Faltan empleos... decentes
Opinión
05 Feb 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Malos tiempos para el empleo estable y con derechos. La Organización Internacional del Trabajo acaba de publicar su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2023, y la principal conclusión no es precisamente alentadora: muchas personas trabajadoras se verán obligadas a aceptar empleos de peor calidad, mal pagados y carentes de seguridad laboral y protección social, acentuando así las desigualdades.
La OIT alerta de un déficit mundial de empleo de 473 millones de personas y del aumento del número de personas que, pese a contar con trabajo, no consiguen salir de la pobreza: el 6,4% de ellas. El insuficiente aumento del empleo a escala mundial y la dificultad para fomentar el empleo decente pueden poner en riesgo la justicia social, advierte el organismo. Y ya se sabe, el aumento de la desigualdad es directamente proporcional al deterioro democrático.
A pesar de estas dramáticas cifras, hay quien sigue insistiendo en la escasez de trabajadores en gran número de sectores y oficios. Según algunas empresas de trabajo temporal (de trabajo temporal, precisamente), como Adecco y Mainpower, en nuestro país hacen falta profesionales de la ingeniería, de la medicina, de enfermería, personal informático, analistas de datos, de programación, en matemáticas, de cocina, en almacén, transportistas, inspectores e inspectoras de Trabajo y de Hacienda, en la vendimia, electricistas, encofradores, profesionales de la carpintería, gruistas, fontanería, instaladores, peones industriales, en soldadura, técnicos y técnicas de laboratorio, teleoperadores… En fin, cuesta creerlo cuando España cerró 2022 con 2.837.653 personas en el desempleo (61.887 de ellas en Asturias).
Y cuesta creerlo más aún después de leer el informe elaborado por el gabinete económico confederal de CCOO Análisis de las vacantes en España, de 2022, en que se constata que no hay un problema de vacantes o de mano de obra cualificada sino, por el contrario, de infradesarrollo del tejido empresarial que condena al 29,2% (el 32,1% en Asturias) de los asalariados y asalariadas del sector privado a trabajar en empleos que requieren una cualificación inferior a la que tienen. Entre las explicaciones de este infradesarrollo está el bajo nivel de formación de los empresarios españoles cuando se comparan con los europeos.
Salvo en Administraciones Públicas (2,8%), Información y comunicación (1,7%) y Actividades profesionales, técnicas y científicas (1,2%), en el resto de ramas el porcentaje de vacantes se sitúa en el 1% o por debajo: en la Construcción es del 0,6% frente al 4,6% de la eurozona; en hostelería del 0,6% frente al 5,5% europeo; y en el Transporte y almacenamiento del 0,5% frente al 2,6%.
No hay, por tanto, un problema estructural de vacantes en las ramas que habitualmente suelen aparecer como problemáticas, sino que las estadísticas oficiales muestran niveles bajos de vacantes que obedecen al proceso natural de acomodación entre oferta y demanda de empleo. Y los posibles cuellos de botella a la hora de encontrar trabajadores y trabajadoras son un problema puntual, que en los sectores que requieren menor cualificación se debe fundamentalmente a las malas condiciones laborales que ofrecen las empresas. Y esto queda de relieve si observamos la temporalidad en el empleo, las jornadas laborales o los salarios en sectores como la hostelería, el transporte y la agricultura.
En el caso de nuestra comunidad, la Federación Asturiana de Empresarios estimó hace unos meses que hay sin cubrir 6.000 puestos de trabajo (sin concretar la fuente de donde sale esa cantidad, y cuando los propios empresarios cifraban en 1.514 las vacantes existentes en Asturias en el segundo semestre de 2022, según recoge el INE), siendo la hostelería y la construcción dos de los sectores que concentran la mayor parte. Y cuesta creerlo cuando el sector Servicios cerró 2022 con 45.417 parados registrados y la Construcción con 4.595. Y deslizar, como hacen algunos dirigentes patronales, que hay gente que prefiere cobrar el salario social a trabajar, es sencillamente mezquino.
Según Eurostat, España es el país que menos sufre el problema de falta de personal, con apenas un 0,8% de vacantes sin cubrir, una tercera parte que Francia o Italia y muy lejos de Alemania (5,4%). El Servicio Público de Empleo Asturiano (Sepepa) considera además que la demanda de mano de obra extranjera (otro atajo de la patronal para llegar antes a la precariedad) solo estaría justificada en muy pocos casos.
Entonces, ¿dónde está el problema? El problema está a la vista: ofrezcan empleos decentes y salarios dignos (también formación adecuada), y no habrá problema. De lo contrario nuestra juventud seguirá encontrando fuera lo que no se les ofrece aquí.