La Voz de Asturias

La segunda vida del edificio de Empresariales

Gijón

J. C. Gea Gijón

En el interior del nuevo edificio de Empresariales

La alcaldesa anunció en el último pleno alteraciones de última hora en los usos de un edificio que ha aspirado y renunciado a funciones muy distintas desde su cierre, y cuya reforma acaba de concluir

15 Jan 2017. Actualizado a las 05:00 h.

Una década después del traslado de la Escuela Universitaria de Empresariales al edificio de la Universidad Laboral, el histórico edificio proyectado para la antigua Escuela de Comercio de Gijón por Manuel del Busto hace 116 años parece haber encontrado esta misma semana la configuración de usos definitiva para su segunda vida. Al menos, de momento; una cautela a la que parece invitar el repaso de la historia de los usos posibles que, desde su cierre, se ha barajado para el céntrico inmueble estratégicamente situado entre las calle Tomás y Valiente, Merced y Begoña y justo a la espalda del Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI). Será un centro de titularidad y gestión municipal en el que convivirán los archivos municipales y otros importantes centros documentales, las dependencias de usos múltiples para ciudadanos, la sede del Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) y cuatro de las entidades culturales privadas de más raigambre en la ciudad.

Corporación y ciudadanos lo supieron de boca de la propia alcaldesa, Carmen Moriyón, quien anunciaba de viva voz en el último pleno modificaciones sobre un proyecto se daba por cerrado. La sede del FICX cederá la mitad de su espacio a otras dos salas de exposiciones para apoyar la programación del CCAI; la planta cedida a entidades culturales dará cabida a los ateneos Obrero y Jovellanos, pero también a la Sociedad Cultural Gesto y a la Sociedad Cultural Gijonesa, y la planta baja contendrá dos aulas y una sala multimedia para uso de jóvenes.

Este último uso, como quizá las dos nuevas salas de exposiciones, parecían pensados para colmar una pequeña parte de las demandas realizadas en vísperas del pleno por la Asociación «Jovellanos« de vecinos de la Zona Centro, pero en todo caso, quedan lejos de la petición para convertir el edificio en centro municipal integrado al uso, que el PSOE había llevado al orden del día. También recogían una pequeña parte de las de Xixón Sí Puede para configurar Empresariales como un suplemento del vecino Centro de Cultura Antiguo Instituto (CCAI), con el que algún día estará conectado el inmueble vía subterránea. Y desde luego, nada tiene mucho que ver con la propuesta del PSOE, que considera este proyecto un «cajón de sastre», de integrar el centro en un proyecto conjunto conectado a los otros equipamientos culturales de titularidad municipal existentes o venideros del eje que une Tabacalera con el teatro Jovellanos, Museo Jovellanos y CCAI.

Una historia de usos posibles

Atrás queda una historia, ya puramente especulativa, de usos posibles. Con la propiedad del edificio ya traspasada a la administración municipal, se habló primero de un centro puramente universitario que acogiese las actividades de la vecina y ya desaparecida sede de la Cátedra de Extensión Universitaria -reconvertida en ampliación del colegio público Jovellanos- y todo lo relacionado con los Cursos de Verano, además de una biblioteca universitaria de primer orden. La crisis económica irrumpió, junto a los cambios políticos en el municipio, y el proyecto fue cayendo en el olvido. Durante un tiempo, se barajó incluso la cesión a una fundación privada de formación para los negocios.

Fue ya el primer gobierno local de Foro el que planteó uno de los usos ahora recogidos: el de centro de documentación y archivo municipal. Pero posteriormente añadió usos más generalistas y abiertos a la ciudadanía, además de resolver varios encajes pendientes: el FICX, sin sede propia, y viejos compromisos con entidades culturales de gran solera, como el Ateneo Obrero y el Ateneo Jovellanos, que ya había ocupado provisionalmente el edificio antes de su cierre, tras la demolición de Extensión Universitaria.

Finalmente, el proyecto redactado desde el servicio local de Patrimonio en marzo de 2015 -firmado por los arquitectos Javier Uría, María López, Mónica Costales, Ramón Ruiz y Jorge Alonso- recogía todos esos compromisos de uso. Con un presupuesto superior a los 3,7 millones de euros, las obras se han desarrollado a lo largo de dos años en los que los trabajos en la calle Tomás y Valiente para la parte subterránea del proyecto se han convertido en un engorro para los transeúntes y una verdadera pesadilla para los vecinos.

El proyecto define la planta baja como un nivel de usos múltiples.

Desde ella se accede a toda la zona subterránea, donde estarán la Hemeroteca Provincial cedida por la Cámara de Comercio, los archivos de la Gota de Leche, los donados por el Padre Patac y Patricio Adúriz y la biblioteca Cervantina legada por Ramón Álvarez Viña. En la planta baja propiamente dicha se encontrarían las dependencias de recepción junto al área de consulta para los archivos, se reaprovecharía el salón de actos de Empresariales, con unas 130 plazas, junto a un aula de estudios y una sala de exposiciones. En la modificación anunciada por Moriyón, esa distribución se modifica, reacomodando los espacios para acoger dos salas de estudio y una sala multimedia.

En la primera planta, las dobles dependencias previstas para el FICX y la gestión de los archivos y centros de documentación municipales tendrán que ceder la mitad de sus respectivos espacios iniciales. Cada una de esas salas se dedicará a exposiciones temporales -de carácter «colectivo», dijo la alcaldesa- en la línea de una parte de las demandas culturales de los vecinos.

Finalmente, en la segunda planta, el espacio se lo repartían inicialmente las dos entidades culturales más veteranas de la ciudad: el Ateneo Obrero de Gijón, fundado en 1881, y el Ateneo Jovellanos que impulsó Torcuato Fernández-Miranda. También tendrán que renunciar a la mitad del espacio previsto en el proyecto porque a ellas se sumarán ahora definitivamente otras dos asociaciones más recientes, pero también con mucho recorrido a sus espaldas: las sociedades culturales Gesto y Cultural Gijonesa, nacidas ambas ya en el clima del último antifranquismo.


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