La Voz de Asturias

En el lugar de los trabajadores

Opinión

Diego Valiño

11 Aug 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Le pese a quien le pese, y sobre todo me viene a la cabeza la Presidenta de la Comunidad de Madrid, las vacaciones son un derecho. Son, sin duda alguna, necesarias, porque no todo en la vida es trabajar. Y esta idea tiene que quedar muy clara porque me da la sensación de que poco a poco el debate que van a intentar impregnarnos es que quien quiera cogerse los días que le corresponden no es tan buen trabajador como el que decide no descansar. Error.

A esto quiero sumar otra cuestión, y es que me parece que sigue incrementándose la falta de conciencia de clase que los trabajadores deberían tener. No hace falta más que ver quién hace acto de presencia en las manifestaciones del Primero de Mayo. Con una vista general se aprecia que se acaba reduciendo a militantes, simpatizantes y cuadros de sindicatos y partidos de izquierda. Ese día histórico a nivel internacional, que debería ser un éxito de público viendo la precariedad para los que trabajan y la falta de oportunidades para quienes están en el paro, tristemente se queda en el ritual de recorrer las calles de un lugar para luego enrollar la pancarta y volver para casa como si todo fuera de maravilla.

En estos días hemos estado viendo la situación en el Aeropuerto de Barcelona. La empresa de seguridad y los trabajadores mantienen diferentes criterios en cuanto a las condiciones laborales. Miles de pasajeros se han visto afectados en largas colas para pasar los controles de seguridad. No han sido pocos los comentarios de desprestigio contra los trabajadores por reivindicar sus derechos. Algunos argumentan que esas acciones se hacen perjudicando a los demás, en un nuevo ejemplo de situarse fuera de la problemática laboral que en el día de mañana el primero que protesta puede ser el siguiente afectado. ¿Dónde quedó la solidaridad obrera? Creo que a nadie le gusta ir a la huelga. Es el último recurso que le quedan a los trabajadores para presionar a los dueños de sus empresas.

En un ambiente en el que la gente está contenta nunca habrá problemas, pero en aquellos donde se pasa uno horas y horas por míseros sueldos sin parar ni a comer, me parece obligado ponerme del lado de los trabajadores. Por mucho que nos fastidien las vacaciones, que nos hagan perder un vuelo, que nos perjudique su protesta, su lucha y su intento por mejorar su puesto de trabajo debería ser tarea de todos. Por eso creo que quienes protestan no son los culpables, sino quienes les han llevado a recurrir a este método de presión para solucionar un conflicto laboral.


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