El bipartidismo, en la encrucijada del sacrificio del más débil para la formación de gobierno
Opinión
21 Jul 2016. Actualizado a las 05:00 h.
La situación política española, algo más complejo, que las valoraciones por el sorpresivo resultado electoral de Unid@s Podemos, al quedarse como estaban en estas últimas elecciones generales, pero independientemente de que no fuera el esperado por sus componentes, no ha resultado un fracaso político, viéndolo desde las consecuencias que está teniendo en el tablero político actual, para los intereses generales de las clases trabajadoras, criterio del que partimos los revolucionarios.
Con esto decimos que las fuerzas políticas neoliberales que representan a la oligarquía financiera, ocultas bajo el disfraz del bipartidismo como sistema democrático, conformados por el PP, PSOE y partidos nacionalistas conservadores, que han gobernado hasta ahora con total impunidad y componendas posibles, para saquear de mutuo acuerdo las arcas públicas del gobierno de la nación, comunidades autónomas y mayoría de municipios, donde han aplicado las políticas de la troika, de austeridad, privatizaciones, recortes y corrupción en el desmantelamiento del estado de bienestar, con las consecuencias de pobreza y marginación social, para los sectores más débiles de la clase trabajadora.
Estas fuerzas políticas que representan al bipartidismo, que no solo siguen ostentando una inmensa mayoría parlamentaria cercana al 80% de los diputad@s, sino que la reforzaron en esta última convocatoria electoral por voluntad de nuestro pueblo. Teniendo como tienen en su poder, todos los medios de comunicación públicos y privados, dándoles todo el apoyo mediático, incluidas las mentiras y tramas inventadas contra Unid@s Podemos y sus dirigentes. Ante esto tenemos, que la sola presencia de Unid@s Podemos, resistiendo todas las presiones inimaginables políticas, económicas, colectivas y personales, impide de nuevo, la formación de un gobierno proausteridad, en consecuencia, si ninguna de las fuerzas conservadoras y neoliberales del bipartidismo hegemónico, se sacrifica al estilo Zapatero o socialistas helenos, nos encontramos a las puertas de la convocatoria de unas terceras elecciones.
Tan cierto, que la troika euroalemana, asustada por el bloqueo que la fuerza política de Unid@s Podemos con su sola presencia provoca, que imposibilita con su posición coherente contra las políticas de austeridad, la formación de un gobierno que la represente y que aplique con urgencia los recortes inmediatos que reclaman, dan un año más de plazo para cumplir con los acuerdos sobre el déficit de la Comisión Europea (los fuertes recortes previstos podrían provocar una victoria de Unid@s Podemos, lo cual implica un tercer gobierno díscolo en la Comisión Europea con capacidad de bloqueo de muchos acuerdos) Recortes para rebajar el déficit público, pero los hechos tozudos nos dicen, que son para pagar la deuda privada de la banca, desviada al déficit público tras mecanismos oscuros como la subasta de los bonos del estado y también, no lo olvidemos para obtener dinero en metálico que posibilite el funcionamiento del Estado, para evitar así su colapso, cercano a la situación griega y portuguesa.
De esta realidad política, interesa en primer lugar, despejar con claridad, lo que las fuerzas bipartidistas de la oligarquía financiera celosamente esconden, con el apoyo de los medios de comunicación públicos y privados al servicio del gobierno de turno, para así ser premiados con las subvenciones institucionales y a la banca, por sus deudas con ellas. Es decir, o logran pringar a Unid@s Podemos en la aplicación de las políticas de austeridad o el PSOE, como partido secundario en el bipartidismo, se sacrifica en aras de los intereses de la oligarquía euroalemana, apoyando la formación de un gobierno en cualquiera de los formatos posibles o participando directamente en un gobierno de gran coalición como en Alemania, entre conservadores y socialdemócratas neoliberales. No hay más evidencias que estas que expliquen, que teniendo una holgada mayoría parlamentaria, sean incapaces de formar gobierno.
En segundo lugar sería importante aclarar, por la tergiversación interesada para el consumo de las masas, que desde el gobierno, el bipartidismo de conservadores y socialdemócratas neoliberales lanzan desde los medios de comunicación (con el apoyo inestimable del infantilismo dogmático de izquierdas) con respecto a la propuesta de Unid@s Podemos, de un gobierno de la izquierda con el PSOE, para superar las políticas de austeridad, recortes y privatizaciones.
Debemos partir del único criterio hoy posible matemáticamente, que para formar un gobierno del pueblo en la actualidad política, es necesario ganar al PP, donde el «sorpasso» al PSOE sería una consecuencia, porque solo así sería posible (y aún así, muchos con buenos argumentos, ven esto imposible de aceptar por parte del PSOE) formar un gobierno alternativo a la derecha conservadora. Pero para lidiar este toro, primero hay que resolver las contradicciones políticas con la socialdemocracia neoliberal, hegemónicas en el PSOE y en ciertos sectores de la cúpula política y sindical de Izquierda Unida, donde la correlación de fuerzas no es tan favorable para Garzón como en las bases de IU.
Para llegar a las bases militantes y votantes, influenciadas por el neoliberalismo socialdemócrata, no queda otro camino, que el mojarse y arriesgarse, haciéndoles ver una vez y otra más, una propuesta de gobierno del pueblo, o de izquierdas como prefieren ellos, para echar a la derecha conservadora del gobierno español. La propuesta es a la dirección política de la socialdemocracia neoliberal instaurada en la dirección del PSOE, pero va dirigida también, para compartirla con las masas que les votan y apoyan militantemente. El resultado de una dirección del PSOE diferente daría un acuerdo de gobierno tipo portugués, pero el PSOE español, aparentemente se asemeja más a los «socialistas» griegos. Pero esta ecuación política, primero hay que resolverla y a falta de otro método más práctico, políticamente solo queda para influir, la negociación programática y la dialéctica política ante el posible suicidio del PSOE.
¿Implica esto, el objetivo de la eliminación orgánica y política del PSOE y de IU? no, en principio no, pero, igual que en los años treinta la UHP triunfó, uniendo a todas las fuerzas obreras y populares, anarquistas, socialistas y comunistas, en un frente único proletario, proclamando la defensa de la república y las libertades contra el fascismo, que dio como resultado el fortalecimiento de las opciones revolucionarias. ¿Qué nos diferencia ahora en sus grandes líneas, a aquellos momentos, con la actual crisis económica, que provoca el colapso del capitalismo por superproducción, bajo un sistema económico de capitalismo neoliberal virtual, telemático y especulativo, como fase terminal del imperialismo, que está provocando guerras e invasiones, en confrontación política con las potencias emergentes, utilizando al fascismo mercenario, como fuerza militar de choque en todo el planeta?
El ejercicio de la recuperación de la memoria y de la historia de lucha de la clase obrera, es fundamental, porque atesora todo el conocimiento de lucha por su emancipación, y esta nos dice, que a la altura que está situada la lucha de clases que actualmente el pueblo organizado encara, la prioridad ante las dificultades y debilidades sociales que tiene (especialmente en el movimiento obrero y sindical) se sitúa en estos momentos, en la crítica y la superación, por una parte, del infantilismo dogmático en nuestras filas, incluidas las del nacionalismo de izquierdas, que nos debilita y divide y por otra, el combate y superación del oportunismo derechista neoliberal en las filas de las fuerzas del pueblo, situadas en el PSOE, sectores de Izquierda Unida y en las cúpulas sindicales, que impiden los acuerdos programáticos concretos antiausteridad, entre las distintas corrientes políticas que representan a las fuerzas populares.
Pero con esto aquí dicho y ya repetido muchas veces, para el izquierdismo infantil en nuestras filas, quizás siga siendo insuficiente y para que no quepa duda de que en esta pelea no sobra ningún revolucionario, ni ningún demócrata, situar en la base de construcción de nuestro ideario político, la necesidad de partir de los hechos, de lo existente o existido, incluido nuestros pensamientos, que también construyen historias, algunas ideas para la construcción de un proyecto revolucionario y de aquello que nos separa de la socialdemocracia neoliberal, desde la crítica al proyecto neoliberal.
Cuando intelectuales de la izquierda manifiestan, que la definición de izquierdas no sirve para diferenciarse ante el pueblo de las posiciones de derechas, exponen un tremendo ejemplo práctico, porque en nombre de esa izquierda, desde el pacto de la transición entre Santiago Carrillo y Felipe González con la oligarquía euroalemana española, se han hecho todas las políticas de recortes en derechos políticos, económicos, sociales y de libertades para las clases trabajadoras. Desde ese momento, cuando desde esa izquierda, se reducen paulatinamente, los derechos e intereses generales de las clases populares en nombre de la izquierda, las diferencias desaparecen para el pueblo entre izquierda y derecha, porque el resultado es una política que solo favorece a empresarios y banqueros.
El acuerdo de gobierno, nunca se dará con la socialdemocracia neoliberal, y si se da, será en lucha contra ella, con el objetivo táctico de los revolucionarios, de lograr una mayoría progresista que acabe con las políticas de austeridad. Y como lo demuestra la situación griega y las presiones que el gobierno portugués encara de la troika euroalemana, será la prueba fácil de superar (si antes no se rompe la confluencia popular) El enemigo cuenta con dos aliados. Uno minoritario, pero muy conscientes, son los neoliberales en el interior de la confluencia, como los seguidores de Gaspar Llamazares y los otros, en plena inconsciencia política, representados por el infantilismo de izquierda, que nos lía y divide.
En nombre de esa izquierda (ya neoliberal) apoyaron guerras imperialistas e intervenciones militares, con las consecuencias migratorias y de terrorismo que conocemos por su rastro genocida, apoyados una y otra vez por el PSOE y sectores de IU. Han compartido pactos y gobiernos, donde la aplicación de los recortes en sanidad, enseñanza, servicios sociales o pensiones, han sido la tónica general. Han esquilmado la seguridad social, para ponerla al servicio de los fondos de pensiones privados, que tienen beneficios fiscales de la hacienda pública. En su nombre existe un despido libre total facilitado por las cúpulas sindicales neoliberales, iniciado con el estatuto de los trabajadores en 1979, que acabó con la obligatoriedad de la readmisión en caso de despido improcedente a cambio de una indemnización, lo mismo que su implicación en la corrupción. Por eso ahora es importante decirlo, porque no tenemos a nuestra disposición grandes ni medianos medios de comunicación, que nuestras políticas vienen del pueblo y son para el servicio del pueblo, porque no existe otra posibilidad de opción política.
Pero solo las podremos identificar desde el análisis concreto de los actos en sí, tanto las que provocan cada denuncia al facilitar legislativamente el despido, la corrupción, el cierre de una fábrica, una familia sin casa o salvar a las empresas o bancos, antes que a las personas, como la que nos beneficia y a partir de ahí, intervenir en la denuncia del neoliberalismo socialdemócrata conservador, que permite que se disparen las diferencias sociales y desigualdades y el compromiso y la solidaridad con las fuerzas políticas del pueblo. Pero para hacerlo correctamente, a partir del conocimiento de ese hecho en sí, debemos enlazarlo, con la experiencia histórica de lucha de la clase obrera y del pueblo, sintetizada en: la unidad de la clase obrera, de su unidad con el pueblo y de la independencia de su representación política con respecto a las demás clases sociales, para iniciar un proceso de transformación política, económica y social. Porque otra política, en los países que construyen el socialismo, desde una economía de mercado, planificada y sostenible ambientalmente al servicio del pueblo, es posible.