Un museo para este siglo (y los anteriores)
Cultura
La reforma del Bellas Artes pretende terminar de modernizarlo y ponerlo al nivel de las mejores pinacotecas españolas
10 Jan 2024. Actualizado a las 05:00 h.
El museo de Bellas Artes de Asturias seguirá el próximo año con el proyecto de reforma que persigue hacer de la pinacoteca una referencia en el panorama cultural del norte de España. Las obras, con un coste de más de 6 millones de euros (la mayor parte de financiación estatal), consistirán en la construcción de un nuevo edificio anexo al palacio de Velarde, en la calle Santa Ana de Oviedo, para albergar servicios comunes del equipamiento cultural y conectar los dos inmuebles ya existentes.
Los trabajos completan el proyecto diseñado por el arquitecto Patxi Mangado, cuya primera fase se inauguró en 2015. El nuevo inmueble contará con 1.838 metros cuadrados construidos que albergarán un salón de actos en la planta baja, el taller de restauración de obras en la primera, las oficinas y dependencias administrativas en el segundo piso y, finalmente, en la tercera planta, con vistas hacia la Catedral, la tienda del museo y la cafetería.
El edificio se concibe como una pieza intermedia que dará servicio a las dos partes esenciales del museo: por un lado, al palacio de Velarde, con el que se relacionará a distintos niveles mediante puentes creados al efecto, y por otro, a la primera ampliación, cuyos recorridos expositivos se verán prolongados y permitirán conectar con el salón de actos y la cafetería.
La idea es recuperar, en la medida de lo posible, la fachada del palacio de Velarde, tapada en su día con el añadido realizado en los años sesenta, que ocultó de manera casi íntegra la cara norte y que ahora se eliminará. El edificio dispondrá de itinerarios accesibles desde la entrada principal hasta los ascensores, preceptivamente señalizados, y todos los dispositivos de las zonas comunes (interruptores, pulsadores de alarma y dispositivos de intercomunicación) serán totalmente accesibles.
El edificio albergará un salón de actos en la planta baja, el taller de restauración de obras en la primera, las oficinas y dependencias administrativas en el segundo piso y, finalmente, en la tercera planta, con vistas hacia la catedral, la tienda del museo y la cafetería. El proyecto aprobado por el Consejo de Patrimonio ha sufrido variaciones respecto a su versión inicial para adaptarse a las necesidades que la apertura y funcionamiento de la primera ampliación ha revelado a lo largo de estos años.
La ampliación mantiene coherencia y continuidad en el uso de materiales respecto a la primera fase para su integración formal y la edificación se plantea con una estructura mixta de hormigón armado y hierro según las zonas. Los interiores serán neutros, con tabiques secos pintados de blanco, y los suelos de madera de roble en continuidad con el material utilizado en el edificio de la calle Rúa y las cubiertas, al igual que en el resto del conjunto, serán de zinc, mientras que las fachadas del inmueble, tanto la que da a la calle Santa Ana como la del patio posterior, se realizarán con piezas de piedra caliza de la región.
El edificio dispondrá de itinerarios accesibles desde la entrada principal hasta los ascensores, preceptivamente señalizados y todos los dispositivos de las zonas comunes (interruptores, pulsadores de alarma y dispositivos de intercomunicación) serán totalmente accesibles.