Caen dos cabecillas de «Los Trinitarios» que habían sembrado el miedo en Gijón
Gijón
Un menor de nacionalidad dominicana ejercía las funciones de jefe y de líder
20 Jul 2022. Actualizado a las 13:33 h.
La Policía Nacional ha detenido en Gijón y en Madrid a dos de los presuntos cabecillas de uno de los capítulos de la organización criminal «Los Trinitarios» asentada en la ciudad asturiana acusados de participar en agresiones y robos con violencia a menores de edad, según ha informado la Comisaría gijonesa.
Las detenciones de los dos presuntos líderes del capítulo asentado en Gijón se llevaron a cabo la semana pasada y en los registros efectuados en sus domicilios los agentes intervinieron pañuelos y ropas identificativas de la banda, documentos con el «Juramento Trinitario» y armas blancas que les vinculan a la organización.
Su arresto se ha producido en el marco de la segunda fase de la «Operación Estilete» encaminada a identificar y detener a los líderes de este grupo organizado y jerarquizado. Las investigaciones policiales comenzaron a finales del pasado año en Gijón tras la denuncia de varios menores por las amenazas y agresiones de un grupo de jóvenes cuyo origen podría estar en un ritual de iniciación en bandas juveniles violentas.
En esta primera fase de la operación fueron arrestados diez menores de edad en Gijón y se informó a la Fiscalía de la integración de otros cuatro adolescentes que no habían cumplido los 14 años. Los detenidos era en su mayoría inmigrantes de segunda generación pertenecientes a varias nacionalidades: colombianos, brasileños, dominicanos, ecuatorianos, venezolanos y un joven ucraniano.
La Policía considera que todos ellos se habrían incorporado al grupo en busca de afinidad y de una hermandad que no encuentran en su entorno y que además llegan a percibir como hostil. Además formaban parte de este grupo un chico y cuatro chicas de familias españolas que se habrían asociado por amistad o por iniciar una relación afectiva con alguno de los integrantes.
La labor de vigilancia constante en las zonas de ocio y de reunión juvenil en Gijón y la colaboración estrecha con la comunidad educativa permitió detectar, a principio de febrero, un nuevo grupo de jóvenes menores de edad que empezaban a identificarse bajo el nombre de Trinitarios. Además, varios padres denunciaron la fuga de sus hijos durante los fines de semana y advirtieron del temor sobre su posible adhesión a una nueva banda que se hallaría en su período inicial.
Durante las pesquisas, los agentes averiguaron que un menor de nacionalidad dominicana ejercía las funciones de jefe y de líder. El cargo era fácilmente identificable por su actitud con el resto de los componentes, sus dotes de mando y por su carisma para atraer a nuevos integrantes haciendo que se acrecentase el sentimiento de hermandad.
La labor de captación la efectuaba en las zonas de ocio entre jóvenes inmigrantes y en las inmediaciones de los centros escolares, donde jóvenes autóctonos, fundamentalmente chicas, se aproximaban a ellos por su «aparente popularidad» y la supuesta «emoción» por contravenir las normas, según los investigadores. Tras aceptar ser parte de este grupo, los jóvenes comenzaban a reunirse en parques públicos y en una casa abandonada de la zona del Llano. Aquellos que quieran ingresar en el grupo deben de realizar un juramento, llevar a cabo un rito iniciático y pagar una cuota.
En algunos casos, se les imponía la obligación de pelarse con otros miembros que ya pertenecían a la banda, como prueba de su fuerza y osadía y con el objeto de demostrar su valentía y se les obligaba a llevar navaja y ocultarla en el zapato o en las zonas íntimas. Una vez terminada la primera fase, la Policía Nacional continuó la investigación para identificar al resto de los cabecillas, en un operativo que ha culminado con los dos arrestados en Madrid y Gijón.