La Voz de Asturias

Los héroes de las células mesenquimales

Opinión

Esther Canteli
Francisco Vizoso y Román Pérez.

25 Nov 2019. Actualizado a las 09:50 h.

El otro día tuve la oportunidad de asistir a un acto de divulgación científica, con el objetivo de recaudar fondos para dar curso a investigaciones biomédicas con células madre uterinas.

Los tres científicos que nos hablaron sobre la naturaleza, funcionamiento y propiedades terapéuticas de las células madre uterinas o mesenquimales, llevaron a cabo una labor de comunicación sencillamente espectacular.

Francisco Vizoso, Román Pérez y José Schneider fueron los tres genios de la medicina y la biotecnología que desarrollaron, en un espléndido paso a tres, una explicación sobre sus trabajos de investigación, que resultó profundamente sencilla y reveladora.

Francisco Vizoso, médico e investigador, trabaja en el Hospital de Jove, en Gijón; Román Pérez es Catedrático de Fisiología de la Universidad de Santiago de Compostela, y José Schneider es Catedrático de Ginecología de la Universidad de Valladolid.

Los tres son buenos amigos, y precisamente la amistad, el rigor investigador y la generosidad en la búsqueda de nuevas soluciones médicas para graves problemas de salud, son ingredientes clave de su ‘medio condicionado’ para lograr los objetivos que se proponen.

Sus experimentos con células madre uterinas para tratar diferentes enfermedades, son pioneros y punteros a nivel mundial. Ellos y sus colaboradores están centrados actualmente en desarrollar un medicamento para curar el síndrome del ojo seco, y también en buscar tratamientos efectivos para cánceres de ovario o de mama, que hoy en día resultan especialmente agresivos. Y en el caso del profesor Schneider, sus investigaciones actuales se centran en la lucha para combatir la candidiasis vaginal.

Evidentemente, esta terna científica tiene mucho mérito, pero no solo por la poderosa intuición de haber puesto el foco en las células mesenquimales. Tiene mucho mérito porque lo hace desde España, concretamente desde el norte de España, en un contexto donde el apoyo al I+D+I científico y tecnológico, es muy limitado. Muy limitado, tanto social como políticamente.

Pero ellos lo tienen muy claro, tanto, que piensan que el único fracaso es no intentarlo. Por eso no dudan en cambiar de vez en cuando el laboratorio, el hospital o la facultad de Medicina, por las reuniones sociales, para ejercer una especie de ameno apostolado de las células madre uterinas, y así conseguir financiación para proyectos que cambiarán la calidad de vida de la Humanidad.

Y resulta que cuando cambian la bata blanca por el micrófono, siguen siendo unos genios humildes (como todos los sabios), a la par que divertidos, que te hacen sentir el lado más humano de la ciencia y la investigación.

No solo son médicos, no solo son científicos pioneros, no solo son unos tipos altruistas con un elevado sentido de la amistad y la generosidad, y no solo tienen una óptica investigadora revolucionaria.

En realidad, Fran, Román y José son tres héroes casi anónimos. Tres Quijotes de la ciencia, en el país de Cervantes. Son los héroes de las mesenquimales. Si fueran toreros, saldrían a hombros por la puerta grande de la Maestranza. Y si fueran alemanes, japoneses o norteamericanos, tendrían las más altas consideraciones de su país, y muchos recursos para investigar.

Pero los héroes de las mesenquimales son españoles, aman su país y quieren ampliar los horizontes del conocimiento desde aquí.

Por mucho menos de lo que hacen estos señores, veo a personas recibir notables premios y distinciones.

Espero que seamos capaces de fijar nuestra atención en ellos y sus equipos, y comprender la profundidad de sus investigaciones, que nos llevan a una nueva Era de la medicina, y por tanto a una nueva Era de la Humanidad.

Hay que premiarlos, hay que incentivarlos, hay que ayudarlos. Sin duda, es la hora de los sabios como Francisco Vizoso, Román Pérez y José Schneider.

Solo así podemos progresar, y de  paso frenar el avance de tanto idiota con pretensiones (y con poder).


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