«Saúl todavía puede conseguir más medallas en Tokio»
Deportes
Herminio Menéndez, pionero del piragüismo olímpico, confía en las cualidades de Craviotto a largo plazo. Cree que las autoridades deberían ver el rendimiento del dinero invertido en este deporte
20 Aug 2016. Actualizado a las 19:07 h.
Si hay alguien en Asturias que entienda lo que es una gesta en piragüismo en unos juegos olímpicos ese es Herminio Menéndez. Este candasín nacido en 1953 participó en cuatro ediciones, entre 1976 y 1980 y consiguió tres medallas, una en Montreal y dos en Moscú, una en K4 y dos en K2. Craviotto, con el éxito de Río, acaba de superarle y acumula cuatro. Menéndez cree que este titán de la pala «ha superado todas las expectativas» y ni siquiera ha tocado techo. Por su edad, mentalidad y físico está convencido de que Craviotto aún puede competir en Tokio dentro de cuatro años y ampliar su leyenda. «Puede conseguir más medallas en unos Juegos. Él se cuida muchísimo y eso es importante», explica. El único problema es el alto nivel de exigencia y el sacrificio personal y familiar que exige la alta competición. No obstante, sabe que lo que ya ha conseguido es el mejor escaparate para su deporte y que las autoridades deberían darse cuenta del alto rendimiento que tiene el dinero que se gasta en este deporte. «La inversión se recupera en forma de medallas», insiste.
Menéndez ha seguido toda la competición de Craviotto sentado delante de un micrófono, comentando las pruebas para la cadena Cope. Esto le ha obligado a ser más comedido pero no le ha restado emoción. «Lo que ha logrado es una gesta importantísima. Confiaba en la medalla en K2 200 metros, porque era la prueba que más había preparado. Pero en K1 ha sido más sorprendente», reconoce. La receta del éxito de Craviotto, un catalán de nacimiento que ha echado raíces en Asturias, es sencilla en su planteamiento y casi imposible en su ejecución. «Consiste en trabajar mucho, confiar en una mismo, contar con unas fantásticas condiciones para este deporte y ser muy concienzudo», resume Herminio Menéndez. También destaca que ha sabido rodearse de un buen equipo y del tándem perfecto que forma con su entrenador, Miguel García.
Asturias es parte de ese éxito. Desde la experiencia de este pionero del piragüismo, «entrenar en Trasona es como entrenar en casa». Ese centro de alto rendimiento, unida a la profesión de Policía de Craviotto, que le permite compaginar trabajo y deporte, son otros dos elementos fundamentales. «Todavía puede conseguir muchos más éxitos. Su principal dificultad para seguir será mental y no física. No porque ya haya conseguido las metas que se había fijado sino porque tiene familia y el sacrificio que exige es muy grande», argumenta Herminio Menéndez.
Las medallas de Craviotto le ayudan a rememorar las suyas. Entonces, hace cuatro décadas, todo era diferente. Los rivales eran lo deportistas que estaban detrás del telón de acero. «Ellos copaban el medallero. Ahora se ha demostrado que existía un doping de estado», precisa. Los piragüistas españoles no recibían ayudas ni tenían ninguna facilidad para compaginar el deporte con el trabajo. Se organizaban de forma casi artesanal. «Fuimos unos adelantados. Copiábamos de todos los países los mejores sistemas. Demostramos que en España había deportistas igual de buenos si contaban con los mismos medios que los campeones», explica. Eso se reiteró unos años después, en Barcelona 92.
Cuando Herminio Menéndez y sus compañeros se colgaron aquellas tres medallas en Montreal y Moscú, los tres metales representaban el 33% de todos los conseguidos en la historia del olimpismo por los españoles. Hoy son una gota en un mar de triunfos más grande, como el que ha logrado Craviotto.