El Reino de Asturias... y León, una alianza estratégica con proyección de futuro
Opinión
07 Nov 2016. Actualizado a las 05:00 h.
Hace unas semanas estuve por tierras leonesas y me quedé gratamente sorprendida de constatar la positiva evolución que la provincia de León, con su capital a la cabeza, está viviendo en distintos órdenes de la vida cotidiana.
Era un fin de semana de octubre, en plena temporada baja turística, y León capital estaba a rebosar de gente. Todos -responsables políticos y ciudadanos de a pie- coincidían en señalar que están viviendo una «inesperada» eclosión gracias al AVE (ese que no lleva María detrás). Y están en lo cierto. Resulta que ahora en apenas dos horas desde Madrid te plantas en Léon, y la provincia comienza a ser una verdadera ciudadana del mundo.
Me quedé gratamente sorprendida de constatar lo concienciados que están nuestros compatriotas cazurros -y uso este término con todo respeto y cariño- de la importancia histórica y cultural que tiene el haber formado parte del Reino de Asturias. Una importancia que está de plena actualidad y que puede reportar -y de hecho reporta ya- a estas tierras importantes dividendos en el sector servicios, y especialmente en la actividad turística y cultural.
Lejos de olvidar sus orígenes, los leoneses contemporáneos tienen muy presente su parte asturiana y la sienten muy dentro. En las distintas visitas culturales que hicimos -éramos un grupo de escritores que estábamos de congreso- las referencias a Asturias eran constantes, tanto a través de distintos personajes históricos como Doña Jimena Álvarez de Asturias -esposa del Cid Campeador-, como por las constantes alusiones al Reino de Asturias y su evolución histórica.
Todos los caminos en León parecían conducir a Asturias, y me encantó sentir esta omnipresencia. Como me encantó comprobar in situ el instinto comercial leonés al ver como «vendían» la costa a poco más de una hora, e incluso el puerto de El Musel como su salida logística al océano.
Evidentemente, una postura inteligente la de los leoneses, que están elaborando excelentes vinos con uva asturiana; están pregonando a los cuatro vientos el extraordinario hallazgo del Santo Grial, o rescatando del olvido a su señor Alfonso IX, y dándole un inmenso valor como adalid del parlamentarismo democrático.
Y mientras tanto, al otro lado del Reino, más allá de las montañas del Pajares en dirección norte, el tiempo está como detenido, y los trenes parecen más bien los de una novela de Tolstói. El Santo Sudario, la Ruta de las Reliquias, o la memoria de nuestro señor D. Alfonso II solo interesan a unos pocos «locos» eruditos o investigadores.
Más allá de la actual arquitectura constitucional española -no siempre sensible con la realidad histórica y sociológica-, una de las alianzas estratégicas que debe abordar Asturias en la gestión empresarial, cultural y turística es con León, con esa otra parte de lo que fue este Reino. Porque además las afinidades y los vínculos emocionales entre ambos territorios son enormes. Los leoneses nos quieren y me atrevería a decir que para ellos somos todavía un referente, pero si Asturias continúa suspendida en la desidia infinita nos comerán la tostada.
Por cierto, durante nuestra visita cultural a León, los responsables políticos estuvieron todo el tiempo a pie de obra..., y también me llamó gratamente la atención. Tal vez fue por quedar bien...o no... A lo mejor fue por sentido del deber y vocación. A mí personalmente, me gusta mucho más esta segunda opción.