El Gijón que pudo ser y no es
Gijón
Una docena de proyectos lleva al menos una década intentado salir adelante, aunque algunos acabaron en un cajón para siempre
21 Aug 2016. Actualizado a las 05:00 h.
Hay proyectos eternos, que siguen ahí pese a que no hay manera de que lleguen a su término. Otros acabaron en un cajón a pesar de que eran las mejores ideas de concursos de arquitectura convocados específicamente. En este listado también aparecen esos proyectos que se pensaron a lo grande, costaron demasiado y no acaban de cumplir las expectativas. La crisis es, en casi todos, una causalidad común. Estos 12 proyectos, con sus diferencias y cada uno en su área, pudieron haber sido y no fueron. Algunos siguen abiertos, pero en esta última década no han tenido suerte, o mejor dicho, dinero.
1. El tranvía que era demasiado caro
Nunca fue un proyecto concreto, pero sí una reivindicación que, cada cierto tiempo, aparece. Gijón tenía tres líneas de tranvía (Gijón-Somió, Gijón-Musel y Gijón-El Llano) hasta 1964. La modernidad se impuso y los autobuses públicos ganaron la batalla. Sin embargo, está más que demostrado que el tranvía es un transporte moderno, ecológico y rápido en las ciudades en las que se ha implantado. En 2009, el ayuntamiento encargó un estudio que costó 300.000 euros para calcular el coste y la conveniencia de implantar en Gijón dos líneas de tranvía que circularan por El Llano y la avenida de la Constitución. La inversión estimada fue de 224 millones de euros (sólo la de El Llano eran 112 millones de euros) y ahí se acabó la historia de la recuperación del tranvía.
2. El túnel del metrotrén cumple 10 años
Sin duda uno de los grandes blufs de la historia gijonesa. Todo empezó en el año 2000, cuando el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, lo incluyó en el plan de infraestructuras. Las obras se iniciaron en el 2003 y, tras el paso de la tuneladora Noega por el subsuelo gijonés, finalizaron en 2006. Fueron al menos 138 millones de euros invertidos en hacer un túnel de 3,9 kilómetros, que une bajo tierra Viesques con el museo del Ferrocarril y que en diciembre celebrará sus primeros diez años en blanco.
3. Una estación intermodal del siglo XXI
Un proyecto ligado al anterior, dentro de un ambicioso plan de vías que ha tenido que adaptarse a las vacas flacas con más pena que gloria. En 2005 se convocó un concurso internacional para definir la imagen de los 140.000 metros cuadrados de terreno liberado de la barrera ferroviaria. La belleza de la propuesta ganadora, diseñada por el arquitecto Jerónimo Junquera, tomó forma de maqueta en una exposición dos años después e hizo soñar a los gijoneses con una estación del siglo XXI, soterrada e integrada en la ciudad bajo una cubierta de rampas ajardinada. En 2011 dejó de existir la estación del Humedal y el servicio pasó a la provisional de Sanz Crespo. El proyecto, con alguna que otra modificación que aviva de vez en cuando el debate político, sigue sobre el papel porque se necesitan más de 400 millones de euros para ejecutar todas las actuaciones previstas en el plan de vías. Este mismo año se ponía a la venta dos de las 20 parcelas de lo que ya se conoce en Gijón como el solarón (incluso hay quien ha pedido que sea el Central Park de la ciudad) y nadie presentó ninguna oferta. Se pedían 70 millones. Con la venta del suelo, en el que sigue contemplándose que se construyan cuatro de las seis torres previstas inicialmente (recortando altura también) y varios bloques de viviendas, se pretende costear buena parte del plan. Lo bueno es que el siglo XXI tiene muchas décadas aún por delante.
4. El hotel de cinco estrellas que se resiste
Varios han sido los proyectos que se han hecho públicos para que Gijón tenga su primer hotel de cinco estrellas en la última década. Uno de ellos precisamente estuvo ligado al mencionado plan de vías. Era una torre de cristal de unos 80 metros de altura (el techo de Gijón lo tiene la torre de la Laboral con 117 metros) y 22 plantas que había diseñado el arquitecto madrileño Alejandro Zaera Polo para que se ubicara en la avenida de Juan Carlos I. Uno de esos proyectos en firme que ha ido diluyéndose hasta la nada con la crisis. Al igual que el hotel de cinco estrellas que iba a recuperar la antigua residencia de estudiantes de la Universidad Laboral o el que se anunció en la casa de ejercicios de El Bibio, en donde hoy solo queda el solar vacío. La última propuesta se ubica en la antigua sede de la Autoridad Portuaria de Gijón en el puerto deportivo. Sin embargo, Puertos del Estado, de quien depende la autoridad portuaria, prefiere que el inmueble se venda a que sea alquilado con usos hoteleros.
5. ¿Cuándo llegará el AVE a Gijón?
Es la pregunta eterna, aunque quizá ya no está tan de moda como hace años. Durante una década por lo menos los políticos han repetido hasta la saciedad que la llegada de la alta velocidad a la ciudad, y eso significa gastarse muchos cientos de millones para adaptar el tramo Gijón y Oviedo, es irrenunciable. Viendo lo que está pasando en la variante de Pajares, a cuya inauguración se le ha puesto fecha una y otra vez sin que se vea demasiado claro el final del túnel, los gijoneses bien harían en conformarse con los Alvia que vuelan en los tramos fuera de Asturias. En todo caso, la tramitación del proyecto (que incluye Avilés) sigue adelante y este año se daba un paso más para someter el estudio informativo a la declaración de impacto ambiental.
6. El Musel como polo energético
Las expectativas que se habían generado en torno al superpuerto de El Musel se estrellaron en una realidad cada vez más compleja desde el punto de vista judicial. El proyecto estaba vinculado a un crecimiento diversificado de tráficos que aún no ha despegado como se preveía en la justificación de la ampliación. Un ejemplo claro: el 2015 se cerró con un movimiento de mercancías de más de 21 millones de toneladas, una cifra excelente tras años en los que el puerto no fue ajeno a la crisis pero por debajo de las que se movieron en 2005, justo el año en el que se iniciaron las obras. De los diversos proyectos que se vincularon a la ampliación, se mantiene en pie la planta regasificadora, aunque la decisión judicial que la declaró ilegal en base al Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (RAMINP), ratificada este mismo año por el Tribunal Supremo, prima de momento sobre los intentos de devolverle la legalidad. Los tan reivindicados accesos a El Musel son otro de los proyectos eternos que, según los últimos pasos dados por el Ministerio de Fomento, aún tardarán bastante en verse materializados. Hace tiempo que dejó de tener sentido ponerle fechas al inicio de obras que aún dependen de largos trámites administrativos.
7. La autopista del mar que quiere recuperarse
La autopista del mar que conectaba Gijón con Nantes-Saint Nazaire fue uno de los éxitos que, en su momento, conseguía el puerto de El Musel para impulsar la actividad portuaria. El servicio se inauguraba en septiembre de 2010 pero, al terminarse las ayudas europeas y al entrar en funcionamiento la conexión entre el mismo puerto francés y Vigo, la naviera LD Lines decidía suspenderlo cuatro años después porque no era rentable. El proyecto, en todo caso, quiere ahora recuperarse y se ha conseguido una ayuda europea de 1,5 millones para que así sea.
8. La ZALIA que iba a ocupar 4 millones de metros cuadrados en San Andrés
La Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias ha tenido un recorrido en cierto modo similar al de la ampliación del puerto de El Musel. En el sentido de que se trata de otro proyecto faraónico que se inició con un debate polémico, pero sobre las expropiaciones en la parroquia gijonesa de San Andrés de los Tacones que trajeron de cabeza a unos y a otros por lo menos desde 2004. Doce años después, de aquellos cuatro millones de metros cuadrados se han urbanizado, en la primera fase de las obras, alrededor de un millón. Las sentencias a favor de los expropiados se acumulan, las pérdidas también (el 2015 se cerró con 4,4 millones de euros en pérdidas) y la venta de parcelas no se mueve demasiado. A principios de año había una vendida, que ya se había comprometido hace dos años. Hay quien la ha calificado de isla, por la falta de accesos que también acumulan fechas de licitación (la última anunciada, por La Peñona, es octubre) e imprevistos en los trazados, y el caso es que los kilómetros de oportunidades que se ofrecen en su web no acaban de cuajar.
9. La depuradora que se espera desde hace 25 años
La historia se remonta a 1991, cuando se establecía un plan de saneamiento integral de Gijón que sigue sin poder cumplirse. Ese plan tenía dos patas fundamentales y una era la depuradora de la zona este, sobre cuya puesta en funcionamento pesa una sentencia definitiva del Tribunal Supremo. La solución definitiva, que Europa ya esperaba en 2014, tardará aún en llegar, pero mientras tanto ha tenido que recurrirse de nuevo a la Plantona, que tuvo mejor suerte ante las denuncias judiciales de los vecinos del Pisón.
10. El paseo del Muro, un plan difícil de concluir
El plan especial del Muro de San Lorenzo se pergeñó el año 2000 con una tarea difícil de llevar a cabo: mejorar la imagen de una fachada marítima en la que pesaban los estragos urbanísticos. El plan se aprobó en 2003 y, por un lado, se llevaron a cabo diversas rehabilitaciones de fachadas de edificios y, por el otro, contemplaba una reforma más integral del paseo. Muchas han sido las propuestas que, desde entonces, se han puesto sobre la mesa y han generado debate. En su momento se abordó la reorganización del tráfico con la rotonda soterrada que separa el Muro del parque Isabel la Católica. E incluso se habilitó un carril bici para que peatones, ciclistas y vehículos convivieran en el mismo espacio y sin conflictos. El soterramiento del tráfico, sin embargo, siempre ha sido una constante en las propuestas. El gobierno de Foro realizó el año pasado un proyecto que planteaba una intervención en 55.000 metros cuadrados desde el Piles hasta Eladio Carreño y que soterraba el tráfico mediante un túnel de cuatro carriles. Una pérgola permitiría ampliar el paseo actual, generando grandes zonas verdes y de ocio. El proyecto, según se dijo en su momento, podría ejecutarse en 20 meses con un presupuesto de 40 millones.
11. La sede administrativa de Peritos que acabó siendo un aparcamiento
En este listado no pueden faltar proyectos de los que nunca más se supo como la intervención que el Principado tenía pensado realizar en la antigua Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial en 2006. La Escuela de Peritos que hasta 2004 estuvo abierta en la avenida de la Constitución y que, tras una permuta, pasó a manos del Principado para convertirse en su sede administrativa en Gijón. Se convocó un concurso de ideas y la propuesta ganadora contemplaba también la creación de una plaza con un bosque ajardinado y un edificio de nueva construcción con salón de actos y sala de exposiciones. La escuela fue derruida en 2008 y, lugar del edificio administrativo previsto, hoy existe un aparcamiento. El coste del proyecto iba a estar entre 15 y 20 millones de euros en un principio, luego se cifró en 60 millones y, tanto se fue postergando en el tiempo, que llegó la crisis.
12. La Salamandra ideada para Gijón que llegó al MOMA de Nueva York
Este listado se cierra con la que pudo haber sido una gran oportunidad para la ciudad. Un proyecto denominado Salamandra que llegó a verse incluso en 2006 en el MOMA de Nueva York por su belleza arquitectónica. La historia se inicia cuando el ayuntamiento, entonces gobernando por la socialista Paz Fernández Felgueroso, convoca en 2002 un concurso de ideas para revitalizar la Ería del Piles con un centro de talasoterapia. El concurso lo gana la Salamandra ideada por el grupo Aranea, una propuesta que también pensaron para la actual ubicación del balneario pero no hubo manera.