Innovación con perspectiva de género
Opinión
30 May 2024. Actualizado a las 05:00 h.
«No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar». Betty Friedan, una de las figuras clave en el feminismo de la segunda ola, resumió en esta frase, hace más de 60 años, una idea que todavía a día de hoy se puede utilizar en infinidad de ámbitos de la vida. Las mujeres han conquistado derechos y reconocimiento en una lucha desigual en la que los avances han sido, y siguen siendo, demasiado lentos. Aunque queda mucho camino por recorrer, los logros son palpables. El papel de la mujer en la innovación, que afecta a todos los aspectos tecnológicos y sociales, es fundamental, tanto desde el punto de vista humano como de los resultados. A estas alturas, está demostrado que su participación no solo enriquece, sino que también mejora el resultado de cualquier trabajo que se realice. Es fundamental dar voz a los proyectos relacionados con la innovación que están protagonizando las mujeres. A lo largo de la historia ya han sido silenciadas en exceso, y ese es un error que no se puede volver a repetir. Por eso, y porque es una cuestión de justicia, la innovación también debe ser tratada desde una perspectiva de género.
En un mundo cada vez más impulsado por la tecnología y la innovación, la participación de las mujeres en estos campos se ha vuelto esencial no solo para el desarrollo económico y social, sino también para fomentar una diversidad que impulse la creatividad y el pensamiento crítico. A pesar de los avances significativos en la inclusión y la igualdad de género, las mujeres todavía encuentran demasiados obstáculos en su camino hacia roles de liderazgo en la innovación. Sin embargo, aquellas que han logrado superar estos condicionantes están redefiniendo el panorama y estableciendo nuevos estándares de excelencia.
Romper barreras
Históricamente, las mujeres han estado subrepresentadas en campos relacionados con la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Según la UNESCO, solo el 30% de los investigadores científicos en el mundo son mujeres. Esta disparidad se debe a una combinación de factores que incluyen estereotipos de género, falta de acceso a la educación, y entornos de trabajo no inclusivos.
No podemos olvidar que, a pesar de los avances, las mujeres todavía se enfrentan a numerosos desafíos en el ámbito de la innovación. La falta de mentoras y modelos a seguir —debido fundamentalmente al silencio al que se ha sometido a los referentes femeninos a lo largo de la historia—, la brecha salarial de género, y los sesgos implícitos y explícitos en el lugar de trabajo son barreras significativas. Varios estudios han demostrado que las mujeres en STEM son menos propensas a ser promovidas y más proclives que los hombres a abandonar sus carreras debido a esa falta de oportunidades.
Son muchas las investigaciones que han demostrado que los equipos diversos son más creativos y productivos. Con esta premisa en cuenta, la inclusión de perspectivas femeninas en el proceso de innovación puede conducir a soluciones más completas y efectivas para los desafíos globales. Por ejemplo, en el campo de la salud, la investigación que incluye a mujeres y aborda sus necesidades específicas puede mejorar los resultados, al menos, para la mitad de la población mundial; mientras que en la tecnología, diseñar productos con una perspectiva de género puede llevar a soluciones más inclusivas y accesibles para todos.
En este especial de La Voz de Asturias tenemos unos pocos ejemplos de una realidad mucho más amplia en la que las mujeres lideran y protagonizan proyectos innovadores en un amplio abanico de disciplinas. Además, la implicación de las administraciones es un espaldarazo necesario que ayuda a potenciar y visibilizar el trabajo que se está realizando. Tanto el Principado de Asturias como los principales ayuntamientos de la región —Oviedo, Gijón y Avilés— tienen en marcha iniciativas que permiten poner en valor el trabajo innovador de las mujeres de la región.
Las empresas también tienen un papel crucial que desempeñar en este ámbito. La creación de redes de apoyo internas y la implementación de prácticas de contratación y promoción equitativas pueden ayudar a cerrar la brecha de género. Además, fomentar una cultura corporativa que celebre la diversidad y la inclusión puede atraer y retener talento femenino. En este suplemento también recogemos proyectos de empresas asturianas que están apostando por esta línea de actuación en los que las mujeres son las protagonistas.
La innovación es el motor del progreso humano, y para que este motor funcione a pleno rendimiento es esencial que todas las voces sean escuchadas y valoradas. Las mujeres ya han demostrado que tienen el potencial y la capacidad de transformar el mundo, y ahora es el momento de hacerlo a través de la innovación. Es nuestra responsabilidad colectiva derribar las barreras que impiden su plena participación, ya que, al hacerlo, no solo crearemos un futuro más equitativo, sino también uno más próspero y sostenible para todos. Es cuestión de justicia.