¿Dónde estará ahora Doraemon?
Opinión
23 Sep 2017. Actualizado a las 13:31 h.
Estamos en el sprint final de San Mateo. Al último tramo unos llegan con la sonrisa en la boca y otros con la mueca de dolor dibujada en el rostro, pero siempre con la mirada fija en la meta: el último arreón y la gloria. A estas alturas de las fiestas los días y noches pasadas hacen mella, a muchos ovetenses, entre los que me incluyo, el cuerpo nos manda parar pero la voluntad es más férrea. Manolín llegaba el viernes más tarde de lo habitual, rondando las 10:30h. a su puesto de trabajo en Uría 18: no todos los héroes llevan capa y los inmortales también se cansan. Tengo un amigo que se toma una semana de vacaciones tras los Sanfermines, y siempre dice: «mi trabajo es festejar San Fermín, lo otro es con lo que me gano la vida».
Ya le hemos ganado la partida a la inmensa mayoría de los días de fiesta en honor del apóstol. Aunque ya hayamos tenido sufíciente, no podemos abandonar. «El conformismo es el principio de la decadencia» que dice Jude Law interpretando al papa Pio XIII en «The Young Pope».
Desde que se ha desplazado el inicio de San Mateo una semana, uno no sabe que fin de semana es el bueno. Los amigos, familiares y demás conocidos llegan de manera indiscriminada y hacen que uno siempre tenga que estar con la muda limpia y el arma cargada.
Así que a la calle, fuera de casa como en ningún sitio. Viernes de San Mateo, y se hizo notar: Bombé lleno, chiringuitos llenos, bares llenos; Oviedo bien rebosadito, con sus empujones, codazos, salpicaduras y esperas. Nada nuevo que contar, la noche se consumió como una mecha rápida y explotó en nuestras corazones. Cuando traté de darme cuenta el sol que salía y la cartera vacía hicieron obligatoria la retirada.
En el portal de mi casa, dentro, encontré un gran globo de helio con la figura de Doraemon. El portal oscuro, los rayos entrando nimiamente y el globo flotando y atrapado por techo. Lo cogí y lo liberé en la calle como el que libera a un pajarillo de su jaula. Siempre que veo un globo elevarse libremente al cielo no puedo evitar fijar la vista en él hasta que desaparece en la inmensidad. Siempre pregunto qué será de esos globos. ¿Dónde estará ahora Doraemon?