Una investigación aporta una nueva teoría del origen de las pinturas prerrománicas de Asturias
Bóveda
Un equipo de las universidades de A Coruña y Santiago apuntan a que las pinturas de Santa Eulalia de Bóveda de Lugo, del siglo VII fueron un precedente de la pintura prerrománica asturiana
24 Sep 2021. Actualizado a las 20:30 h.
Un equipo interdisciplinar de las universidades de A Coruña y Santiago de Compostela ha conseguido determinar, a través de una combinación de diferentes técnicas arqueológicas, geológicas y geocronológicas, las principales fases constructivas del templo tardorromano de Santa Eulalia de Bóveda, en Lugo, que cuenta con unas famosas pinturas en el aula subterránea que sostiene el edificio. Según los investigadores, esas pinturas son un prececente de la pintura prerrománica mural asturiana y fueron exportados a otros templos asturianos como los de la basílica de Santullano, del siglo IX, patrimonio de la Humanidad.
Las pinturas habrían sido realizadas en el siglo VII, durante el dominio germánico de Gallaecia y se convertirían así, a la luz de estas investigaciones, «en la más destacada muestra de la escasa pintura cristiana tardoantigua y altomedieval del noroeste peninsular» e incluso «puede ser un precedente de la pintura prerrománica mural asturiana». El estudio que ha coordinado la profesora de la USC Rebeca Blanco-Rotea apunta que saber que los famosos murales de aves y vides que se pueden ver en Bóveda se hiciesen entre los años 600 y 650 «demuestra que la idea de que con la llegada de los pueblos germánicos Gallaecia estuvo dominada por los bárbaros no es del todo cierta, no hubo siglos oscuros».
Blanca-Rotea señala que los motivos pictóricos de Bóveda fueron luego exportados a otros templos asturianos, como la basílica prerromana de Santullano, del siglo IX y que son una de las joyas del patrimonio histórico de Asturias. El estudio que ha coordinado la profesora de la USC Rebeca Blanco-Rotea ha ofrecido unas respuestas muy concretas: hubo un primer edificio romano, de la segunda mitad del siglo IV. Hubo una segunda fase en la primera mitad del siglo VII, cuando se hicieron las pinturas murales. Ya entre los siglos X y XI se reformó la bóveda alta para una tercera intervención. Y una cuarta en los siglos XVII y XVIII cuando se levantó encima la iglesia contemporánea. Según Blanca-Rotea el primer edificio, ya con la piscina aunque más grande, estaba semienterrado. En el siglo VII se reformó el interior y se hizo un edificio con tres naves. Y en la alta Edad Media se aumentó el volumen, con un acceso por la parte de arriba, diferente a la portada original que hoy conocemos.
Esa investigación ha permitido recopilar nuevos datos que obligan a reconsiderar la interpretación tradicional de este singular yacimiento, pero además de aportar algunas certezas, en realidad abre «nuevas incógnitas y preguntas alrededor de la construcción y reconstrucción» de Santa Eularia de Bóveda, según informan los promotores de esa investigación, que la califican como “pionera en Europa por su alcance”.
Según las nuevas dataciones, esa edificación, considerada por los investigadores como «una de las edificaciones más emblemáticas y enigmáticas del noroeste peninsular, tiene origen tardorromano, concretamente en el siglo IV, pero el edificio ha sufrido a partir del siglo VII importantes reformas que transforman su fisonomía».
Desde la segunda década del siglo XX, el templo de Santa Eulalia de Bóveda ha sido objeto de debate y de «todo tipo de interpretaciones históricas que intentaban explicar la singularidad y origen de un monumento único en el noroeste peninsular y con escasos paralelismos en Europa occidental», explican los autores de esta investigación.
La interpretación más extendida sobre su función es que se trata de un templo pagano, de época romana, posteriormente reconvertido al culto cristiano y, a partir de esa idea, se han explicado hasta ahora sus elementos decorativos, como los frescos interiores o los relieves de la entrada.
Asimismo, las dataciones también subrayan que Santa Eulalia de Bóveda cuenta con una importante fase de desarrollo altomedieval, porque la bóveda de la planta superior fue construida entre los siglos X y XI, en un momento de especial desarrollo económico y político del Reino de Galicia. De hecho, esta cronología coincide con otras dataciones obtenidas en varias iglesias altomedievales gallegas, apunta el estudio.
Posteriormente, se han producido otras reformas y acciones de mantenimiento del edificio. Los investigadores subrayan que, desde un punto de vista histórico, los resultados de este proyecto abren, en realidad, nuevas incógnitas y preguntas alrededor de la construcción y reconstrucción de Santa Eulalia de Bóveda y su relación con los poderes y la religiosidad de la primera Edad Media gallega