La Voz de Asturias

Miedo y asco en Asturias

Opinión

Álvaro González López

13 Feb 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Asturias hace tiempo que ha perdido su idiosincrasia. Y vive flotando en la boutade. Hace años que no hay revoluciones, ni obreros honrados: el proletariado roba más que la patronal, o lo mismo. Vive nuestra región -digo nuestra usando el plural mayestático, porque yo a Asturias la siento muy mía- de subsidios, solidaridad, ayudas y caridad, con BMWs aparcados en el garaje, en la cartera medio gramo y dinero para un polvo. Si algo no es rentable, debe cerrarse y no andar con tonterías. Miedo y asco en Asturias, nada de Las Vegas.

No hacemos más que saltar a la palestra mediática por corruptos y sus corruptelas -véase el tigre Villa o la UGT, que casi es lo mismo; algo que mucha gente sabía y se callaba-; también por las lluvias y temporales, como si no fuese lo que toca en invierno; y por el rechazo a todo. Diferentes grupos, asociaciones se hacen llamar, de la sociedad que rechazan, cargan en contra y critican todo aquello que no sea de su agrado o no coincida con sus ideales o creencias. Contra todo lo que no sea de su cuerda. «Y ahora la idea que se exporta es de rechazo a todo lo nuevo, a lo que viene de afuera a lo que incomoda a los prejuicios» esto decía Juan Carlos Laviana en un artículo en La Nueva España’, a Juan Carlos hay que leerlo siempre. 

Rechazamos la actuación del cantante Francisco, de Albert Pla, surgen boicots contra los Premios Princesa de Asturias, miramos con recelo a una compañía de danza israelí, tratamos de impedir una charla de Perez-Reverte y dejamos a Jorge Cremades sin realizar su espectáculo. Todo esto porque hay personas que no están de acuerdo, se sienten atacadas. Se da voz a cualquier tonto, pura basura ideológica: que si machistas unos, fachas, antipatriotas; por todo y por nada.

Nunca lo hubiese sospechado, pero somos una comunidad colonizada por la tontería, además de la vagancia, la inmoralidad y el desatino. Bastante bien nos va para lo poco que hacemos. Ojala caiga todo  y veamos el fango, la excrecencias que hacen -hacemos- de su forma de vida el paro, la prejubilación, el engaño; y encima lo muestran orgullosos como el mayor de sus logros.

Leo con estupor en la prensa: «comerciantes de Piloña anulan un concurso de piropos, por San Valentín, tras críticas feministas por ser considerado machista». Y tengo que mirar varias veces la fuente, ya que a primera lectura pensaba que era una de estas noticias fake de El Mundo Today. La controversia parte de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas de Asturias qe considera «machista» y que incumple «el principio de igualdad» tanto el concurso piloñés como otro organizado es Salas con la misma temática: el piropo. Dice Jessica Castaño, la portavoz de la Asociación: «No todo vale (…) el concurso va contra el pacto social». Curiosa asociación, ésta, que no sólo mira por los intereses que defiende, sino que se yergue en adalid del feminismo, aunque ésta ridícula actuación peque mas de hembrismo -lo que muchos llaman «feminazis».

Dicen éstas que los piropos son una una forma de evaluación a la mujer, como si un no pudiese ser objeto de cumplidos y deba ser siempre sujeto que los dispensa. Siguen con que así se consolida la masculinidad de quien los dice y se mantiene la arcaica idea de que el papel de la mujer es agradar al hombre. Y difunden la idea de que es un error fomentar el amor romántico, que es el que no existe y lleva a casos de violencia machista. Cuando tengan una pareja díganle que le quieren , pero que le que quieren poquito; si le compran flores, que sean cardos; y en lugar de besos, casi escúpanle.

Uno lee semejantes tonterías y le entran unas ganas tremendas de escuchar a Wagner e invadir la Asociación. Puedo entender que estén resentidas, que sus relaciones no hayan ido bien, pero soltar por esa boca semejante soflama es de hacérselo mirar. Y lo peor es que no es aquí sólo, el nefasto gobierno balear ha dicho sandeces parecidas: cada uno tiene lo que vota. Los gobernantes por malos que sean, son mucho mejor que la media ciudadana.

Entre los que dicen piropos y los que pegan a sus parejas, yo me quedo con los piropos. ¿Con que se quedan ustedes? Yo lo tengo claro.

Basta ya de tonterías y empecemos a construir algo decente entre todos, que tenemos los medios, pero faltan las ganas.

 


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