La Voz de Asturias

El imperialismo es el guerrero permanente del orden mundial

Opinión

Cándido González Carnero
Soldados rusos realizando ejercicios de artillería en la región de Rostov

01 Feb 2022. Actualizado a las 05:00 h.

Resulta cada vez más difícil entender las razones, si es que existe alguna, sobre tantos hechos graves que cada día con más frecuencia suceden en el hoy mal denominado mundo civilizado. Los Estados deberían realizar más esfuerzos y elaborar estudios que nos permitan saber más sobre ciertos comportamientos políticos internacionales que ponen en peligro permanente la subsistencia de los seres humanos.

Nos encontramos nuevamente a las puertas de una nueva guerra, por el conflicto que se vive entre Rusia y Ucrania, en el cual la OTAN y los países que la conforman, incluido el nuestro, están movilizando tropas y todo tipo de sofisticado armamento Bélico para una eventual intervención militar. Si así lo decide EE.UU, con la incertidumbre y preocupación de no saber qué posición van adoptar otras potencias militares que no están en esta alianza, haciéndonos vivir siempre con el pensamiento y el miedo a una tercera guerra mundial .

Eso es sin duda la impresión que pretenden darnos a través de los medios de comunicación, pero la realidad es bien distinta y no podemos engañarnos a nosotros mismos. Este ambiente pre-bélico lo único que pretende es sensibilizar a la opinión pública mundial para acometer aún más la vulneración de los derechos  fundamentales y derechos humanos de las personas. Cuando precisamente en nuestro país y en la mayoría del planeta lo que predomina son los movimientos pacifistas y no violentos. Nos quieren seguir manteniendo en un orden mundial donde prevalezca una mentalidad hostil y violenta, donde, se instaure la ley del más fuerte.

El utilizar la violencia para imponer intereses, sin que les importe la masacre de seres humanos que dicen no a las guerras de poderes  políticos, militares y económicos, demuestra una vez más el fracaso de toda la clase política mundial para dar una solución coherente y razonable a cualquier tipo de conflicto que nos pueda llevar a una Guerra. Tan injusta como innecesaria, despreciando así la voluntad mayoritaria de la población mundial.

El terrorismo no solo lo practican grupos radicales de diferentes ideologías y religiones minoritarias. Los mayores genocidios hasta nuestros días los han efectuado los diferentes gobiernos de los EE.UU. Financiando todos los regímenes golpistas de todo el cono sur americano, participando en otros como el que ahora nos ocupa, movilizando a toda su potencia militar de la OTAN, poniendo en riesgo la paz mundial.

Con las noticias e imágenes que nos llegan del conflicto entre Rusia y Ucrania, a uno se le viene a la memoria los horrores, auspiciados, avalados y dirigidos por los ahora «defensores del bien»: Hiroshima y Nagasaki; la invasión de Panamá; la invasión de Vietnam; la intervención de Centro  América, el Salvador, Guatemala y Nicaragua; la intervención en Chile; la guerra contra Irak/; as guerras contra la antigua Yugoslavia; el Bloqueo contra Irak y Cuba; la represión contra el pueblo Kurdo; las guerras «Tribales» en el continente Africano; el hundimiento de las economías en Latino América por la deuda Externa; el continuo genocidio contra el pueblo Palestino, agravado en su momento por la guerra en Afganistán; y ahora la amenaza de nueva intervención con los países aliados que conforman la OTAN.

En este contexto, es obvio pensar que los dirigentes de la maquinaria política y militar imperialista lo único que pretenden es utilizar la coyuntura social de desconcierto mundial para consolidar un orden perpetuo de dominio imperialista, donde el recorte de las libertades predomine sobre la razón de la no violencia y de la tolerancia, como forma más racional de la convivencia entre las personas.

Habrá que empezar a pensar que se nos pretende manipular a las sociedades que queremos ser democráticas y no otras sociedades que se proclaman democráticas, como le ocurre a los EE.UU. Pues un país con todas estas virtudes antidemocráticas pretende liderar y salvar las democracias del mundo, «menudo futuro que nos espera» y más cuando queda demostrado que los dirigentes de los EE.UU viven una realidad diferente a la del resto del mundo.

Parece ser que los mandatarios de los países occidentales son incapaces de deslegitimar los métodos de acción bélica y venganza que los imperialistas quieren imponer al resto de países, donde el planteamiento americano ante el conflicto es de apoyar sin condiciones sus métodos y sus formas o si no se está contra ellos.

En este mundo tremendamente deshumanizado, militarizado y politizado hacia la defensa de intereses geopolíticos y económicos, de los más poderosos, de los que tienen el armamento más sofisticado, donde se pide la guerra y no la paz, donde se pide venganza y no justicia, donde se buscan personas, mejor muertas que vivas, dando licencia para matar indiscriminadamente bombardeando países, no me queda más remedio que hacer un proceso reflexivo, donde lo único que se puede desprender es la sinrazón de la locura imperialista y de los dirigentes europeos, más propio de mentes enfermizas y totalitarias. Se podría considerar a todos estos dirigentes como locos o como neuróticos y a sus adeptos que persiguen estos mismos métodos se les debe calificar de colaboradores de los perturbadores de la paz, por no utilizar otros calificativos.

La mayoría de las personas que no practicamos el seguidismo imperialista, no debemos ceder ni subordinar nuestros pensamientos opiniones o ideas a poderes exteriores y superiores, que lo único que pretenden es globalizar el pensamiento único y crear un auténtico monopolio  imperialista.

Hoy más que nunca se hace necesario parar tanta hipocresía política con tanta exaltación a la violencia y a la guerra, como métodos vengativos impuestos por los EE.UU, cuyo único fin es implantar estados o regímenes sumisos a sus intereses económicos, políticos y militares a nivel mundial, controlando y eliminando las minorías, que discrepan, critican o se enfrentan a un sistema preestablecido por las economías de Occidente.

Hay que decir a los que hoy se consideran propietarios del mundo, que ellos son los menos legitimados para pedir justicia internacional, cuando sistemáticamente se niegan a firmar tratados para reducir la emisión de todo tipo de contaminantes en nuestra casa común que es la Tierra, retiraron sus aportaciones para contribuir a paliar la pobreza en los países más desfavorecidos a través de la UNESCO. También cabe recordar que las multinacionales americanas, han expoliado a medio mundo en su propio beneficio, sin invertir en esos países ni un solo dólar.

Por eso no debe de extrañarnos que hoy en día y en plena civilización de la humanidad mueran en el mundo más de 120 millones de personas de hambre al año. Eso sin tener en cuenta las muertes que se producen por otras causas, como en las guerras que nos ocupan, en las que mueren miles de personas inocentes, pero que hoy con la modernidad de los tiempos en vez de llamarlos «Genocidios» se les llama «daños colaterales».

Hay que decir no a esta nueva guerra que se puede producir en este nuevo conflicto entre Rusia y Ucrania y entre los países que se apuntan a participar, como España y el resto de la UE, porque todos as sabemos que no son la solución a los problemas de la humanidad, sino todo lo contrario. También hay que decir a todos los que nos gobiernan irresponsablemente, sean del color que sean, que vayan ellos a la guerra si tanto la defienden como único elemento resolutivo a los problemas que ellos mismos generan en nuestro mundo.


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