Los antitaurinos sienten vergüenza en Gijón

«Cuando implica sufrimiento ajeno, entonces deja de ser cuestión de gustos». Ese era solo uno de los carteles que se podía leer en la manifestación antitaurina celebrada en Gijón. Ya no hay corrida en El Bibio sin que los colectivos animalistas muestren su repulsa a las puertas. Parece una declaración de principios que no se agrieta con el tiempo. El domingo de la Feria de Toros de Begoña, defensores y detractores se ven las caras a las puertas de la plaza, a la hora de iniciado de la corrida. Centenares de personas reclamaron con su presencia, sus pancartas y sus gritos el final de un espectáculo que, denuncian, implica la agonía de un animal. No es su único movimiento. También están intentando conseguir el final de la propia feria, a través de otros procedimientos administrativos que, hasta el momento, no han tenido demasiado éxito.

El lema de este año no era corto pero sí muy explícito: Donde hay sangre, dolor y tortura, jamás habrá arte, valor y cultura. No a la vergüenza nacional. Convocaba el colectivo Anadel, en colaboración con Xixón Antitaurino. Los manifestantes, unos 2.000 según los organizadores, recorrieron las calles que unen la plazuela San Miguel con El Bibio. Allí se vivieron puntuales momentos de tensión, cuando los aficionados entraban y eran increpados por los antitaurinos.