La Voz de Asturias

Todos los VESU son pocos

Opinión

Álvaro Boro
Uno de los conciertos celebrado en ediciones anteriores de VESUUno de los conciertos celebrado en ediciones anteriores de VESU

27 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.

La gente vivió y disfrutó este VESU (Vetusta Suena) como si fuera el último, porque viendo los recortes que está aplicando el Ayuntamiento de Oviedo en Cultura uno nunca sabe a qué atenerse después de cada evento en el que este área tenga algo que ver. Bueno, menos en el caso de la ópera, la lírica y la música clásica que tienen asegurado su futuro y su financiación, faltaría más en una ciudad señorial. «La ópera en Oviedo y los toros en Gijón», que dijo Canteli.

El festival Vetusta Suena lleva años dando la bienvenida al verano ovetense, pero en esta edición de 2024, la quinta, se vio privado de su recinto de referencia, la Fábrica de Armas, y tuvo que buscar nuevos espacios. Amplió sus límites fuera del concejo hasta trasladarse a Ribera de Arriba, un poco desdiciendo a su nombre y un mucho dando a conocer unos espacios maravillosos a aquellos que los desconocían.

Las sesiones vermú tuvieron lugar el sábado y el domingo en los jardines de La Rodriga, un espacio donde quien más, quien menos, robó algún beso o probó el sabor de la primera copa y que para otros era absolutamente desconocido. Con entrada gratuita y un gran ambiente, grandes y pequeños, porque había de todo, disfrutaron del buen hacer en directo de Elena de Frade y ‘Holograma’ el sábado y de ‘Las Dianas’ y Rocío Saiz finiquitando el festival con un ambiente muy oviedista.

Pero el plato fuerte del festival se servía en la CAB (Central Artística de Bueño), donde el pueblo se volcó al completo con todos los que acudieron a los conciertos. Leti Baselgas, ´La Milagrosa’ y ‘Tatta & Denso’ dieron el viernes el pistoletazo de salida y calentaron al público de Bueño a la espera de ‘Derby Motoreta´s Burrito Cachimba’, el grupo más esperado de este primer día que cerró Jhony Garso ya de madrugada. El sábado, con el regusto dulce de la matinal en La Rodriga y el «todas las entradas vendidas», apuntaba a una noche épica para el recuerdo. Y así fue: Carlos Ares revolucionó y emocionó a todo el recinto con su banda; ‘Fillas de Cassandra’ con su música tradicional y disruptiva impactaron y Xoel López se cascó el mejor concierto de todo el festival, era la figura y a quien la mayoría estaba esperando, y no defraudó. Se bailó, se rio, se bebió, se comió, se forjaron amistades, se descubrió nueva música, algunos se enamoraron y otros no y se disfrutó al máximo. Qué maravilla de festival, de música, de organización y de peña.


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