Begoña Gómez, una ciudadana más
Opinión
09 Jun 2024. Actualizado a las 05:00 h.
Ni «máquina del fango» ni bulo, tampoco conspiración político-judicial ultraderechista. Simplemente, Estado de Derecho. Ese sistema que España aún sigue siendo, donde todos los ciudadanos, libres e iguales, estamos sometidos al imperio de la ley. Todos. También Begoña Gómez.
En este caso judicial que afecta a la esposa del presidente del Gobierno no cabe más que el respeto a la presunción de inocencia de la investigada y el acatamiento de las decisiones adoptadas por el juez.
Cae en una peligrosa irresponsabilidad el Gobierno de España, bien sea a través de su portavoz o de las «cartas a la ciudadanía» de su presidente, al sugerir intencionalidad política en las acciones del juez que instruye la causa en la que se encuentra inmersa la señora Gómez.
Cualquier presión, venga de donde venga, sobre la acción de la justicia dificulta que sea impartida con objetividad y sin más guía que la de las leyes. Sin separación de poderes no hay democracia.
Begoña Gómez está siendo investigada porque el juez instructor observa indicios de acción delictiva en alguna de sus actividades profesionales; por ello ha sido citada para declarar en un juzgado. Como no puede ser de otro modo y como ha hecho desde que en abril se le notificó la apertura del caso, tendrá la oportunidad de defenderse, dar explicaciones y desmontar esos indicios de acciones delictivas.
Será la justicia quien tenga, en exclusiva, la última palabra. Para el debate político y el parecer de la opinión pública queda la presencia o ausencia de ética en el proceder de la señora Gómez.
«El buen ciudadano es aquel que no puede tolerar en su patria un poder que pretenda hacerse superior a las leyes»
Marco Tulio Cicerón