La empresa de ayuda a domicilio tiene mes y medio para pagar lo que debe a a la plantilla

El Ayuntamiento de Gijón se da un plazo de mes y medio para intentar llegar a un acuerdo «amistoso» con Aralia, la empresa que presta el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) en el concejo, y hacer un contrato puente. Así lo explicaba hoy la presidenta del comité de empresa de Aralia, Aurora Morán, que ha indicado que esa salida «amistosa» de la empresa, tras los incumplimientos tanto del pliego de condiciones como del convenio colectivo prácticamente desde que se firmó el contrato en 2017, está condicionada a que la empresa abone las cantidades adeudadas a la plantilla de 385 trabajadores, de los que 359 son mujeres y 26 hombres.

Morán, según recoge Europa Press, indicó que llevan cuatro denuncias por el impago de 600 euros y otras denuncias por impago de los pluses de trabajadoras de los fines de semana y festivos. Además, según añadió, de otros incumplimientos en los descansos y «estratagemas» de la empresa para no darles este derecho que tienen reconocido, así como el retraso en los pagos en las nóminas y las extras de Navidad.

Asimismo, señaló que los contactos de ayuntamiento son casi continuos con Aralia y que, mientras tanto, las trabajadoras han llevado actos de protestas que, en caso de no resolver las cuestiones pendientes, si no se resuelven las cuestiones pendientes, seguirán celebrándose planteando otras movilizaciones.

Junto a Morán han intervenido Ana Blanco y Verónica González, por parte de las federaciones de UGT y CCOO, respectivamente, que consideraron que los ayuntamientos deberían mirar otros condicionantes en lugar de ir a una subasta «pura y dura» en la que prime la mejor oferta económica. En este sentido, indicaron que primar la oferta económica sin más pone en riesgo que se presenten empresas «serias y solventes» ya que cuando se subroga un contrato incluye también las deudas de la anterior adjudicataria.

También lamentaron que el sector de la ayuda a domicilio, tan fundamental en Asturias y esencial por estar recogido en la Ley de Dependencia, esté sin embargo «muy poco valorado». Además, incidieron en que, con esta situación a la que se ha visto abocada la plantilla, no se valora el «trato exquisito» a los usuarios por parte de las trabajadoras, a las que se les exige certificados profesionales y una serie de requisitos cuando las empresas, a la hora de verdad, no cumplen.