David Villa: «El Sporting y el Valencia son los clubes más sentimentales para mí»
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El exdelantero asturiano repasa algunos de los mejores y peores momentos de su carrera: «Luis Aragonés cambió la mentalidad de España, nos hizo creer»
07 Jun 2023. Actualizado a las 19:34 h.
David Villa vistió durante su trayectoria profesional las camisetas del Real Zaragoza, Valencia, Barcelona y Atlético de Madrid, entre otros equipos, reconoció que, de todos los clubes en los que ha militado, es el valencianista, junto al Sporting de Gijón, el más sentimental para él, que también marcó una época en la selección española.
En el combinado nacional debutó con Luis Aragonés, el entrenador que «más influyó» en su carrera, porque «siempre iba más allá y cambió la mentalidad de un equipo» que hasta entonces «no creía» en sus posibilidades. Villa (Tuilla, Asturias; 1981) llegó como juvenil al Real Sporting de Gijón procedente del Langreo y, tras un fugaz paso por el filial, ascendió al primer equipo y marcó cuarenta goles en dos temporadas en Segunda. Zaragoza, Valencia, Barcelona y Atlético de Madrid fueron sus siguientes destinos, antes de vivir tres experiencias en el extranjero en Australia, Estados Unidos y Japón.
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—El Atlético de Madrid fue su último equipo. Solo jugó una temporada pero ganó la Liga. ¿Qué significa el equipo rojiblanco?
—Vivo en Madrid, ahora tengo más contacto con los aficionados del Atlético que de otro club y guardo buenos recuerdos. Fue un año muy intenso, con mucho éxito y mucho cariño.
—En el Atlético tuvo a Diego Simeone de entrenador. ¿Qué recuerdo tiene?
—Muy bueno. Es un gran entrenador, una gran persona y nos ayudó mucho en esa temporada para tener una mentalidad ganadora. Lo suelo ver muchas veces por Madrid. Ha sido uno de los mejores entrenadores que he tenido.
—De Luis Aragonés dice que es el que más le ha influido
—Sí, sobre todo a nivel mental, fuera del campo. Al final pensamos muchas veces que el entrenador solo nos puede dar herramientas para usar cuando pita el árbitro, en los noventa minutos, y Luis iba mucho más allá. Te daba herramientas de vida, de meterte una mentalidad ganadora y es el que más me ha influido fuera del campo.
—¿Fue Luis Aragonés el entrenador que hizo que hubiera un antes y un después en la selección?
—Sin ninguna duda. Se le tiene que recordar, ya no solo como el mejor entrenador, porque para gustos los colores, pero sí como el que cambió la mentalidad del fútbol de la selección. En clubes habíamos sido dominadores pero en selecciones no. Hubo un momento en que nadie creía, ni nosotros. Le llamaban el viejo loco porque en su mensaje hablaba de ganar y realmente creía que íbamos a ganar, cuando nosotros mismos no creíamos que sus palabras fueran verdad. Nos hizo ver que los locos éramos todos los demás porque nos llevó al triunfo.
—¿Era Luis Aragonés muy distinto a Vicente Del Bosque?
—Eran distintos en personalidad pero en cuanto al orden de la selección o rigor táctico no lo eran tanto. Los dos han sido los mejores entrenadores de este país pero lo mejor que se hizo en ese caso fue que no se hiciera un cambio de timón muy grande, muy agresivo. Se hizo muy bien y por eso conseguimos seguir ganando.
—En su época de futbolista en la selección se hablaba de Fernando Torres o Villa. Parecía que había que elegir a uno de los dos. ¿Ha sido el delantero con el que mejor se entendió en el campo?
—Sí, eso es algo que vio Luis Aragonés. Decía que él tenía unas condiciones, yo tenía otras, y las íbamos a potenciar jugando juntos, que ya se buscaría él la vida para que saliera bien. Decía que juntos éramos mejores. La conexión era fantástica y nos llevamos muy bien. Ahora nos vemos en el día a día porque tenemos a los niños en el mismo colegio y vivimos en la misma urbanización. Lo considero un compañero de vestuario, un compañero de fatigas y un amigo.
—¿Se puede ser amigo de un compañero que igual te quita el puesto?
—Por supuesto. Siempre que la competencia es sana en beneficio del equipo es muy positivo. Nosotros teníamos una competencia sana de la que se beneficiaba la selección.
—De esa selección se sabía la gente de memoria el nombre de quince o dieciséis jugadores. Ahora no parece que sea así. ¿Se ha desenganchado la gente de la selección?
—La gente viene de ganar y eso nos desvirtúa porque ganar es muy complicado en cualquier ámbito. Solo puede ganar uno de todos los que lo intentan y no es fácil. Creemos que podemos tener talento y opciones de ganar en un futuro, así que vamos a apoyarles, pero obviamente cuando ganas hay mucha más afición a todo.
—En el Barcelona estuvo tres temporadas y ganó muchos títulos. ¿Qué significa como club en su vida?
—Del Barcelona tengo muchos buenos momentos y le tengo mucho cariño. Ocho títulos en tres temporadas es una barbaridad. En aquel momento no éramos conscientes de ello pero lo analizas con datos y es tremendo. Viví momentos fantásticos pero también el momento más duro de mi carrera, la lesión larga de tibia. Incluso esos meses recuerdo que me ayudaron para el futuro en cosas importantes. Tengo un recuerdo muy bueno de esos años.
—Como espectador, ¿cómo ve este Barcelona de Xavi Hernández?
—Xavi es un amigo más que un compañero. Me alegro muchísimo porque sé lo que siente, lo culé que es, y que la gente vea que el Barcelona está volviendo a ser lo que era es bonito. Han hecho una gran Liga, en las otras competiciones, sobre todo en la Liga de Campeones y la Liga Europa pasaron momentos duros, pero hay que ser consciente el tiempo que era. Si hubiera tenido toda la plantilla en esos enfrentamientos hablaríamos de otra cosa. En la Liga, que es un torneo más regular, dónde las bajas dependen de menos, ha estado bien. Lo que se viene es positivo desde mi perspectiva.
—Esta temporada se fue Gerard Piqué y ahora Jordi Alba y Sergio Busquets. ¿Es el fin de una generación irrepetible?
—Los jugadores van y vienen. Cuando llegó Busquets se fue Yaya Touré y parecía el fin. No hay ningún problema. Lo que prevalece es el club. Obviamente permanece el cariño de los jugadores que han estado mucho tiempo y la nostalgia pero vendrá uno nuevo, no igual que Busquets, pero lo hará bien.
—¿Jugar con Leo Messi fue jugar con el mejor jugador del mundo?
—Sí. Incluso no jugar con él. Yo siempre lo he dicho. Es el mejor jugador que he visto. Va a ser complicado ver otro igual y tenerlo de compañero todos los días lo único que me hizo es refrendar esa idea y disfrutarlo. Es una pasada jugar con él. Dentro del campo no es solo el mejor para sí mismo sino con los demás. Solo hay que ver sus estadísticas de asistencia.
—En el Valencia jugó cinco temporadas, el club profesional en el que más tiempo estuvo
—El Valencia es el club más sentimental, es dónde más tiempo he pasado y dónde han nacido mis dos hijas. Nuestra oficina (DV7 Group) está allí y voy mucho. Es junto con el Sporting de Gijón el más sentimental porque incluyo lo personal y lo familiar.
—Y por ese sentimiento, ¿cómo ha vivido el sufrimiento de esta temporada?
—Obviamente con tristeza. Un club como el Valencia no puede pelear por el descenso aunque yo lo viví también. En 2008 estuvimos muy cerca de irnos a Segunda, igual que este año. Como aficionado espero que se aprendan de los errores de esta temporada y no se vuelvan a repetir para no hacer sufrir a los aficionados.
—Su carrera la terminó en Australia y Estados Unidos. ¿Cómo fueron esos años?
—Estoy muy contento de esos años y es algo que recomendaría. No sería la persona que soy ni el futbolista que fui si esos cinco años que estuve fuera hubiera jugado en España. Hubiera tenido una carrera aquí pero no hubiera visto otras Ligas, otras culturas, otras formas de ver el fútbol. Ha sido enriquecedor, informa Efe.