Mesura, presidente. Mesura
Opinión
14 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.
No logro entender por qué el encuentro entre el alcalde de Siero, Ángel García «Cepi», y Álvaro Queipo, presidente del PP asturiano, ha molestado tanto a Adrián Barbón.
Después de que los medios de comunicación dieran cuenta de la reunión entre el primer edil socialista y el líder popular, el presidente del Ejecutivo autonómico tiró de ironía afirmando que la reunión le iría bien a Queipo para «aprender de los alcaldes socialistas que sí sabemos lo que es gobernar». Pero la citada ironía acabó tornando en enfado cuando Barbón señaló la falta de experiencia de gobierno de Queipo y repasó las citas electorales a las que el de Castropol había concurrido sin lograr ganar ninguna de ellas.
Supongo que no desconoce el presidente del gobierno asturiano que si para un servidor público la experiencia política es importante, es aún más fructífera cuando se le une haber trabajado previamente en campos ajenos a la política. Quien no conoce más ocupación que aquella que otorgan los partidos y sus listas electorales, corre el peligro de perder el pulso de la realidad.
A todas luces no parece muy cortés cargar las tintas con quien es oficialmente recibido en el consistorio que gobierna un compañero de partido.
Quizás el visible resquemor de Adrián Barbón estaba provocado más por la negativa de «Cepi» a rechazar la cita con Queipo —se dice que desde la FSA se instó al alcalde a anular el encuentro— que por la iniciativa del líder del PP de reunirse con alcaldes de distintos concejos, al margen de la fuerza política a la que pertenezcan.
La política patria adolece de sentido común. Por ello, todo encuentro entre representantes de las dos organizaciones políticas más votadas es una buena noticia.
Tenía al presidente Barbón por hombre moderado, partidario del consenso y ajeno a sectarismos. Sigo creyendo que lo es. Quizá la practica de un improductivo seguidismo de las polarizantes posiciones que dicta la dirección federal del PSOE esté desdibujando las formas propias de quien debe gobernar Asturias para todos sus ciudadanos, voten lo que voten.
No han sido estos pasados días buenos para Adrián Barbón. La crítica al citado encuentro en Pola de Siero ha hecho públicas las tensiones internas del socialismo asturiano y mostrado un resquemor —quizás temor— ante la intención del líder de la oposición de llevar los problemas que le trasladen los alcaldes de distintos municipios a la Junta General.
A ello se une el quilombo —que diría Graciano Palomo— organizado entorno a los cambios en las consejerías del Gobierno y el fichaje del que fuera asesor del ministro Bolaños.
Mesura, presidente. Mesura. Fundamental para que las posiciones de partido, dictadas desde fuera de Asturias, no enturbien la dignidad institucional de un cargo que sirve a todos los asturianos.