La Voz de Asturias

El futuro no es comer hormigas

Opinión

Jorge Matías
Los agricultores se echan a la calle

08 Feb 2024. Actualizado a las 05:00 h.

No importa cuántas veces lea o escuche los desvaríos de los enemigos de la Agenda 2030, siempre me dejan epatado. En la dichosa agenda cabe todo: el feminismo, la ecología, el activismo LGTBI, las personas sin hijos, especialmente si son mujeres, la inmigración no blanca, el gasoil, los chemtrails y un futuro desolador en el que tendremos que alimentarnos comiendo hormigas y grillos. Estos días hemos visto con frecuencia este tipo de advertencias en forma de reivindicación entre algunos de los manifestantes de las movilizaciones de agricultores.

Si te pasas por algunos de los grupos de Telegram que están en el sarao de los tractores, vas a topar más pronto que tarde con alguno de estos delirios. Lo que me pregunto a menudo es quién es el que empieza con esto, quién está al final del hilo. Qué intereses tiene, si los tiene, alguien capaz de propagar semejantes chorradas. Puede que ni tan siquiera tenga un objetivo, puede que escuchara un día a su primo hablando de lo mucho que nos fumigan sin permiso, pero la sensación que me deja todo esto es que las reivindicaciones difieren bastante de los objetivos.

En muchas ocasiones todas estas cosas producen hilaridad. Es inevitable. Ayer vi a un tipo del sarao mencionado recomendando la coprofagia. Estoy convencido de que no todos los agricultores que se están manifestando creen en estas tonterías, pero es que estoy hablando de una cabeza más o menos visible en las movilizaciones. Es como seguir a alguien para que te arroje por un barranco.

Las cosas que estoy leyendo y escuchando estos días superan con creces a los delirios conspiracionistas y anticientíficos que en su día se dieron en las movilizaciones del 15M. Podría decir que no comprendo a qué se debe el escaso hincapié que los medios y los españoles en general en estas extravagancias cuando no vienen del lado izquierdo del espectro político, pero mentiría. A uno le pueden acusar de proetarra por ir a una manifestación de izquierdas y volverse calentito a casa, y esto es muy fácil que ocurra, pero en las movilizaciones de estos días nadie está señalando la aparente pasividad de las fuerzas del orden con varios tractores que se suben a la acera para esquivarlas ante la atenta mirada de los agentes, por ejemplo. Hay dos varas de medir bastante evidentes y la sensación es que, si no se te percibe de izquierdas, puedes hacer lo que se te antoje sin consecuencias hasta cierto punto, y puedes inventarte el contenido de la Agenda 2030 sin que nadie te lo señale. Lo encuentro muy inquietante, la verdad.


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