Una inyección de suero circular para el campo asturiano

Sobre el papel, todo el mundo está de acuerdo en que es deseable impulsar la estructura productiva del campo asturiano y con ello los pequeños núcleos rurales, cada vez más despoblados. Sobre cómo llevarlo a cabo, no sobran tanto las ideas.

Y en esto están los dos impulsores del proyecto Agrolinera, Verónica Menéndez y Juan Gutiérrez, apoyados por un acuerdo con Cogersa que les permitirá dar una solución práctica, en este caso, a pequeños fabricantes de queso de Cabrales.

La idea de Agrolinera es sencilla, según explica Menéndez, directora del proyecto: «Lo que queremos es simplificar la gestión de los residuos de los pequeños productores; les estamos dando una alternativa para recoger el excedente (suero de la leche) que no pueden aplicar en el campo».

Eligieron el suero «porque es fácil de tratar y porque posee un gran impacto social, ya que la quesería artesanal da trabajo a muchas ganaderías de la zona», añade Gutiérrez, director técnico. La zona es la DOP Queso de Cabrales, en el oriente de Asturias, entre los concejos de Cabrales y tres pueblos de Peñamellera Alta, donde se fabrican unos 440.000 kilos del manjar al año por parte de 21 factorías artesanales, casi todas de propiedad familiar.

No se trata de levantar un gran depósito del subproducto, aclaran, sino de usar su aplicación, diseñada específicamente para activar, de forma sencilla y fácil, un servicio de recogida a la puerta de la fábrica, lo que reduce los problemas derivados del almacenamiento del suero. De esta manera, llegará lo antes posible a la planta de Cogersa en Serín, donde será tratado y puesto en valor. Si todo funciona como está previsto, en una segunda fase se recogería de todos los queseros de Cabrales que lo deseen y por último, a largo plazo, (en torno al año 2027) prevén instalar su propia pequeña planta de proceso en Arenas junto a la depuradora y de ese modo dar servicio a toda la zona de Cabrales.

Juan Gutiérrez asegura que con Agrolinera «no inventamos nada radicalmente nuevo, sino que aplicamos la tecnología para digitalizar los datos y aprovecharlos a lo largo de la cadena de valor».

Y reflexiona: «¿Por qué la gente abandona la actividad ganadera? Muchas veces, porque no les salen los números. Nosotros queremos romper esa limitación para permitir a las ganaderías crecer y al mismo tiempo que el residuo sea un ingreso más».

De la quesería al biogás

Una vez que se ha recogido ese suero con su trazabilidad (cuándo, dónde…), se transporta a la planta de Cogersa en Serín, donde se somete a tratamiento. José Manuel González, jefe de I+D+i de la entidad, explica el punto de partida: «El suero es la fracción acuosa de la leche cuando le retiras la grasa y las proteínas liposolubles. Los sueros pueden tener aprovechamientos por su alto contenido en nutrientes como proteínas, lactosa, vitaminas y minerales.»

Por ejemplo, señala, sirven para la elaboración de piensos, requesón, concentrados de proteína para suplementos alimenticios, obtención de lactosa y derivados, batidos proteicos, aditivo en industria alimentaria…

«No siempre (ni todo) el suero se aprovecha. La dimensión y dispersión de las queserías en Asturias dificulta el aprovechamiento, y es lo que Agrolinera aspira a resolver», dice.

Un ejemplo: Si una ganadería tiene 20 vacas y genera 600 litros de leche, la recogida específica no compensa. Pero si varios queseros descargan su producción en la Agrolinera y se reúnen 25.000 litros en un punto, entonces puede ser más fácil y eficiente ir a recogerlos.

 El tratamiento

En este proyecto piloto, que se enmarca en acuerdo firmado recientemente entre ambas partes, Cogersa aportará un tratamiento de valorización mediante digestión anaerobia gratuito durante un año, que produce combustible y compost. «Es parte de nuestro compromiso por apoyar y participar en la I+D+i que se desarrolla en Asturias con el foco en economía circular, valorización de residuos, aprovechamiento de recursos y desarrollo de esos nuevos procesos con la menor huella posible en el medio ambiente».

Durante este año, el suero recogido en las pruebas piloto generará biogás (gas renovable que sale de la descomposición de materia orgánica), con el que se producirá energía eléctrica, y compost; evitando que esos sueros generen impactos ambientales en el entorno natural de Cabrales, si es que no fueran captados y procesados del modo adecuado.

«Por lo tanto, un componente de la leche, el suero, se mantendrá por más tiempo en la economía al generar actividades como ingeniería, construcción e instalación de Agrolinera(s), los servicios de transporte y finalmente su tratamiento para producir biogás, compost, y la fracción líquida tratada que de descargará de forma controlada».

¿Hay margen para crecer? La planta de Cogersa en Serín, explica González, «puede ofrecer más de una alternativa, porque nuestro complejo de tratamiento reúne muchas instalaciones y procesos, a escala industrial, y en algunos casos también a escala piloto».

Pero en el futuro, cuando se ponga en marcha el prototipo que prevé Agrolinera, la solución será muy cercana para reducir el impacto ambiental y el coste del transporte a casi un centenar de kilómetros, hasta Serín: «De esta manera evitamos tener que desplazar estos residuos, que son esencialmente agua, y permitimos a la comunidad de Arenas de Cabrales participar en el proyecto a través de una comunidad energética. Esto nos permitiría también rebajar aún más las tarifas de recogida que cobraremos al productor», señala Juan Gutiérrez.

Ahora toca bajar al terreno y dar soluciones que los productores esperan como agua de mayo.