La Voz de Asturias

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Opinión

Diego Valiño
El nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, este martes, en la puerta del 10 de Downing Street

28 Oct 2022. Actualizado a las 12:01 h.

Hoy se cumplen 40 años de la primera victoria de Felipe González, que sin duda supuso un verdadero cambio para España. Aquel 28 de octubre de 1982 fue un punto de inflexión del pasado con el futuro, y entre muchas cosas nuestro país pudo ingresar en la Unión Europea y modernizarse en todos los aspectos. Sin embargo, es verdad que muchas cosas se quedaron en el tintero, y para mí el ejemplo más claro tiene que ver con la memoria democrática. Todavía ayer Yolanda Díaz anunció la retirada de la Medalla de Oro al Trabajo a Francisco Franco y a otros destacados personajes como Juan Yagüe, el popularmente conocido como carnicero de Badajoz, que hasta el miércoles en una calle en Oviedo/Uviéu todavía tenía colocada la placa (que ahora se llama Plácido Arango, porque para el bipartito Juan Benito Argüelles no era merecedor de tal reconocimiento). El país en el que nací yo no tiene nada que ver del que vivieron mis antepasados, pero es verdad que nos encontramos en un momento de crisis social que nos exige seguir apostando por el Estado de Bienestar. Aunque podemos sentirnos orgullosos de muchas cosas, como que nunca antes hubo tanta gente formada (la generación mejor preparada de la historia, según dicen), hay otros datos que nos deben preocupar y alertar, como los que recoge el último informe Arope que dice que uno de cada cuatro asturianos se está quedando atrás. Sigue siendo alarmante la importante cantidad de población sin empleo, pero no olvidemos que es igualmente dramático pensar que muchos trabajadores no llegan a fin de mes por sus bajos salarios y por el encarecimiento de la vida. Esa esperanza que hace cuatro décadas se inició con el PSOE de construir un país próspero, digno, democrático, abierto y social debe seguir marcando el camino y las decisiones políticas acordes a nuestro tiempo actual.

Rishi Sunak será el nuevo primer ministro británico, una vez que se ha resuelto de la manera más urgentemente posible el liderazgo de los tories tras la dimisión de Liz Truss. Si no hay sobresaltos, porque la inestabilidad política desde el inicio del Brexit ha sido la tónica habitual, el nuevo inquilino de Downing Street tendrá hasta las elecciones de 2024 el tiempo suficiente para darle la vuelta a la tortilla a las encuestas, donde los laboristas ocupan el primer puesto. No sé si despierta mucha empatía tanto el origen de su padre y madre (de África y de Asia) como sus 42 años (se ha convertido en el dirigente más joven en lograr gobernar el Reino Unido), pero he leído alguna que otra noticia de que tiene más dinero que el propio rey Carlos III, lo que denota que no ha tenido una vida complicada (al menos en lo económico). En otra parte del mundo se celebrará la segunda vuelta de las elecciones en Brasil. La esperanza de que Lula vuelva a presidir la nación y cierre la etapa negra de Bolsonaro creo que es un deseo bastante común en muchas partes del mundo. Ojalá que así sea.


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