Andy y Lucas: «Después de casi 20 años volvemos a Gijón, tenemos muchas ganas»

La próxima parada de la última gira de Andy y Lucas, Nuestros últimos acordes, será en Gijón. El dúo gaditano llenará de ritmo el teatro de La Laboral este sábado, 21 de diciembre, en un concierto en el que no faltarán sus grandes clásicos. Ahora, Lucas se abre en una entrevista para La Voz de Asturias, en la que hace un repaso a su trayectoria profesional y en la que nos cuenta cómo están viviendo estos últimos momentos del grupo musical.

—¿Qué podemos esperar del concierto de Gijón? ¿Escucharemos vuestros grandes clásicos?

—La gira está siendo tremenda. La verdad es que nos ha sorprendido a todos, al equipo y a nosotros. Nos ha sorprendido para bien. Sabíamos que se nos quería, pero no a niveles tan altos, de vender entradas enseguida y del cariño que sentimos del público. En este concierto, repasamos un poco toda nuestra carrera en canciones. Después de casi 20 años volvemos a Gijón, tenemos muchas ganas.

«Quien saque un amigo asturiano, lo tiene para toda la vida»

—¿Cómo esperáis que sea el recibimiento del público asturiano?

—Yo es que tengo muchas amistades en Asturias. La verdad es que quien saque un amigo asturiano, lo tiene para toda la vida. En mi caso, cada vez que voy a Gijón, tengo amistades que no quieren que me vaya a un hotel a dormir, que como vean que voy un hotel se enfadan conmigo. Son de los de: «¡que te quedes en mi casa, joe! ¡Tenemos que ir a comer!». Pero yo quiero descansar en mi hotel. Son muy encantadores.

—Ya hace más de 20 años que os dedicáis al mundo de la música, ¿el sentimiento cuando subís al escenario sigue siendo el mismo? ¿Seguís con la misma ilusión?

—Sí, incluso hasta más. Es verdad que al principio los objetivos eran otros, era más pasotismo o creer que era un hobby. Ahora, hay una responsabilidad de querer, lógicamente, hacer un buen trabajo. Con esa madurez sabes que la vida pasa, y como pasa, intentas disfrutar del momento. Eso es lo que siempre intentamos hacer nosotros.

—¿Cómo fueron vuestros inicios como grupo?

—Al principio fue en el colegio con Andy. Hemos coincidido desde muy pequeños en el colegio. Él cantaba en carnaval y a mí me gustaba la música, pero se me tenía por futbolista. Un día le sorprendí tocando la guitarra, aprendí solo. Quedábamos en el recreo del colegio y nos metíamos en el aula de música para hacer canciones. A raíz de ahí, poco a poco, fuimos por bares, por parques; hacíamos nuestras maquetas. Esas maquetas llegaron a las discográficas y de ahí salimos.

—¿Cómo gestionasteis el éxito de Son de Amores?

—Son de amores y Tanto la quería son dos clásicos que parece que nunca pasan de moda. Hombre, te sorprende, es algo nuevo en tu vida. Si no tienes gente alrededor que te mantenga un poco la cabeza en el sitio, como tu familia o tus padres, pues posiblemente se te pueda ir. Fue casi un fenómeno social en aquel momento. Creo que hemos sobrevivido bien y hemos pasado bien esa etapa para poder decir que ahora ya estamos afianzados en la carrera musical y sabemos muy bien donde estamos.

—¿Cómo definiríais vuestra carrera artística?

—Apasionante, imparable, no sé. Podría decirte que hasta de ensueño, porque ni la cuarta parte de la cuarta parte de lo que habíamos soñado, pensábamos que se iba a hacer realidad.

—Como grupo, ¿cuáles han sido los mejores momentos? ¿Y los más complicados?

—Hombre, mejores momentos ha habido muchos. Cada vez que te subes a un escenario, las ciudades que conoces, las personas que conoces, los sitios y lugares a los que vas. ¿Los peores momentos? Pues igual alguna vez que nos ha tocado alguien un poco tóxico y tienes que saber darte cuenta y eliminarlo. Por otro lado, ahora por ejemplo, el disco se llama Nuestros últimos acordes porque yo por circunstancias, por el tema del corazón, tengo que dejarlo un tiempo.

—¿Qué acogida está teniendo esta última gira? ¿La estáis viviendo de manera diferente a las anteriores?

—Sí, estamos haciendo un concierto por provincia más o menos. Bueno, en el caso de Asturias, hacemos Oviedo y Gijón. Y ya te digo, el público está siendo increíble, está yendo con un fervor tremendo y con un cariño brutal. La verdad, que estamos muy contentos porque lo estamos viviendo como si fuéramos todos los días a Disneylandia.

—¿Cómo os preparáis para afrontar ese último concierto que tendrá lugar el próximo 10 de octubre en el Palacio Vista Alegre?

—Pues mira, la verdad que vamos a hacer algo muy especial, con bastantes amigos y rodeados de nuestras familias, pero sobre todo, rodeado de nuestro público. Al fin y al cabo, va a ser el concierto de los conciertos. Creo que igual que el de Wizink fue el que abrió esta etapa, este será el que la cierre.

—¿Es un adiós definitivo o seguiréis vinculados a la música?

—Ahora mismo lo que tenemos claro es que queremos disfrutar cada concierto que viene. Pero no tenemos pensado nada en el futuro; no sé ni lo que voy a hacer pasado mañana. Nosotros no es que nos separemos, todo ha sido por una causa mayor, pero ojalá algún día esos análisis clínicos salgan bien y podamos volver. Dios lo quiera.