La Voz de Asturias

La joven artista que no entiende de límites: así es como cruza fronteras y une culturas de todo el mundo

Cultura

Esther Rodríguez Redacción

Esta cantante asturiana ha conseguido a sus 26 años redefinir la música global con sus enérgicas y vibrantes composiciones, cargadas además de muchas emociones. Acaba de publicar su primer álbum cuyas canciones no dejan indiferentes a nadie

09 Jul 2024. Actualizado a las 09:34 h.

Hay personas que nacen con un don especial. Estos individuos desde bien pequeños logran destacar en algo y a medida que pasa el tiempo van dominando a la perfección esa disciplina en la que ya de por sí son un sobresaliente. Un ejemplo de ello lo encontramos en Nerea Mafarki. Esta asturiana tan solo tenía un año y medio, no tenía ni siquiera uso de la razón, evidentemente, cuando comenzó a cantar por primera vez. Lo hacía tan bien que cualquier persona de su entorno sabía bien que la pequeña iba para artista. Y así fue. La joven siguió su destino y a día de hoy atraviesa fronteras con su música, uniendo de esta manera distintas culturas a través de este lenguaje universal.

«Siempre tuve bien claro que quería ser cantante, pero no fue hasta que cumplí los 17 años cuando empecé a dedicarme profesionalmente a ello», cuenta la joven. Después de un lustro perfeccionando la técnica de la mano de la profesora Ariane Valdivié, instructora de la Fundación de la Música Moderna de Avilés, Nerea decidió hacer las maletas y poner rumbo a la capital para poder dar rienda suelta a su talento. Una vez afincada en Madrid acudió a clases de técnica de teatro y también recibió formación sobre la importancia de la puesta en escena.

Y mientras que iba puliendo su talento, la joven avilesina comenzó a hacer sus pinitos. Empezó a trabajar con músicos de Ecuador y de Perú, para a continuación colaborar con artistas africanos, así como de otros puntos de nuestro planeta. Después de poner voz y aportar su toque personal a aquellas canciones compuestas por profesionales de todo el mundo Mafarki se dio cuenta de que era el momento de tener su propio álbum. «De unir sonidos de diferentes lugares y tradicionales con los sonidos que está más acostumbrado a escuchar el oído occidental» con el objeto de generar al mismo tiempo «un punto de encuentro» entre lo tradicional y lo moderno.

«Quería generar un disco con esa mezcla de culturas pero no tenía claro cómo hacerlo hasta que a finales de 2019 conocí a Bruno Travi. Gracias a él, en parte, he conseguido desarrollar todas esas ideas», dice la joven. Inspirándose en «toda la música» que ha escuchado y sirviéndose de sus experiencias personales, sus inquietudes y aquellas situaciones «de la vida, del mundo y de las personas» comenzó a principios de 2020 a componer sus propias canciones. «En ese momento algunas ya las tenía escritas porque me habían salido en momentos sin pensar», confiesa a sus 26 años.

Con esa dulce voz que tanto la caracteriza y la magia de sus improvisaciones, el piano y el latido de las percusiones étnicas, junto a la danza oriental, la joven fue dando vida a unas vibrantes melodías que no dejan indiferente a nadie. «Ese mismo verano empecé a grabar todas las composiciones del álbum y después ya nos metimos con los arreglos instrumentales. También tuvimos que grabar a aquellos músicos que han colaborado conmigo y eso tardó lo suyo. Como además me había cambiado un poquito la voz y sentía que podía quedar mejor volví a grabar algunas canciones», cuenta.

Un álbum multicultural en el que las historias se entretejen

Casi cuatro años más tarde su primer disco ve por primera vez la luz. Bautizado con el nombre de Kelintupuah con el propósito de que «cada persona que escuche el álbum pueda darle su propio significado a esa palabra». «Es el resultado de mi eterna búsqueda personal, para llegar a conocer mi propio ser interior y la propia esencia de la vida». «Es, también, mi deseo de honrar a todas las personas de diferentes países que me he encontrado en mi camino, que han compartido generosamente su mundo, su cultura y sus valores conmigo. Es un llamado a sentir verdaderamente la vida y descubrir lo que nos une a todas y a todos», explica

Disponible en todas las plataformas y a la venta a través de la propia página web de la artista asturiana, el nuevo sencillo de esta avilesina es un auténtico viaje de emociones. No hace tampoco falta moverse del sitio para tener la sensación de haber volado a otros puntos de nuestro planeta. «Hay algunas canciones que tienen muchos sonidos de Medio Oriente o del África Occidental, mientras que en otras mezclo los sonidos celtas con los de Armenia», señala la joven.

Y para hacer más originales si cabe sus composiciones Nerea combina el castellano con otros idiomas. «Se puede escuchar el persa, el árabe, el quechua, el armenio, el inglés, el urdu, el bengalí, el hebreo, el wolof, el griego, el egipcio antiguo y hasta he metido un poco de lengua asturiana», detalla. De esta manera y a través de letras de sus canciones intenta «transmitir mensajes positivos que sirvan para honrar la vida y para escuchar o conectar con nuestro interior y con los demás».

Pero mezclar sonidos de diferentes culturas y juntar diversos lenguajes no es una tarea sencilla. «Hay que abrir bastante la mente. Creo que es muy importante no solo conectarse a esos géneros a través de la música, sino también a través de las historias personales. A mí por ejemplo me ha ayudado mucho el conectar con las personas de corazón a corazón, escuchar sus historias, intentar aprender de sus culturas, y a través de eso he podido también descubrir que hay algunos patrones que sí que son comunes en muchos lugares», dice.

Darío Cavero

Además de cantante y compositora, Mafarki dirige desde hace un par de años Adouna, un coro étnico formado por personas de diferentes países y continentes. A través de esta agrupación la joven interpreta cantos de diferentes culturas del mundo, convirtiendo así la voz en el único medio para liberarse y conectar a las personas entre sí. «Este año hemos empezado a dar conciertos para asociaciones con fines sociales y estoy muy contenta porque es una experiencia muy bonita, la verdad, y multicultural que a mi realmente es lo que me gusta», cuenta.

Y si hablamos de futuro, a Nerea lo que más le gustaría es poder seguir dando conciertos por España y participar en aquellos festivales en los que la música del mundo sea la principal protagonista. Por el momento tiene programada una actuación este próximo domingo en Madrid y muy pronto celebrará Voces de la Tierra, un evento multicultural que ella misma está organizando y en el que hasta la fecha participa una cantante y compositora de Chile y otra de Palestina

Todo ello mientras sigue componiendo canciones «porque eso nunca se para de hacer», al mismo tiempo que se imagina ya cantando en una orquesta con músicos e instrumentos de diferentes países. «Me da igual si es tocando su música, la mía o combinando ambas pero es uno de mis sueños», confiesa inmersa por el momento en la presentación de su nuevo álbum. 


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