La Voz de Asturias

Maxi Llamedo, casta, genio y figura del piragüismo

Opinión

Esther Canteli Redacción

05 Mar 2020. Actualizado a las 05:00 h.

Piragüista de raza y raza de piragüista, Maxi Llamedo es una especie de caballero templario del Sella. Su vocación fluvial le viene de casta, literalmente hablando. 

De la mano de su padre, Máximo, y de su tíos Ramón y Emilio, fue descubriendo desde bien pequeño los secretos del Sella.

Maxi es uno de los grandes de la historia del descenso del Sella, del que fue vencedor en categoría absoluta, junto a su hermano Emilio, hace más de tres décadas.

En realidad, Maxi es una equilibrada combinación de amor incondicional por el Sella e instinto competitivo y ganador.

De carácter discreto y sobrio (como su padre), heredó el tono socarrón e irónico de sus tíos Ramón y Emilio.

La pasión por el Sella ha sido y es una constante en su vida, y son muy pocos los días del año en que falta a su paseo-entrenamiento, con la entrega de quien piensa en superarse cada día, en el río y en la vida.

Un descenso del Sella con Maxi es una experiencia casi ritual para los que amamos la navegación fluvial, y para los que sentimos el Sella como un icono vital. Lee el río como un ávido ilustrado haría con las Novelas Ejemplares de Cervantes. Cada rabión, cada puente, cada pueblo… Todo está impreso gota a gota en su prodigiosa cabeza y rebelde corazón.

Nada escapa a su sensibilidad fluvial. Nada. El otro día, en la clase magistral que recibí, formando un K-2 con él, en un solo golpe de vista Maxi observaba todo lo que ocurría en un Sella invernal, que nos mostró la mejor y la peor de sus caras.

Los ánades reales en su etapa de apareamiento, las manchas blancas sobre las piedras del río que muestran el desove de los salmones, las truchas, los muiles, las nutrias, las garzas, los cormoranes…

Maxi lo ve todo y te lo explica todo. Su K-2 es una especie de aula naturalista, donde el respeto a la naturaleza y a la vida del río es la máxima que impera, y donde la vocación deportiva se manifiesta en el aplomo, en la calma, en el saber adaptar la frecuencia de palada al ritmo de quien menos controla, en asumir con naturalidad y valentía las situaciones de riesgo…

Maxi Llamedo es un maestro del piragüismo y del deporte, que ha sabido recibir y engrandecer el legado de la saga familiar a la que pertenece, y que exhibe, siempre desde el segundo plano -que es el que más le gusta-, el genio y figura propio de los elegidos para la gloria.

Amigo de sus amigos, adora su Sella, pero también las montañas, y entre el hielo y deshielo de los Picos de Europa se siente como pez en el agua. 

Y el cronómetro, ese fiel compañero que lo acompaña en la proa de su piragua en cada descenso, también es su leal escudero en las carreras de motos, porque su otra gran pasión es la velocidad sobre dos ruedas, y en esta faceta también es un ganador.

Este año 2020 quiere tributar su singular homenaje al nonagenario Sella, y tiene el propósito de hacer 90 descensos… Como siempre, lo cumplirá con creces, seguro.


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