La Voz de Asturias

Martínez Serrano, un asturiano junto al Rey

Opinión

Luis Miguel Fernández Berandón
Alfredo Martínez Serrano, jefe de Protocolo de la Casa Real

08 May 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Probablemente le han visto, en más de una ocasión, en los informativos. Fíjense. En todo acto oficial al que acude S.M. el Rey, durante unos segundos, un hombre indica a quienes acompañan a Don Felipe -incluso al propio monarca- dónde sentarse o situarse para ser fotografiados. El encargado de esta misión, parte fugazmente visible de una ingente labor, es Alfredo Martínez Serrano, jefe de Protocolo de la Casa de Su Majestad el Rey.

Como diplomático de profesión y convicción -esta última característica explica su destacado sentido de servicio a España- ha formado parte de las delegaciones diplomáticas en Arabia Saudí, Bulgaria, El Salvador y Egipto, además de desempeñar la jefatura de servicio en el Gabinete del Ministro de Asuntos Exteriores. La Jefatura de Protocolo no es la primera responsabilidad que Alfredo desempeña en el Palacio de la Zarzuela; entre 2007 y 2012 fue segundo jefe del departamento que hoy dirige.

Si hoy, pese a los conocidos e importantes problemas, la Corona es una de las instituciones constitucionales más valoradas por los españoles se debe, además de al intachable comportamiento del propio Rey Felipe VI, a la profesionalidad con la que desarrollan su labor quienes trabajan en las distintas áreas de la sede de la Jefatura del Estado.

Hace unos meses los medios de comunicación anunciaron que Martínez Serrano dejaría, después de seis años de servicio, su actual cargo. Su deseo es continuar con su carrera y hacerse cargo de una de las embajadas cuya titularidad quedará vacante en las próximas fechas. Parece lógico que en la carrera de todo diplomático ser embajador sea una deseada meta. Alfredo es un hombre de exquisita educación y sincera amabilidad, lo que consigue conjugar con éxito con una firme exigencia en aquello a lo que a su labor profesional se refiere. Un asturiano orgulloso que no olvida e intenta favorecer, en la medida de sus posibilidades, a su tierra de nacimiento.

Con su salida de la Zarzuela, sus paisanos perdemos un enlace directo con Felipe VI -ha recogido de forma brillante el «testigo» de Fernández Campos o Aza como asturiano al servicio del Rey- pero, sin duda, ganaremos un magnífico representante, de esa estupenda forma de ser español que es ser asturiano, allí donde sea enviado. Seguro que el éxito seguirá acompañando a Alfredo Martínez Serrano, su esfuerzo lo merece. Y, quién sabe, quizás dentro de un tiempo S.M. el Rey vuelva a solicitar su servicio al frente de importantes responsabilidades.


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