La Voz de Asturias

Un Primero de Mayo diferente

Opinión

Javier Fernández Lanero
Un hombre ataviado con una máscara sanitaria pasa frente a una oficina pública de empleo cerrada, en Oviedo.

01 May 2020. Actualizado a las 05:00 h.

Este 1 de mayo es diferente debido a la crisis sanitaria producto del COVID-19. Tenemos que estar confinados en nuestras casas y no podremos manifestarnos por las calles, pero es importantísimo que nuestras reivindicaciones lleguen a todo el mundo, porque precisamente esta crisis ha dejado en evidencia que no sirven las políticas de austeridad como solución para la salida de una crisis.

En la anterior, la crisis económica del año 2008, lo único que trajeron este tipo de políticas fue precariedad laboral, más desigualdad entre los que más y menos tienen y aumento de la pobreza de las personas, sobre todo de los colectivos más desfavorecidos. Supusieron graves recortes de los recursos económicos destinados a los servicios públicos, muchos de ellos pilares de nuestro estado de bienestar, como la educación, la dependencia, la igualdad y la sanidad.

De esta última, mucho nos acordamos ahora. Espero que aprendamos la lección para que nunca más se produzcan recortes en servicios fundamentales básicos, claves para el crecimiento económico y el bienestar social.

Lo primero que tenemos que hacer ante una situación de urgencia como la que tenemos es atender a lo inmediato y ponernos a trabajar en las consecuencias de esta crisis sanitaria, que será sin lugar a dudas una crisis económica y social. Tenemos que empezar a reconstruir la vuelta a la normalidad para que repercuta lo menos posible en el devenir económico y social.

Lo inmediato es apoyar con recursos económicos, logísticos y con todos los equipos de protección colectivos e individuales a nuestro sistema sanitario y a todos los empleados públicos sanitarios; además debemos de extender todas las medidas de protección contra el contagio al virus a todos los trabajadores y a todos los ciudadanos de nuestro país.

Y, es importantísimo someter a los test de detección rápida del virus a toda la población posible, para tener una idea clara del número de contagios. Ello nos permitirá definir con la mayor exactitud el escenario actual para, a partir de ahí, empezar a negociar las políticas de reactivación, pero sabiendo ya que la vuelta a la normalidad va a ser lenta. Va a ser poco a poco, y en algunos sectores como el pequeño comercio, la hostelería y el turismo va a tardar bastantes meses en recuperarse, lo que hará necesario mantener las ayudas económicas a las empresas, pymes, micropymes y autónomos, así como todas las prestaciones a los trabajadores y trabajadoras. Esto es fundamental para intentar que, mientras dure la reconstrucción, las empresas no cierren y los trabajadores no pierdan su empleo. En este sentido va a ser necesario establecer un nuevo ERTE debido al COVID-19 que dé cobertura y continuidad a los ERTES actuales de fuerza mayor así como a los organizativos y productivos manteniendo las ventajas sociales que en ellos están recogidas.

Las políticas de reconstrucción, recuperación y reactivación marcarán las nuevas estrategias económicas y sociales de los próximos años en Asturias. Por eso, a propuesta de la UGT ya hemos tenido la primera reunión de la nueva mesa de la concertación social, donde está el Gobierno de Asturias y los agentes sociales y económicos, para readaptar la concertación que estábamos negociando a la nueva realidad económica y social producto de la crisis del COVID-19.

Ello supondrá una revisión y adaptación de todas la medidas económicas, presupuestarias y sociales para el fortalecimiento de nuestro sistema sanitario y de los servicios públicos en general, así como de nuestra actividad productiva y por tanto de nuestras empresas y autónomos. Hay que mantener y potenciar las ayudas en forma de préstamos sin intereses, moratorias en pago de cotizaciones e impuestos y apoyos directos a los autónomos, así como poner en marcha planes específicos para el sector de hostelería y turismo, y mantener e impulsar nuestra industria.

Para esto va a ser necesario un precio de la energía competitivo, y por tanto comparable  al de otros países de la Unión Europea. Y, por supuesto, garantizar las prestaciones actuales para dar cobertura a todos los trabajadores y trabajadoras y a los colectivos más desfavorecidos.

En este aspecto, se requerirá mantener las ayudas en forma de moratoria en el pago de hipotecas y ayudas al alquiler y poner en marcha, entre otras, cosas una renta vital básica para el más de un millón de personas que no tiene ningún tipo de prestación. También una prestación económica para aquellas personas que tengan que pedir reducción de jornada para cuidado de mayores y menores, y complementar las prestaciones por desempleo de todos aquellos trabajadores en situación de ERTE que cobran unas cuantías de desempleo insuficientes por pertenecer a sectores muy precarios.

Tenemos también que garantizar la asistencia psicológica a los profesionales sanitarios, y a aquellos colectivos de actividad básica sometidos a situaciones de estrés por trabajar en condiciones de riesgo elevado al contagio del virus, así como reforzar el sistema de protección a mujeres víctimas de violencia de género, que en el estado actual de confinamiento son mucho más vulnerables. Aprovecho para reivindicar el papel que están desempeñando quienes trabajan en esos sectores laborales, muy feminizados, y que hoy están salvando vidas, facilitando la provisión de alimentos o evitando la extensión de la pandemia.

Todas las ayudas que están en marcha y las que esperamos negociar serán efectivas si llegan a tiempo. Si se cobran ahora, que es cuando se necesitan y para eso es fundamental que las Administraciones y el sistema bancario agilice y flexibilice todos los trámites y plazos, y que éstos sean automáticos para una población que está confinada en sus casas y que no tiene los instrumentos telemáticos necesarios para hacer trámites en la red y en muchos casos ni tan siquiera sabe utilizarlos.

Tiempo habrá de poner en marcha la formación y los instrumentos necesarios para que el teletrabajo sea una realidad que complemente al trabajo presencial y para que la teleformación sea una realidad que complemente a la formación presencial. Porque no puede haber casi 6.000 alumnos y alumnas desconectados ni puede haber territorios en Asturias sin acceso a internet, pero desde luego ahora mismo es imprescindible que el gobierno garantice que los trabajadores que están en ERTE cobren las prestaciones cuanto antes. No pueden esperar hasta junio para empezar a cobrar las prestaciones que han generado en marzo.

El Gobierno también debe dejar claro que no es momento para los negocios y nadie puede hacerlo con productos de primera necesidad, como las mascarillas, guantes o geles desinfectantes de manos, que, por contra, deberían ser gratuitos para los colectivos más desfavorecidos y los más perjudicados por la actual crisis. Para que nadie pueda estar más o menos protegido en función de su poder adquisitivo.

También el sistema bancario debe devolver a la sociedad los más de 60.000 millones de euros que nos costó a todos el rescate bancario de la anterior crisis económica en forma de ayudas y, desde luego, eso pasa por no cobrar porcentaje o comisión por tramites, gestiones o transferencias bancarias en unos momentos donde además no se pueden hacer estas gestiones de manera presencial.

De la misma manera exigimos una auditoría del sistema sanitario para ver cómo han repercutido negativamente los recortes económicos sufridos en los años anteriores a raíz de la anterior crisis y, también, de residencias de la tercera edad, que revele los efectos dramáticos del coronavirus en estos centros y las medidas que se han ido adoptando en las distintas comunidades autónomas para evitarlos. Solo haciendo un diagnóstico de lo sucedido podremos saber qué ha pasado y por qué, y así tomar las medidas necesarias y eficaces para que esto no vuelva a suceder.

Es el momento de un gran pacto entre todos grupos políticos y todos los agentes sociales y económicos, para la reconstrucción económica y social. Ese pacto tiene que tener como finalidad algo que la UGT siempre ha reivindicado y que la crisis del coronavirus demuestra que es inaplazable: un nuevo modelo productivo basado en más y mejores servicios públicos de sanidad, dependencia, educación etc., basado también en la intervención pública de los sectores estratégicos como energía, industria, suministros y servicios financieros, que garantice una respuesta eficaz ante situaciones críticas como la actual y una mayor eficiencia de los mismos, así como una menor dependencia de un mercado que prioriza la obtención del máximo beneficio sin tener en cuenta los problemas y las necesidades de las personas, y basado también en mucha más inversión privada y pública en ciencia, tecnología e innovación que nos lleve a un modelo de desarrollo económico justo y medioambientalmente sostenible. Para este gran pacto podrán contar con la UGT siempre y cuando se tenga en cuenta nuestras propuestas y sitúen las necesidades de las personas en el centro de todas las políticas y decisiones que se vayan a tomar.

Es además el momento de una Unión Europea que esté a la altura de las circunstancias. Tiene que dejar de ser una Unión Europea monetaria y mercantil para convertirse en una institución que dé respuestas ante los grandes retos y crisis. Porque, si no, los ciudadanos se plantearán para qué sirve. Tiene también que afrontar el problema en forma de un plan de recuperación claro, ambicioso y coordinado, construyendo un modelo económico sostenible, justo e inclusivo contra la crisis, con los recursos económicos que sean necesarios. Este es un problema común de todos los países europeos, y no cabe endeudar a los países hasta el infinito y luego acudir al rescate con planes austericidas, que no resolvieron ni un solo problema y dieron la espalda a la ciudadanía, fomentando el auge de partidos políticos extremistas.

Para nosotros en fundamental, más allá del estado de alarma, empezar a crear un estado de confianza para incentivar el consumo. Para que cuando podamos volver a salir a nuestras calles, las personas no se queden encerradas en casa con miedo.

Porque si no salimos y compramos, gastamos y consumimos, las empresas no venderán; y si no venden entran en crisis, lo que supone cierre de las mismas, trabajadores al desempleo y menos pagos de impuestos y cotizaciones, por lo que el Estado recauda menos y no puede destinar recursos a la inversión económica y social, entrando en un bucle de crecimiento negativo del que luego es muy difícil salir como vimos en la anterior crisis.

Y, sobre todo, este Primero de Mayo tiene que servir para recordar a las miles de personas fallecidas y para reconocer el trabajo y la profesionalidad de aquellas que han estado en primera línea. Nuestro máximo reconocimiento y respeto a todos los profesionales sanitarios, así como a todo los empleados públicos, todas las trabajadoras de los supermercados y a todos los trabajadores de actividades esenciales, que han prestado un servicio fundamental con deficientes medios de protección, arriesgando sus vidas y su salud por el contagio al virus.

Y, por definición, en este 1 de Mayo la UGT continúa, como siempre, defendiendo un mundo más justo, más libre y más equitativo.

Javier Fernández Lanero

Secretario general de UGT Asturias


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