Las bicicletas hacen «boom»
Gijón
El auge del ciclismo urbano impulsa la creación de una nueva asociación que completa la oferta de biciescuelas de Asturias Con Bici, saturadas ante el creciente interés de mayores y pequeños
20 Jun 2016. Actualizado a las 05:00 h.
Gijón no se escapa del «boom» de la bicicleta. Los gijoneses cada vez utilizan más la bici para sus desplazamientos por la ciudad, y no sólo durante los fines de semana. En Asturias con Bici (AcB), que fomenta con un sinfín de actividades el uso de la bicicleta desde su fundación en 2007, confirman ese incremento imparable del uso de la bicicleta y de personas que quieren aprenden a andar en bici y, si ya saben hacerlo, a circular de forma segura.
Asturias con Bici, ante esta demanda, puso en marcha hace tres años el proyecto de las biciescuelas, que tienen lugar una vez al mes (salvo julio y agosto) y van alternándose en Oviedo, Gijón y Avilés. «Al principio, realmente creímos que no habría tanta demanda, pero llegamos a tener listas de espera », explica Ángeles López, secretaria de la junta directiva de Asturias con Bici.
¿Cómo se enseña a andar en bici?
La biciescuela de AcB se inspira en métodos actuales de educación vial ciclista, que se denominan Bikeability y se desarrollan en países como Reino Unido y Bélgica. El proyecto tiene cuatro niveles de formación. El nivel 0 es el más básico y consiste en aprender a montar en bicicleta, el nivel 1 ahonda en habilidades que todo ciclista debería dominar como señalizar, frenar o esquivar, en el nivel 2 se realizan prácticas con tráfico real y, en el 3, se diseñan rutas personalizadas y seguras por la ciudad. AcB también organiza cursos para monitores de bicicleta para los voluntarios que imparten estos talleres.
¿Quiénes integran el público potencial de las biciescuelas?
Ángeles López explica que, al menos en los niveles básicos (0 y 1), son dos principalmente. Por un lado, «niños pequeños cuyos padres no tienen tiempo para enseñarles a andar en bici. Ahora no es como antes y los niños no pueden andar solos en la calle y los padres tampoco disponen de tanto tiempo». Y, por otro, mujeres mayores de 60 años «en cuya generación estaba mal visto que anduvieran en bicicleta o que, si había una bici en casa, era para el varón». Hoy en día, muchas de estas mujeres se ven más liberadas de las cargas familiares y dedican su tiempo a todo tipo de prácticas deportivas, incluida la bicicleta.
¿Por qué son necesarias las biciescuelas?
«La gente que nos viene no coge la bicicleta en Gijón porque tienen miedo. Aún existe poca información sobre la bici. Las normas de circulación no animan a cogerla y la cultura de la bici está aún muy poco desarrollada en este país. Sigue sin darse ese cambio de mentalidad para compartir el espacio urbano con peatones y coches. E impera la cultura del cochismo», considera López. A la hora de utilizar la bici en los desplazamientos cotidianos en la ciudad también retrae el miedo al conflicto y a situaciones desagradables que cualquier ciclista urbano ha vivido, a veces por el simple hecho de ir en bicicleta. «Todo eso disminuye si aprendes a andar en bici correctamente, aprendiendo a respetar y a que te respeten. La biciescuela te enseña a coger confianza, a hacerte respetar y a hacerte visible para los coches», explica la secretaria de Asturias con Bici, «mucha gente sabe andar en bicicleta muy bien, pero tienen miedo. Eres un vehículo y tienes derechos. No tienes por qué apartarte para que pasen los coches. Y debes ser colaborativo y respetar las normas».
«La bici en la escuela»
El éxito de las biciescuelas también llegó a oídos de los centros escolares. «Los colegios empezaron a demandar talleres de educación vial, pero como somos voluntarios, nuestros recursos son limitados», dice Ángeles López. En cualquier caso, Asturias con Bici puso en marcha el proyecto piloto La bicicleta en la escuela en marzo de 2014. La primera experiencia se realizó en el colegio Miguel de Cervantes, en El Cerillero.
Para Asturias con Bici, que fue premiada en noviembre de 2014 por este proyecto por la Dirección General de Tráfico con un galardón especial en la gala de la Federación de Ciclismo de Asturias, la iniciativa se quedó ahí ante la falta de recursos humanos para materializar el proyecto en más centros escolares. «Al trabajar con voluntarios tenemos que optimizar el tiempo. Puedes dedicar dos horas a la semana, pero más ya sería tener que profesionalizarse», explica Xuan González, que también pertenece a Asturias con Bici y que en el verano de 2015 empezó a darle vueltas a esa posibilidad.
¿Qué es La Biciclante?
Así, en diciembre de 2015 un grupo de voluntarios que trabajó en el proyecto La bici en la escuela de AcB crea La Biciclante, una asociación con la que se pretende dar respuesta a la demanda creciente de talleres de educación y seguridad vial en los colegios. «Veíamos que esa necesidad no estaba cubierta y que se podía llegar a más ámbitos de la ciudadanía. En Asturias con Bici hablamos con la junta directiva y nos indicaron que no tienen la capacidad organizativa para desarrollar esos cursos de forma profesional y sin perder los principios de la asociación, que sólo está integrada por voluntarios», cuenta González, que explica que La Biciclante toma como referentes las biciescuelas de La Ciclería, en Zaragoza, y Biciclot, en Tarrasa. También indica que existen biciescuelas profesionales en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Vitoria.
La prueba: excursión guiada de El Cerillero al Muro de San Lorenzo
El proyecto de La Biciclante para los colegios, que también ha despertado el interés del Ayuntamiento de Gijón, se ponía en práctica la semana pasada con una excursión guiada desde El Cerillero hasta el Muro de San Lorenzo para 50 alumnos de 12 años del colegio Miguel de Cervantes, que tras la experiencia de 2014 ha seguido estos dos años dedicando un mes a concienciar a sus alumnos sobre las bondades de desplazarse en bicicleta.
La directora del centro escolar, Geles García, que también participó en la excursión, explica que la biciescuela del Cervantes tiene una unidad didáctica que, bajo el lema Yo en bici, ¿y tú?, insiste en la movilidad sostenible, la educación para la salud y la educación y la seguridad vial. El proyecto tiene parte teórica en el aula y mucha práctica, con pruebas de habilidad en el patio escolar y conducción real por el barrio. Como actividades complementarias, se realizan excursiones como la de la semana pasada, que compaginaba el taller de bicicleta y otro de surf en la playa de San Lorenzo. «Las salidas es la mejor manera de aplicar a la realidad lo que se estudia en el aula y queremos que sean situaciones reales, para que cojan gusto por la bici y la usen como desplazamiento en la vida cotidiana», asegura Geles García.
Con este proyecto, el colegio Cervantes fue galardonado recientemente por la Comisión Europea con uno de los Road Safety Awards (premios de seguridad vial) con los que se distingue a las mejores iniciativas europeas destinadas a salvar vidas en la carretera. Las actividades implican de forma activa también a los padres de alumnos, entre los que se encuentra el coordinador provincial de Educación Vial de la Dirección General de Tráfico, Andrés Medina, que también colabora con este proyecto: «Los niños se dan cuenta de que en Gijón podemos utilizar la bicicleta como vehículo y disfrutan con estas actividades, en las que la colaboración es la palabra estandar. Para que no haya riesgos, la labor de seguridad tiene que ser de todos».
Decálogo para el ciclista urbano
Javier Sagarribay es el experto de Asturias con Bici en seguridad vial. Junto a Xuan González, es uno de los redactores del proyecto «La bici en la escuela» y, además, es quien forma a los monitores de las biciescuelas. Nadie mejor para desgranar cómo debe circular un ciclista urbano con seguridad y según la normativa vigente.
1. «El ciclista debe ser consciente de que está manejando un vehículo. No es un juguete
2. Tiene unos derechos y unas obligaciones. Las obligaciones son respetar la normativa y respetar al resto de los usuarios de la vía. Su principal derecho es el de utilizar la vía sin sentirse acosado, verse en riesgo o en peligro.
3. El ciclista debe circular siempre por el centro de la vía y señalizar todas sus maniobras.
4. La bicicleta debe tenerse en condiciones de circulación.
5. Nada de ir por la acera. La bicicleta es un vehículo y, si se quiere ir por la acera, debe bajarse de la bicicleta y empujarla. Es habitual pensar que, como me siento acosado y en riesgo por la calzada, me paso a la acera y acoso al peatón», dice Sagarribay.
6. En ausencia de información, siempre se debe ir por la calzada, pero si hay un carril bici señalizado, es obligatorio circular por él. En concreto, si aparece la piruleta (que es como se llama a las señales azules redondas con una bicicleta dentro), la ley obliga a que el ciclista tenga que utilizar ese carril.
7. La ley dice que está prohibido aparcar en mobiliario urbano (farolas, bancos o árboles, por ejemplo), sólo está permitido en las zonas habilitadas para ello. En la práctica, y sobre todo teniendo en cuenta que no hay tantos aparcamientos para bicicletas en la ciudad, la aplicación de esta norma es más laxa.
8. ¿Es realmente tan peligroso circular por la calzada? «Ningún ciclista tiene por qué tener problemas, pero sí se ve como un riesgo ir por la calzada. Los coches no quieren problemas y menos si respetas y señalizas. El ciclista tiene problemas cuando adelanta, por ejemplo, a un coche por la derecha y se salta el semáforo. Eso al conductor del coche le da rabia y te lo hará saber. De ahí que se diga que es peligroso?»
9. ¿Todos los carriles bici son carriles bici? «Desde las administraciones se ha querido dar una pátina verde y se han hecho carriles bici pese a que es imposible meterlos en una ciudad consolidada. El gran problema es la mala denominación de información ciclista. Por norma general, a todo se le llama carril bici, pero no todos los son. El del Muro de San Lorenzo es un carril bici adosado a la calzada, en Moreda es una acera bici y, por ejemplo, en Poniente es una acera habilitada que no es exclusiva para ciclistas y que crea un conflicto innecesario con el actor más débil, que es el peatón».
10. ¿Cómo proteger la bici del vandalismo y los robos? En Gijón, Asturias con Bici tiene constancia de que hay un mínimo de tres robos de bicicletas a la semana. Algunas medidas que apunta Sagarribay son tener un buen candado e incluso hacer uso de bicirregistros que ya existen en otras ciudades y que, además de facilitar la foto y los datos de la bicicleta, la identifican con una pegatina que sirve de aviso a potenciales ladrones.