La Voz de Asturias

El poder de una comunidad con 700 millones de voces

Cultura

Daniel Roig Redacción
JMariano Jabonero, secretario general de la OEI, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional, posa a su llegada este martes a Oviedo para la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias

El papel de la OEI se ve reforzado por la potencia cultural y económica emergente que suponen en el mundo actual los países de habla hispana y portuguesa

23 Oct 2024. Actualizado a las 05:00 h.

En plena guerra fría, Truman era elegido para un segundo mandato en EEUU, Stalin seguía atenazando la esfera soviética y en China cambiaba de era con Mao Zedong. Eran años muy turbulentos.

Mientras los bloques occidental y oriental se disputaban ferozmente el dominio del mundo de posguerra, surgía un nexo de unión y concordia en un universo diferente, cerca en muchos sentidos y muy lejos en otros: la comunidad iberoamericana. Un espacio que quería ser de construcción y avance frente a los enormes desafíos y desigualdades de los países que la componen.

Este contexto internacional propició, paradójicamente, la creación de múltiples organizaciones internacionales orientadas a la cooperación, entre ellas la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), concebida inicialmente como un espacio para fortalecer el intercambio educativo entre los países de Iberoamérica pero que, con el tiempo, amplió su alcance hacia la ciencia y la cultura. 

Esta organización que ha recibido el Premio Princesa de Asturias de Cooperación nació en 1949. Su intención es actuar como un puente para el entendimiento y la cooperación entre los países de habla hispana y portuguesa, y contribuir significativamente a la integración regional. 

En realidad, germinó bajo la denominación de Oficina de Educación Iberoamericana —como agencia internacional durante el primer Congreso Iberoamericano de Educación— celebrado en Madrid ese año. 

En 1954, en el II Congreso Iberoamericano de Educación de Quito se decidió transformar esa oficina en organismo intergubernamental, integrado por Estados soberanos, y con tal carácter se constituyó el 15 de marzo de 1957 en el III Congreso Iberoamericano? de Educación celebrado en Santo Domingo.

Las alianzas y la cooperación entre naciones jugaban, y juegan, un papel crucial para el desarrollo económico, social, cultural y educativo de las regiones. Este es el motor y leit motiv de una de las entidades que ha sido fundamental en la promoción de estos valores en Iberoamérica. 

Con el paso de las décadas, el papel de la organización fue adquiriendo mayor relevancia. Sus dirigentes entendieron que la educación no podía estar desligada de los ámbitos científico y cultural, por lo que incorporaron estos pilares a su estructura institucional.

Sede de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), el mayor organismo de cooperación multilateral entre países de habla española y portuguesa, que ha sido galardonada este miércoles con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2024SERGIO PEREZ | EFE

Hoy, la OEI cuenta con 23 países miembros que se encuentran tanto en América Latina como en Europa (España, Portugal y Andorra) con una población de casi 700 millones de personas, lo que la convierte en un verdadero foro para la cooperación entre las naciones de habla española y portuguesa en diversos frentes.

La entidad se organiza bajo una estructura institucional que facilita la toma de decisiones colectivas y la implementación de políticas de cooperación. En su funcionamiento interno, se apoya en varios órganos clave: asamblea general, consejo directivo, secretaría general y oficina nacionales

La primera de ellas, la asamblea general, es el órgano supremo y está compuesto por los representantes de todos los estados miembros. Se reúne cada cuatro años y tiene como objetivo principal definir las políticas y estrategias generales de la organización, así como aprobar los programas y presupuestos. La asamblea general representa el ámbito más alto de toma de decisiones dentro de la OEI.

En paralelo, compuesto por los ministros de Educación de los países miembros o sus representantes, el consejo directivo se reúne de manera más frecuente que la Asamblea y tiene la tarea de supervisar la ejecución de los programas acordados.

Un órgano es el responsable de la administración diaria de la OEI: la secretaría general. Está dirigida por un secretario general, que es elegido por la asamblea. Su función es ejecutar los programas aprobados por la esta y el consejo directivo, coordinar los equipos técnicos, y -no menos importante- gestionar los recursos financieros de la organización.

Por último, para asegurar la implementación eficaz de sus proyectos y actividades, la OEI cuenta con oficinas en la mayoría de los países miembros. Estas delegaciones actúan como el enlace directo entre la sede central y las autoridades locales, garantizando que las iniciativas se adapten a las necesidades específicas de cada país. 

Objetivos Estratégicos

La organización premiada este año tiene como misión principal la promoción de la educación, la ciencia y la cultura en los países iberoamericanos, con el fin de contribuir al desarrollo integral de sus sociedades. Para cumplir con esta misión, trabaja bajo una serie de objetivos estratégicos que se han adaptado a lo largo de los años, pero que en términos generales se pueden agrupar en las siguientes áreas clave:

Educación para Todos. Uno de los objetivos principales es lograr una educación inclusiva y de calidad en todos sus países miembros. A través de programas como el Programa Iberoamericano de Alfabetización y Educación Básica de Jóvenes y Adultos, la OEI ha trabajado para reducir los índices de analfabetismo en la región y garantizar el acceso a la educación en áreas rurales y marginadas. Además, se han impulsado programas de educación técnica y profesional que buscan preparar a los jóvenes para el mercado laboral del siglo XXI.

Un ejemplo de esto es la iniciativa Metas Educativas 2021, que se propuso mejorar la calidad y la equidad en los sistemas educativos de Iberoamérica para celebrar el bicentenario de las independencias latinoamericanas. El programa ha promovido la cooperación en políticas educativas, haciendo énfasis en la innovación pedagógica, la capacitación docente y la mejora de infraestructuras escolares.

Ciencia e Innovación. La ciencia y la tecnología son pilares fundamentales para el desarrollo de cualquier sociedad moderna. La OEI, consciente de esta realidad, ha promovido una serie de programas destinados a fomentar la investigación científica y la innovación tecnológica en Iberoamérica. 

Entre ellos destaca el Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED), que ha financiado numerosos proyectos científicos en áreas como biotecnología, energías renovables y salud pública.

El apoyo a la formación de investigadores y científicos también ha sido una prioridad para la OEI. A través de becas y programas de movilidad académica, la organización ha facilitado que investigadores iberoamericanos puedan acceder a redes internacionales de conocimiento, aumentando la capacidad de innovación en sus países de origen.

Cultura y Patrimonio. Iberoamérica es una región muy rica en diversidad cultural. La OEI trabaja para preservar y promover este patrimonio, intentando asegurarse de que las identidades locales y nacionales se mantengan vivas en un mundo globalizado. 

A través de programas de cooperación cultural, se fomenta el diálogo entre las culturas de los distintos países miembros y se apoya la creación artística.

La entidad también juega un papel importante en la protección del patrimonio inmaterial de los pueblos iberoamericanos, promoviendo la preservación de tradiciones, lenguas indígenas, y manifestaciones culturales que son esenciales para la identidad de las comunidades, uno de los objetivos coincidentes con los de la UNESCO.

Inclusión Social y Derechos Humanos. Además de sus esfuerzos en educación, ciencia y cultura, la OEI también desarrolla su labor en áreas relacionadas con la inclusión social y los derechos humanos. Su enfoque se centra en la creación de sociedades más justas y equitativas, con especial atención a las poblaciones vulnerables, como las mujeres, los niños, los pueblos indígenas y las personas con discapacidad.

Programas como el Plan Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos han buscado integrar la educación en derechos humanos en los currículos escolares, fomentando la conciencia cívica y el respeto por la diversidad desde una edad temprana. Asimismo, la OEI ha apoyado iniciativas para la igualdad de género y el apoyo a las mujeres en los países miembros.

Resultados tangibles

Desde su creación, la OEI ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo de los países iberoamericanos, con un impacto que se refleja en diversos ámbitos. Uno de los mayores logros de la OEI ha sido su capacidad para generar cooperación entre países con diferentes niveles de desarrollo. Esta colaboración ha permitido a naciones con menos recursos acceder a programas de capacitación, financiación y transferencia de tecnología.

La repercusión de la organización en la educación es particularmente notable. En América Latina, ha contribuido significativamente a la reducción del analfabetismo y al aumento de la cobertura educativa en los niveles primario y secundario. Los programas de formación docente y las iniciativas para mejorar la calidad educativa han sido claves para fortalecer los sistemas educativos de los países miembros.

En el ámbito científico, ha facilitado el intercambio de conocimientos entre investigadores de diferentes países y ha apoyado proyectos de investigación conjunta. Esto contribuye a que la región iberoamericana sea más competitiva en áreas clave como la biotecnología, la salud y la sostenibilidad ambiental.

En el ámbito cultural, también promueve el diálogo intercultural y ha apoyado la preservación del patrimonio cultural iberoamericano. Iniciativas como los Premios Iberoamericanos de Cultura han servido para dar visibilidad a artistas y creadores de la región, mientras que los programas de cooperación cultural han fortalecido los lazos entre los países de habla hispana y portuguesa.

Desafíos y Futuro

A pesar de sus logros, la OEI enfrenta una serie de desafíos en el siglo XXI que requieren una adaptación continua. Uno de los mayores retos es la desigualdad persistente en Iberoamérica. A pesar de los avances, aún existen grandes brechas en el acceso a la educación, la ciencia y la cultura entre los países y dentro de ellos. 

Desgraciadamente, y según el informe Educación inclusiva hoy: Iberoamérica en tiempos de pandemia (2021) realizado por ese organismo, «ningún país de Iberoamérica supera el 70 % de avance en inclusión educativa». Se trata de panorámica del estado de la educación en la región y cómo ha sido su evolución a partir de la incidencia de la pandemia de COVID-19 con datos de 22 países de la región aportados por los ministerios de educación. 

A la vista de esto, la OEI se propone continuar desarrollando programas que aborden estas desigualdades y promuevan una distribución más equitativa de los recursos.

Otro desafío clave es la transformación digital. Como en muchos otros países, la pandemia de COVID-19 evidenció la importancia de la tecnología en la educación y la necesidad de preparar a los sistemas educativos para el futuro. 

A la vista de esto, a finales del año pasado hizo un balance «con importantes resultados en su actividad cooperadora, respondiendo a desafíos regionales como el potenciamiento de la digitalización de los sistemas educativos en todos sus niveles, el fortalecimiento de la producción científica con sello iberoamericano o la consolidación de una ciudadanía cultural con mayor integración a través de la democracia y la igualdad», según señala en su página web.  

Asimismo, dice, el pasado año fue «de gran relevancia para el posicionamiento de la organización en el ecosistema de los organismos internacionales» al obtener el estatus de organismo observador de las Naciones Unidas y la reelección como representante de América Latina y el Caribe en el Comité Directivo de Alto Nivel para el Seguimiento de la Educación de la Unesco, así como con la firma en noviembre de un acuerdo de cooperación con el Mercosur.

Según el jurado del Premio Princesa de Cooperación, «en el horizonte internacional, la OEI representa un significativo puente en las relaciones entre Europa e Iberoamérica. Como organización decana de la cooperación iberoamericana, el jurado ha querido reconocer el trabajo realizado e impulsar su futuro desarrollo».

Una tarea en un mundo en el que la cultura e idiomas iberoamericanos juegan, cada vez más, un papel destacado y de futuro.


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