Sergio Dalma pone a Gijón a sonreír para la foto: «Volver a veros es volver a sentirse bien»

Hacía dos años que Sergio Dalma no cantaba en Asturias y la lluvia y el viento no impidieron a las fans acudir a su cita en el Teatro de La Laboral, de su vuelta al escenario de Gijón aseguró que «volver a veros y ver caras conocidas de amigas es volver a sentirse bien». No hizo esperar a su público y empezó puntualmente para presentar su nuevo álbum «Sonríe porque sales en la foto».

Con los aplausos nerviosos de sus fans introdujo el concierto con voz en off y saltó al escenario entre gritos para abrir el espectáculo cantando He cerrado los ojos para verte. En total cantó casi una treintena de canciones nuevas, como Madrid-Buenos Aires, y antiguas, que fueron las que más triunfaron.

Durante una segunda parte del concierto hizo honor a sus letras más representativas y con Solo para ti consiguió el coro de todo el teatro y Somos gigantes hizo levantar a todo el público. No se olvidó de sus iconos: Bailar pegados o Tú. Además de recordar algo que le acompaña siempre, Italia, con un Soy un Italiano mezclado con el himno Bella Ciao al acordeón.

Dalma tiene un club de seguidoras muy afianzado e intercambia miradas y complicidad muchas veces, puede ser por eso que durante la función se acercarse más de dos y tres veces a sus fans. Haciendo justicia al nombre de su último álbum, sonriendo se acercó a colarse en la foto de dos espectadoras en primera fila en medio de una canción.

El cantante catalán agradeció a su público la acogida y sus ánimos, aunque no hizo referencia a la cantidad de halagos que recibió, entre canción y canción nunca faltaron un par de «guapu» de alguna fan e incluso llegó a escucharse un «eres mi padre» desde el anfiteatro. Tras haber desaparecido con su equipo en un falso final, reapareció para cerrar su función con Galilea, otro clásico que hizo saltar, corear y sentir fortuna a la marea de fans que llenaron el teatro.

Sergio Dalma cumplirá 60 años en septiembre de 2024 y lleva más de 30 en la música, a pesar de ello, estuvo cerca de dos horas transmitiendo energía a su público desde el escenario, hizo levantarse a cada rincón del teatro y hasta la última estrofa que cantó fue cargada de fuerza.