La Voz de Asturias

Ángela Pumariega, candidata del PP en Gijón: «En el Muro cabemos todos con una inversión realista y sin enterrar 60 millones de euros que no tenemos»

Gijón

E. G. Bandera Gijon
Ángela Pumariega, candidata del PP a la alcaldía de Gijón

Dice que las dos palabras que han definido a este mandato que termina son «parálisis y enfrentamiento» y propone que el camino hacia una ciudad más sostenible sea más «pausado» y «siempre» dando alternativas

20 May 2023. Actualizado a las 05:00 h.

Medallista de oro de vela en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Ángela Pumariega (1984, Gijón) aspira a que su ciudad deje de darle la espalda al mar y aproveche el potencial de ser  costera. Licenciada en Económicas, la candidata del PP a la alcaldía de Gijón propone un programa electoral «realista» y ajustado a la realidad económica del ayuntamiento, en el que se cuiden las pequeñas obras que mejoran la vida de los gijoneses en sus barrios y se resuelvan sin grandes desembolsos proyectos como la reforma del Muro de San Lorenzo o el plan de vías, en el que propone la opción que considera más viable: «Que haya edificaciones en el solarón, con un tamaño asumible por promotores locales y regionales, integradas en zonas verdes y creando barrio, es el único proyecto viable porque el dinero de la venta de estos terrenos, en torno a 40 y 50 millones de euros, permitirá al ayuntamiento sufragar el plan de vías. Hacer un parque en el solarón nos costaría los 10 millones de euros de la obra más lo que dejaríamos de recaudar para el desarrollo del plan de vías».

-¿Qué sensaciones le está dejando esta campaña electoral?

-Sensaciones muy positivas. Lo sentimos sobre todo en la calle, que es el mejor indicador. Llevamos dos años poniendo carpas en todos los barrios y hemos notado un cambio positivo en la ciudadanía: sentimos calor, apoyo y de ahí nuestra motivación y nuestra ilusión.

-¿Es realmente una incógnita lo que ocurra en Gijón el 28-M? ¿Qué resultado esperan obtener?

-Desde luego que los gijoneses están ya gritando la necesidad de un cambio de gobierno y nuestro objetivo no es otro que conseguir la alcaldía de Gijón, para lo que estamos trabajando, sobre todo con más ímpetu en los últimos meses, desde que fui nombrada candidata. Gijónnecesita un cambio y ese cambio lo representa el PP.

-¿Qué valoración hace de esta legislatura que termina?

-Las dos palabras que han definido este último mandato han sido parálisis y enfrentamiento. La ciudad no ha avanzado en grandes obras en estos últimos cuatro años, al margen de los avances que hemos tenido en cuanto al vial de Jove, que más parece una promesa electoralista. Ha habido parálisis porque se sigue hablando de todas esas promesas incumplidas, como el vial de Jove, el metrotrén, el plan de vías, la autopista del mar…,  y confrontación porque el actual equipo de gobierno prácticamente se ha enfrentado con todo Gijón desde muy diferentes áreas. La movilidad es el área que más críticas y enfrentamientos se ha llevado y ha generado mucha división en la ciudadanía, derivada también del poco diálogo y el poco consenso que ha habido en torno prácticamente en torno a todas las decisiones de este gobierno. El resumen es parálisis, división y esto conlleva un estancamiento económico de la ciudad.

«Tenemos muchas quejas de la ciudadanía y de los empresarios sobre las trabas burocráticas. Cualquier cosa que tienen que hacer con la administración es muy lenta, paraliza y entorpece cuando tiene que ser todo lo contrario»

-¿Cuáles son los principales retos que tiene Gijón ahora por delante?

-Gijón tiene que volver a ser una ciudad atractiva, lo primero, para los gijoneses y hay que ponerla en el mapa, siendo también atractiva y referente para quienes vienen de fuera, para los turistas. Uno de los pilares donde más hemos puesto el foco en nuestro programa electoral, y así tiene que ser para salir de este estancamiento, es en la promoción económica, en la creación de riqueza, en la creación de empleo, en ayudar a nuestros emprendedores y en evitar que nuestros jóvenes se vayan fuera de Asturias por falta de oportunidades. Ahí es donde tenemos que enfocar la mayor parte de nuestros esfuerzos, que también deberían pasar por eliminar trabas burocráticas. Tenemos muchas quejas de la ciudadanía y de los empresarios en ese sentido. Cualquier cosa que tienen que hacer con la administración es muy lenta y esa situación lo único que hace es paralizar y entorpecer cuando tiene que ser todo lo contrario: dar facilidades y tener una administración mucho más ágil sobre todo para dar oportunidades y para que los gijoneses vivan mejor.

-¿Qué medidas impulsará para generar condiciones que favorezcan la creación de empleo y un mayor desarrollo económico?

-Gijón tiene casi 18.000 personas desempleadas y lidera la tasa de desempleo juvenil, que se encuentra entre las peores de Europa porque España la lidera con cerca de un 36%. Gijón se sitúa en el 47%. Hay que ayudar a las empresas, a los autónomos y a las pymes a generar empleo, primero eliminando trabas burocráticas mediante la creación de una ventanilla única y aumentando hasta el límite legal las declaraciones responsables, que también ayudará a evitar muchísimo papeleo en muchísimo tiempo. Y desde luego apostamos por una bajada de impuestos y una congelación de tasas y precios públicos. Nuestro planteamiento de esa rebaja fiscal sería en torno a unos 10 millones de euros. El ayuntamiento va a recibir más dinero por transferencias corrientes de las administraciones central y autonómica y el presupuesto municipal quedaría prácticamente equilibrado con esa rebaja que queremos aplicar a los gijoneses.

-¿Y para el comercio local?

-Estamos viendo cómo en Gijón hay cada vez más tiendas y locales cerrados, es una pena además porque la ciudad se caracteriza por tener mucha empresa pequeña y muchos emprendedores a los que tenemos que darles facilidades. Hace poco planteábamos a la Unión de Comerciantes una serie de ayudas e incentivos para las empresas que pueden beneficiar al comercio. Por un lado bonificaciones en el IBI para las empresas de nueva creación que realicen contratos indefinidos y para aquellos negocios que se hayan visto afectados por obras municipales que superen los dos meses y, por otro, en ese objetivo de situar a Gijón en el mapa como ciudad atractiva, campañas de publicidad y digitalización que ayuden a nuestros comercios a ser referente y a ser cada vez más competitivos. También creemos que hay que cuidar al comercio más tradicional. Siempre que se cree empleo hay que compensarlo con esas bonificaciones fiscales y con esa ayuda que supondrá la eliminación de las trabas burocráticas se va a facilitar mucho el día a día de los pequeños comerciantes.

-En esos dos años de recogida de opiniones y peticiones, barrio a barrio, ¿qué les han transmitido sobre qué otros asuntos deberían ser prioritarios?

-En estas carpas ha habido dos temas que preocupaban mucho. Uno es la limpieza de la ciudad, algo que era genérico en todos los barrios. Una ciudad limpia no deja de ser la imagen y la marca de Gijón y mejorarla ese servicio va a ayudar mucho al sentir de cada ciudadano cuando sale de su casa. Otro es la seguridad, que últimamente se está viendo perjudicada. Es cierto que Gijón es una de las ciudades más seguras de España, pero eso no quita para que en los últimos meses la seguridad se haya visto afectada en la zona rural, con las oleadas de robos en viviendas, y en dos barrios en los que así nos lo hicieron saber. Uno es Cimavilla, donde sobre todo los fines de semana y asociado al ocio se dan problemas de seguridad en los que se quejan además de que la Policía no sube al barrio, y el segundo en El Llano, donde también nos comentaban que están viendo día a día en sus parques gente que no cuida el mobiliario y que no mantiene una actitud cívica. Por ello, queremos que haya un aumento de la Policía Local, que se patrulle más, porque va a generar también un efecto disuasorio que se verá repercutido en la seguridad en Gijón.

-Su programa se basa en doce ejes con propuestas «realistas, factibles». ¿Cuáles podrían ser inmediatas? 

-Es un programa realista porque no hacemos ninguna propuesta de grandes obras. Sabemos la situación económica que tiene el ayuntamiento y no queremos hacer ningún brindis al sol. Una de las actuaciones inmediatas sería en el Muro, donde creemos que hay que recobrar de forma inmediata la situación anterior, sobre todo volver a poner el carril bici en su lugar para garantizar la seguridad vial. Nuestra propuesta es sensata, no de grandes presupuestos porque serían irrealizables y se quedarían en meras promesas electorales. No queremos enterrar en el Muro 60 millones de euros que además no tenemos, pero sí que creemos que, para empezar, hay que hacer una zona que sea más amable. Proponemos dejar el paseo como está, que la calzada sea plataforma única y mantenga el doble sentido y que las sean más anchas en la zona de los edificios para favorecer al comercio y a la hostería de la zona. En el Muro cabemos todos con una inversión realista y sobre todo también proporcional a los problemas, porque realmente no había un problema de convivencia, simplemente hay que darle a esa zona tan emblemática un lavado más actualizado y renovado, pero también ajustado económicamente.

«No estamos en desacuerdo con esos objetivos de conseguir una ciudad más amable, pero siempre dando oportunidades, no convirtiendo Gijón en un laboratorio ideológico de la movilidad»

-Uno de los puntos conflictivos de esta legislatura, como decía antes, ha sido precisamente la movilidad. ¿Cómo se plantea consensuar esa obligada transición hacia una movilidad sostenible como exige Europa y la ley de cambio climático?

-Nuestro planteamiento, una vez que alcancemos el gobierno, sería derogar la actual ordenanza de movilidad que está en los tribunales y abordar una nueva redacción al plan de movilidad. Es cierto, y lo compartimos, que tenemos que avanzar hacia una ciudad sostenible en la que debemos de dar más espacio a los peatones y en la que se intente reducir el uso del vehículo privado. Sabemos que es así y nos viene además impulsado desde Europa, pero consideramos que todos estos cambios se deben hacer más pausados de lo que se ha hecho en este actual mandato, en el que al final lo que han conseguido es crear mucha polémica y división. Tenemos que avanzar hacia ese modelo de una forma más tranquila y sosegada pero sobre todo también dando alternativas antes de ofrecer estos cambios. Sabemos que tenemos una ciudad con una población de edad muy elevada, en la que el transporte público no funciona y en la que no hay sitios tampoco para aparcar, entonces debemos trabajar porque Emtusa tenga unas líneas de autobús que sean realmente atractivas y eficientes, con unos tiempos de transporte adecuados a a las necesidades, con una reordenación de las líneas consensuada ya no solo con los vecinos sino también con los propios trabajadores. Hay que avanzar hacia ese modelo de ciudad dando siempre alternativas. Además, una de las medidas que pondríamos en marcha en cuanto lleguemos al gobierno va a ser que los coches antiguos que no tengan tarjeta ambiental puedan circular y aparcar por la ciudad para dar oportunidades a los gijoneses que no pueden cambiar de coche con facilidad. También creemos que la limitación de tener una tarjeta ORA por domicilio no es viable para muchas familias que tienen dos coches y que no pueden alquilar una plaza de garaje, eso también lo eliminaremos, al igual que la medida que obliga a las personas con movilidad reducida a pagar por estacionar en zonas habilitadas. No estamos en desacuerdo con esos objetivos de conseguir una ciudad más amable, pero siempre dando oportunidades, no convirtiendo Gijón en un laboratorio ideológico de la movilidad.

-¿Cómo impulsará la participación ciudadana?

-La participación ciudadana era uno de los puntos en común que tenía la coalición del PSOE e IU y la verdad es que ha saltado por los aires. No ha funcionado en cuanto a los sistemas que tenía el ayuntamiento, ya sea en los consejos de distrito pero tampoco cuando el Grupo Covadonga entregó 12.000 firmas y no se tuvieron en cuenta. Tampoco se tuvo en cuenta prácticamente ninguna conversación con ningún barrio para todas las obras que no han sido nada populares ni bien acogidas. Tampoco ha habido ningún diálogo ni ningún consenso en prácticamente en ninguna decisión, así que hay que reformular el planteamiento de la participación ciudadana. A los consejos de distrito hay que escucharles, los vecinos saben realmente lo que necesita su barrio y no como lo que ha pasado estos años que se iba casi con el presupuesto cerrado y no había opción a ninguna réplica. También habrá que darle una vuelta a la participación ciudadana para adaptarla a los tiempos actuales con otras fórmulas de comunicación como pueden ser las digitales y desde luego darle peso a los vecinos. Aumentando el diálogo con ellos seguramente seremos una administración mucho más eficaz. La política municipal tiene que estar a pie de barrio y, como en el PP lo hemos estado sobre todo estos dos últimos años, sabemos que los vecinos quieren que se arregle el parque de al lado de su casa, un plan de asfaltado, una conservación de las zonas verdes… Esas cosas pequeñas son las que nos han ido transmitiendo en cada barrio y debemos poner el foco en ese cuidado viario para que cada uno de los gijoneses esté a gusto en la zona en la que vive.

«Gijón vive de espaldas al mar y es una pena porque tenemos una instalación deportiva totalmente gratuita: la bahía está ahí y aprovechar ese potencial que tenemos en el entorno marítimo debe ser una apuesta firme»

-¿Y cómo podría la ciudad aprovechar su potencial marítimo?

-Gijón vive de espaldas al mar y es una pena porque tenemos una instalación deportiva totalmente gratuita: la bahía está ahí y aprovechar ese potencial que tenemos en el entorno marítimo debe ser una apuesta firme, ya sea por la parte deportiva -en la que hay mucho que mejorar- como por la turística. El paseo del Muro, Fomento y el muelle son sitios que deberían estar muy potenciados, pero ahora mismo tenemos un paseo bajo villa que confunde, que es es desastroso y eso es imagen de ciudad. Hace falta una apuesta firme por todos los entornos marítimos. En el deporte, con la creación de una estación náutica que aglutine todos los deportes náuticos y que trabaje por potenciarlos, pero también apostando por la marca Gijón a través de sus costas. El barrio de El Natahoyo, con los terrenos de Naval Gijón, también vive de espaldas al mar y lo tiene a muy pocos metros. Queremos modificar el plan general para que esos terrenos puedan tener un uso mixto, abrir esa parte de Gijón al mar con un gran paseo pero también ampliando el barrio para que los vecinos de El Natahoyo puedan vivir realmente casi en primera línea de costa.

-¿Qué otras propuestas de su programa electoral son fundamentales en su modelo de ciudad?

-Queremos potenciar el triángulo estratégico de la innovación. Ahora mismo Gijón tiene en el Parque Científico y Tecnológico un modelo de éxito empresarial, con unos 5.000 puestos de empleo de calidad y que representa el 7% del PIB. Su ampliación, con la que se puede llegar a los 15.000 puestos de trabajo, es una apuesta que hay que potencia. Es un punto estratégico de Gijón al que debemos darle todas las facilidades y ayudas para que salga adelante lo antes posible y atraiga a empresas para que vengan a Gijón. Si ese modelo funciona, lo queremos replicar en otros dos puntos formando ese triángulo. Uno sería en la antigua Mina de La Camocha, para crear un entorno empresarial de economía verde relacionada con el sector agroalimentario, y otro en Naval Gijón, con un desarrollo empresarial relacionado con la economía azul. Ahí es imprescindible ese uso mixto, que pudiese haber viviendas para vender los terrenos y tener financiación para llevar a cabo el proyecto, porque si no este desarrollo saldría con una deuda de 25 millones de euros que el ayuntamiento no podría asumir. Este triángulo de la innovación, repicando el modelo de la milla del conocimiento, sería un impulso importante para favorecer que las empresas se instalen en la ciudad y creen empleo, ayudando a retener ese talento joven que ha hecho que el quinto concejo asturiano esté en Madrid. Que esos jóvenes puedan regresar y que el se quiera marchar sea porque lo quiere hacer, no por obligación, debe ser uno de nuestros mayores retos.


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