La Voz de Asturias

Terpla, el corazón de la economía praviana

Opinión

Manuel Díaz Estrada

15 Nov 2016. Actualizado a las 17:15 h.

Hace escasos días, cuando un medio de comunicación regional publicó a cuatro columnas que las fabricas de Terpla en el concejo de Pravia estaban en venta, más de una familia praviana contuvo la respiración y se le aceleró el corazón. Y es que no es para menos; Terpla, o «La Fabricona», como algunos la llaman, es en estos momentos el corazón industrial que hace latir, aunque sea a ralentí, la maltrecha economía praviana. Unas 500 familias, cierto que algunas de ellas podrán ser de municipios limítrofes, viven gracias al trabajo de las dos plantas que Terpla tiene en Vegafriosa y Quintana,respectivamente.

Para un municipio con poco mas de 8.000 habitantes, tener una empresa que da empleo a 500 trabajadores es toda una suerte en los tiempos de recesión económica en los que vivimos.No es pues de extrañar que cualquier atisbo de inseguridad sobre el futuro de Terpla ponga los pelos de punta a los trabajadores. Y es que si «La Fabricona» se resfría medio concejo se va directamente a la UCI.

Por suerte, según ya adelanto La Voz de Asturias días pasados, a través de uno de sus fundadores; Francisco Casilles, «la empresa goza de excelente salud», solo que cada 4 ó 5 años hay que aplicarle unas pocas vitaminas, en forma de multimillonarias operaciones bancarias; pero nada que ponga en peligro su existencia.

Terpla nació en el año 1989, de la mano de dos grandes emprendedores pravianos; Ricardo Díaz Pire y Francisco Casielles, ambos comenzaron su aventura empresarial en Vegafriosa, en los terrenos que hasta entonces habían sido ocupados por una vieja fábrica de cerámica, allí se gestó lo que con el paso de los años sería la gran expansión de Terpla. En el año 1997, un desgraciado accidente provocó un gran incendio, falleció una persona, y las instalaciones de la fábrica se vieron seriamente dañadas; en aquellos difíciles momentos los dos empresarios pudieron comprobar la calidad humana de la plantilla de trabajadores, quienes lejos de amilanarse ante la adversidad, fueron los primeros en arrimar el hombro para poner nuevamente la fábrica en pie. Fue en esa misma época de reconstrucción en Vegafriosa, cuando la dirección de la empresa decidió trasladar parte de su producción a las nuevas instalaciones que se construirían en la localidad de Quintana, donde en la actualidad se produce el mayor volumen de sus ventas.Terpla fabrica varios tipos de envases, siendo mayoritariamente las bandejas de poliestireno expandido, entre cuatro y cinco millones diarias, las que dominan la producción.

Casielles, que permanece jubilado desde 2007, y desvinculado de toda actividad con relación a la empresa, siente no obstante, «que el Ayuntamiento praviano haya demostrado tan poco interés en proporcionar suelo industrial a la tercera de las plantas, desgajada de Terpla, la que se ubica en Cañedo, que da empleo a 60 trabajadores, y que en el año 2018 se tendrá que trasladar al polígono industrial de Valdredo, en Cudillero, por no disponer de terrenos en Pravia para poder ampliar sus instalaciones».

Uno de los mayores problemas pendientes de solución en Terpla es el de las comunicaciones; es muy lamentable que una empresa que constituye en estos momentos el puntal de la economía en el concejo, mantenga como única vía de acceso a sus instalaciones una carretera construida en el pasado siglo XVIII, resulta preocupante que tanto desde el consistorio praviano, en manos del PSOE, como desde el propio Principado, no se hayan tomado ya las medidas necesarias para dotar de una infraestructura viaria más acorde a las necesidades actuales. Estos apenas 14 kilómetros de carretera que discurren desde la rotonda de Agones hasta Vegafriosa, por donde circulan diariamente decenas de camiones, suponen una verdadera tortura para los conductores, por la infinidad de curvas muy sinuosas que han de sortear. Esperemos que el Ayuntamiento praviano sepa reaccionar a tiempo, que no nos pase como con el tema de la planta de Cañedo....


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