Las colas de la Renta Social: pendientes de lo que el reloj decida
Gijón
El segundo día de la convocatoria congregó a más demandantes ante las ventanillas de los centros municipales ante el temor de que sus solicitudes lleguen tarde a las recortadas ayudas de emergencia
12 Nov 2018. Actualizado a las 16:32 h.
Laura tiene 37 años. Es vecina de La Calzada. Divorciada. Vive sola y cobra la pensión de invalidez absoluta desde que tuvo que dejar su trabajo de almacenista como colaboradora en Correos: una paga que le queda muy justa. Por eso acaba de soportar en el centro municipal del Ateneo de La Calzada tres horas de cola frente el mostrador ante el que casi trescientas personas han desfilado ya antes que ella y que espera, al menos, a otras tantas antes de echar el cierre, bastante más allá del horario de atención fijado para las 17,00 horas. El objetivo de todos ellos es el mismo. Como el de los que les precedieron el lunes y de los que seguirán en días sucesivos: conseguir que su solicitud para una «ayuda de emergencia para personas con bajo nivel de ingresos» -la denominación oficial de la conocida como Renta Social Municipal- sea una de las atendidas en esta convocatoria: la tercera desde que se instauró el pasado año. Se abrió la víspera y estará abierta hasta el 5 de diciembre. Pero aun así Laura, que lo intenta por primera vez después de que alguien le informase de la existencia de estas ayudas, no las tiene todas consigo: «Tenía todos los papeles para la Renta Social, pero me faltaba uno para la ayuda energética, así que tendré que volver mañana. Y tendré que madrugar más», comenta, entre la resignación y cierto agobio.
Un agobio que no es porque sí. Incluso los que ya estaban al tanto y aguardaban la publicación de las bases para entregar su solicitud fueron cogidos, como todo el mundo, a contrapié con la brusca reducción del dinero disponible para la tardía publicación de la convocaoria en este ejercicio: solo medio millón de euros, 800.000 menos de los que se esperaban conforme a lo presupuestado y acordado en despachos y comisiones municipales. También hay un recorte inesperado en los 550.000 euros para echar un cable en el pago de la cuenta de la luz: se han quedado en 350.000. Un millón de euros menos en total. Y con esta cláusula en las bases: «La concesión de las ayudas estará supeditada a la existencia de crédito suficiente en el ejercicio y en la aplicación presupuestaria correspondiente. En el supuesto de que las solicitudes presentadas sobrepasen la disponibilidad presupuestaria asignada a esta convocatoria de ayudas, se aprobarán en función de la antigüedad de entrada en registro de la solicitud hasta agotar el crédito». En resumen: riguroso orden de llegada.
Habituados a echar cuentas para llegar a fin de mes, los destinatarios de la convocatoria -«unidades económicas de convivencia independientes» (UECI) que perciban al mes menos de entre 665 y 1.145 euros, en función de su número de integrantes e hijos menores- también las han echado para esto. El total de 500.000 dividido por el máximo de 2.500 euros por UECI da para 200 solicitudes aprobadas. Es verdad que no todas llegarán al máximo pero la media de la primera convocatoria rozó los 2.300 euros por unidad. No da para muchas familias más. Quedan muy lejos los casi 6 millones repartidos el pasado año de los 8 que se presupuestaron para la puesta en marcha de la Renta Social.
Tormenta perfecta
Eso explica las colas que, según comenta una de la decena de funcionarios que no dan abasto en la reforzada plantilla del Ateneo de La Calzada, son «bastante mayores» que las del primer día. En uno de los cinco centros con más presión de los cinco que recogen solicitudes, a las 13,30 los dígitos cantan: 260 atendidos y 235 en espera. Los números se seguirán dando hasta el cierre de las ventanillas, pero se atenderá a todos los que hayan cogido turno. El lunes hubo que prolongar hora y media la atención en La Calzada.
El boca a oreja y el miedo a quedarse excluido han empujado y el martes va a ser mucho peor. Los sindicatos municipales han puesto el grito en el cielo. CCOO ha hablado de «tormenta perfecta». No solo ha criticado el recorte en el presupuesto y la «falta de previsión» del equipo de gobierno de Foro: también el «rácano plazo para presentr la solicitud» y la concesión por «estricto orden de recepción (sin tener en cuenta ningún tipo de baremos sociales o necesidad objetiva»). Un comunicado de última hora del martes habla de colas de más de 150 personas simultáneas en los cinco centros municipales donde hay ventanilla abierta y de excesos de jornada de tres horas. Una situación que -asegura CCOO- salva solo la «profesionalidad» del Servicio Municipal de Relaciones Ciudadanas.
Las razones para la inquietud que ha provocado esas aglomeraciones no atienden a lo que las bases proclaman sobre la ampliación de los recursos de esta tercera convocatoria que ya se habilitarán el año que viene: otros 1,3 millones. Los más informados saben que la letra habla de esa cantidad con cargo al presupuesto de 201; pero también han leído lo que va detrás en las bases. Es una partida «condicionada a la existencia de crédito disponible para el correspondiente año». Un año de más que probable prórroga presupuestaria: puro factor de incertidumbre para añadir al recorte en las expectativas. Pero es que además -como alertaba ayer la concejala de IU Ana Castaño- es «muy probable» que muchos de los solicitantes estén haciendo la cola en vano de antemano sin saberlo. La convocatoria precisa que no podrán percibir esta ayuda quienes ya recibieron la de la segunda convocatoria de la Renta Social a finales del pasado año.
Entre las que han leído las bases con atención está Montse, catalana empadronada hace dos años, es de las bien informadas. Padece un 71 por ciento de invalidez y cobra la Pensión No Contributiva de 380,60 euros. Ha trabajado muchos años en la hostelería con su correspondiente afiliación a la Seguridad Social, pero no los suficientes; el resto de los años trabajados limpiando aquí y allá no le fue dado cotizar. Quiso presentarse a las primeras convocatorias de la Renta Social, pero no pudo. Se pedían dos años de empadronamiento. Este año ya cumple el requisito. Solo que el requisito ha cambiado: ahora solo se pide uno, y Montse lo hace notar. No por agravio: «Solo porque me gusta reflexionar sobre las cosas y porque me gustaría que otros también reflexionasen». Y la reflexión que sugiere es «¿cómo es posible que se amplíe el rango de beneficiarios cuando los recursos son menores que el año pasado?». Algo a lo que ir dándole vueltas mientras espera, sentada en la escalera del Ateneo junto a su hijo. Y mientras espera también recibir respuesta a su solicitud del Salario Social del Principado.
La oposición espera explicaciones
Mientras tanto, la oposición pide explicaciones. XsP, uno de los dos impulsores de la Renta Social, las pedía ayer. Las ha pedido también su socio en esta iniciativa, IU, que espera sobre todo, recibirlas en el próximo pleno. Ana Castaño se pregunta «por qué se ha recortado un millón de euros» sin previo aviso, y anticipa una respuesta que ya se puede deducir de lo oído en días previos en comisiones municipales: «Se han disparado otros gastos, el equipo de gobierno no ha hecho un seguimiento estricto de los ellos y, cuando corría el riesgo de superar otra vez el techo de gasto, ha optado por la peor de las opciones: aplicar un recorte brutal en las ayudas sociales».
Mientras llega ese pleno y las colas, previsiblemente, siguen en los próximos días, la concejala de IU echaba mano de la literatura para describir el drama de quienes hacen cola y esperan que el corte para ser los primeros en no recibir ayudas no caiga justo a sus pies. «Es como si el dedo de Dios es el que va a decir si estás salvado o no, como los reyes cuando hacían concesión magnánima, aquí va a ser el reloj de la hora a la que se ha presentado la solicitud».