La Voz de Asturias

Una gran romería en el patio de Jovellanos

Gijón

J. C. Gea Gijón

El nuevo aspecto del Museo Casa Natal de Jovellanos

Los turistas convierten el cuadro «Asturias» de Luis Pardo, una monumental pintura sobre una fiesta de prao, en la pieza estrella del centro tras la redistribución de sus piezas

23 Jun 2017. Actualizado a las 20:32 h.

Quienes entren en el Museo Casa Natal de Jovellanos después de las reformas que lo han mantenido cerrado durante las últimas semanas encontrarán sin duda que algo ha cambiado nada más poner pie en su interior. Algo más espacioso, más aireado, más amable. Y más visitantes haciéndose fotos en el atrio, sobre todo. El cierre, durante el que se ha dado una buena mano de pintura sustituido el suelo de la sala de exposiciones de pintura del XIX cambiando la un poco demasiado vintage moqueta por un suelo de madera, ha servido además para redistribuir parte de las piezas que se exhiben en el museo.

Entre ellas destacan especialmente dos: el elegante Retrato de María Teresa Gallego, de Roberto Fernández Balbuena, en el que una elegante dama da la bienvenida, frente por frente, a los visitantes y abre una ventana que airea el pequeño patio y la espectacular Asturias pintada en 1934 por el gijonés Luis Pardo. Esta última obra, una escena de romería de grandes dimensiones, se ha convertido, según los responsables del museo, en un inesperado imán para los visitantes, a los que les encanta retratarse como unos participantes más en la fiesta de prao que Pardo pintó en su juventud, antes de que la guerra oscureciese su pintura.

No son los únicos cambios. Las obras de Orlando Pelayo y Antonio Suárez, coetáneos que maduraron a mitad de siglo, han sido trasladadas a la planta superior y ocupan ahora la balconada sobre el patio, donde han sustituido a sus sucesores más líricos y figurativos, de la quinta de Pelayo Ortega y Melquíades Álvarez. Los problemas de espacio han hecho que estas obras pasen de momento al almacén, aunque la idea es que haya rotación y reaparezcan en función de los espacios que permita la programación temporal, que acaba de inaugurar una notable selección de obras de los fondos de La Colección «Los Bragales», propiedad del coleccionista Jaime Sordo, seleccionadas en función de los contenidos coetáneos del Museo Casa Natal.

También se ha alterado la distribución de algunas de las obras mayores en la reacondicionada sala de pintura del XIX, en la primera planta. Destacan, en su acceso, dos hermosos jarrones que recuerdan que los fondos artísticos municipales no solo constan de pintura y que albergan también una importante referencia de artes industriales y decorativas. Y se tiene, además, previsto, lucir también en próximas fechas materiales de archivo: obras en papel, dibujos, revistas, maquetas... En un intento de aprovechar al máximo las limitadas posibilidades de un museo que, en el fondo, no deja de ser siempre una casa, con los problemas de espacio que ello genera.


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