo mismo aunque sus sueldos les obligasen a repetir el traje en demasía. También los camareros de los cafés iban de chaquetilla blanca. 

En una consulta médica de hoy es fácil hallarnos a una muchacha que viste de tejano o a un caballero con camiseta, coleta al pelo o barba sin cuidar. Nuestras universidades cuentan con destacados docentes con aspecto más desaliñado que el alumnado, sin que con ello pierdan para nada su excelencia. 

Hoy si queremos saber que ropa es apropiada para un evento que se nos avecine lo aconsejable es prestar atención a las Cortes Generales o al Plenario del Ayuntamiento.  Sus señorías no pierden la compostura ni ante el Tribunal que los está juzgando. Los señores Feijoo y Sánchez pueden intercambiarse sus trajes, además de sus discursos, y nada sorprendería. La vice Yolanda, que no es precisamente agraciada en su físico, gracias a sus destacadas indumentarias, parece hasta guapa. Y siempre nos quedará el deseo de descubrir los armarios de Ayuso, quien, además de otras cualidades, es un maniquí andante, hasta lleva cara de porcelana. 

En el fondo, ya sabíamos que los políticos cada vez están más distanciados de los administrados, y también en las formas. 


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