La Voz de Asturias

Limpiemos las playas, pero sin destrozarlas

Opinión

Olga Muñiz Redacción
Niños jugando en la playa de San Lorenzo, en Gijón

13 May 2020. Actualizado a las 05:00 h.

El pasado jueves 30 de abril nos despertamos con la noticia de que EMULSA, en las labores para higienizar y preparar la arena de la playa de San Lorenzo para su reapertura ante la fase de desescalada del confinamiento por el Covid-19 en el que nos encontramos, había utilizado productos fungicidas y bactericidas en la arena seca para eliminar restos que hubieran podido quedar. Aunque desde la empresa municipal se asegura que es «un producto etiquetado y certificado, medioambientalmente sostenible» y me congratula que no haya llegado a los niveles de usar lejía como ha ocurrido en la playa de Zahara de los Atunes, también considero que el uso de estos productos no responde a una necesidad real y además es perjudicial para el ecosistema de la playa.

Las playas arenosas son importantes puesto que son la zona de transición «el ecotono» entre los sistemas terrestres y los marinos. Una playa arenosa es sumamente vulnerable y es un ecosistema en el que su microfauna es una parte más de la red trófica, es decir, de la red alimentaria de un ecosistema. Esta microfauna -bacterias y hongo- se ve favorecida por estos inputs. Y este es el nivel trófico, también conocido como ciclo alimenticio, más importante ya que estas bacterias y hongos son los principales responsables de la descomposición de macrófitas... Después de la descomposición, grandes cantidades de material disuelto y particulado pueden lixiviar en el sedimento y quedar disponibles para la fauna que habita este ecosistema. Pero, todo ello se elimina con el uso de productos fungicidas y bactericidas que eliminan esta microfauna de la arena seca y que es tan necesaria para el mantenimiento de este ecosistema.

Por eso considero un grave error que desde EMULSA se haya utilizado estos productos fungicidas y bactericidas para la limpieza de la arena seca cuando el criterio debería ser que la limpieza se realice de manera que no afecte al equilibrio ecológico y del terreno de la playa y teniendo siempre en cuenta que por el término «residuos» entendemos materiales y cosas creados por las actividades humanas como colillas, plásticos, vidrios, etc. La microfauna tan necesaria para el buen mantenimiento de la red trófica del ecosistema de la playa no es residuo y no debe ser eliminada. Desde EMULSA se debería tener más precaución a la hora de utilizar cualquier tipo de fungicidas y bactericidas. La salud de la ciudadanía es también la salud de los ecosistemas donde vivimos.


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