De San Xuan a San Mateo, Asturias vive el verano
Opinión
13 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.
La de San Xuan es la noche más mágica del año. Es el momento de pasar página, de quemar en la hoguera todo lo malo y de pedir con ilusión y esperanza los deseos para los siguientes meses. Pero más allá de la mística y la tradición, es el comienzo del verano y, con él, de las semanas más desenfadas y festivas del curso. Los días son más largos, las vacaciones invitan a la relajación y Asturias se viste con sus mejores galas para ofrecer un sinfín de actividades con las que amenizar el periodo estival. De occidente a oriente y de norte a sur, son contados los pueblos de la región que no celebran sus fiestas durante estos meses. Gijón especialmente, pero también Oviedo o Avilés tienen actividades multitudinarias durante julio, agosto y septiembre a los que se suma el ramillete de fiestas de interés turístico —regional, nacional o internacional— repartidas por toda la comunidad o las que, aunque menos conocidas, arrastran a miles de fieles cada año en la misma fecha. Junto a ellas se consolidan los festivales, que han sabido ganar su espacio y convertirse en auténticos referentes que atraen a miles de personas, y los diferentes tipos de turismo han ido asentándose poco a poco. Los turistas llegan al Principado, en avión; este año, por fin, lo harán también en AVE, y cada vez es más frecuente ver autocaravanas por las carreteras y lugares habilitados para su estacionamiento en el Principado.
Asturias está de moda y así lo evidencia cada nuevo dato turístico, que confirma que la región se ha convertido en uno de los destinos favoritos del resto de españoles y, cada vez más, también de los extranjeros. Su naturaleza de playa y de montaña y su gastronomía son los atractivos clásicos que eran populares en toda España, pero a ellos se ha sumado en los últimos tiempos el conocido como refugio climático. La emergencia climática no tiene ni un solo aspecto positivo y exige el convencimiento y la decisión de unas administraciones que deben tomar medidas para frenar un fenómeno que ya tiene consecuencias irreparables. Asturias no es ajena a esta realidad y aunque también sufre los rigores de este cambio, comparativamente está en mejor situación que el resto de comunidades. El horno en el que se convierte el resto de la península ibérica tiene su excepción en el Cantábrico, y esa es una realidad que está sabiendo aprovechar para sumar un nuevo reclamo.
En este contexto, el Descenso del Sella volverá a marcar uno de los puntos de inflexión del periodo estival, esta vez con uno de los pregoneros más carismáticos de la región, Víctor Manuel. El Sella no solo es una prueba deportiva, sino que también es una celebración multitudinaria con desfiles, música y un ambiente festivo que contagia a toda la región.
Naturaleza
Un verano más, las playas de la región volverán a llenarse de visitantes y las montañas, con Picos de Europa como referente, verán como sigue aumentando el número de amantes de la naturaleza que quieren conocer o volver a deleitarse con esta joya natural. Además, para disfrutar de actividades al aire libre, Corvera inaugura PACO, el primer parque acuático del Principado, un complejo que ha generado expectativas muy altas y que aspira a dinamizar la rica oferta que ofrece la zona centro de la comunidad.
Y, para cuando la climatología no permita las actividades al aire libre, los museos son una opción al alcance de cualquiera que quiera disfrutar con su variedad y riqueza. Arte, arqueología, tradición, industria… las opciones son amplias y diversas.
Asturias es cuna de una rica herencia histórica y artística que puede disfrutarse, por ejemplo, en Oviedo, con su catedral gótica y su casco antiguo; o en Gijón, con sus termas romanas y su bullicioso puerto deportivo. Otra visita imprescindible es el prerrománico asturiano, con joyas arquitectónicas como Santa María del Naranco o San Miguel de Lillo, que suponen una muestra única del arte y la historia de la región.
A todos estos encantos que ofrece Asturias en verano, se suman otras dos virtudes que los turistas suelen destacar de sus visitas a lo largo de todo el año. Por un lado, el carácter cercano de los asturianos, que por lo general se muestran dispuestos a facilitar la estancia y a integrar, aunque sea entre chascarrillos, a los foriatos. Por otro, una de las más importantes, su rica gastronomía. La fabada es el orgullo patrio y el cachopo el plato de moda, pero junto a ellos otros platos como el pote, los tortos o postres como el arroz con leche o los frixuelos compiten por ser el favorito de los comensales. Y todo ello, como no, regado con sidra, la bebida patria de una tierra que presume tanto de la calidad del producto como de la cultura que la rodea. Especialmente del escanciado, una seña de identidad que la convierte en única en el mundo.
Todo comenzó hace unas semanas con San Xuan y acabará con San Mateo, en septiembre, en Oviedo. Por el medio, Asturias volverá a vibrar con un verano del que ya no solo nos aprovechamos los asturianos, sino que cada año disfrutan más personas.