La Voz de Asturias

DJ Grand, lo mejor de este San Mateo

Opinión

Álvaro Boro

19 Sep 2024. Actualizado a las 17:16 h.

Deambulando por el Antiguo uno se encuentra con zonas desiertas y otras abarrotadas. Son las dos caras de este San Mateo donde la movida se concentra en zonas específicas dejando otras al desamparo. Ese cogollín que, aunque digamos que lo odiamos, nos gusta tanto a los de Oviedo. Ese ser capaz de con un solo golpe de vista ver en la barra o en las mesas a varios conocidos: «Ten a los amigos cerca, pero al enemigo en la faja». No estaría mal dar utilidad a plazas como la Corrada del Obispo o el Paraguas.

Veo bien tanta mesa y tanta silla para las casetas del Campo, pero no acabo de entenderlo en los pseudochiringuitos de Porlier. Hay quienes con una caña se quedan ahí arronchando horas y horas. ¡Vamos, hombre! Esto son unas fiestas y aquí se viene a darlo todo y a joder el parné, para estar como monjitas que se queden en casa y no ocupan sitio. Aun así, este miércoles que se vino más animado que el resto de semana, los hay que entre pata de mesa y pata de silla se sueltan a bailar y dan un poco de color a la noche.

Mientras Taburete deleitaba a su público cautivo, que hacen que llenen allá dónde vayan, en la plaza de la Catedral sucedió la epifanía de este San Mateo, es muy difícil que suceda algo que supere a lo allí visto: descubrí a Pablo Díaz Granda, DJ Grand. Pablo es un chaval de Aller que además de poner música es un auténtico showman. Se cambia mil veces de atuendo, baila, anima y hace que uno se lo pase bien. A primera vista, uno no sabe bien qué está presenciando, pero cuando quieres darte cuenta ya estás moviéndote al ritmo de su música.

«Una mezcla entre Leonardo Dantes y Freddie Mercury, pero de al lado de Moreda», me dice un amigo que lo conoce. La misma localización que hace años congregaba a cientos de personas al pie de un escenario, ayer languidecía al sopor de la cerveza y el bocata de rigor. Pero fue llegar DJ Grand y la peña se animó, en poco tiempo logró que más de un centenar de personas le siguieran al ritmo «Levantando las manos / Moviendo la cintura / Con movimiento sexy, ¡uh! / Es el ritmo nuevo que traigo para ti». Y aquí se ve la importancia de un grupo musical, de un artista, de un espectáculo en directo y no sólo un hilo musical con temas, más o menos, del momento. Servirá de poco, pero pido al Ayuntamiento que este tipo tenga siempre un escenario disponible en todos los Sanmateos.

 

 


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