El sorprendente hallazgo que escondía el castillo de Gauzón

Los restos del castillo de Gauzón, en Castrillón, acaban de revelar un hallazgo sin precedentes: la aparición de un capitel perteneciente a la fase más tardía del prerrománico asturiano en el contexto de una fortaleza; una pieza escultórica excepcional, según acaban de dar a conocer los directores de la excavación arqueológica, Iván Muñíz y Alejandro García. «Es un capitel troncopiramidal labrado en piedra arenisca, con decoración de sogueado en el collarino y conserva el inicio del fuste. Se trata de una pieza característica del prerrománico asturiano que conocíamos muy bien, especialmente en edificios religiosos, pero en esta ocasión hablamos de un castillo, algo único en el panorama arqueológico hasta la fecha», han explicado los arqueólogos.

«El capitel apareció entre los derrumbes inmediatos a una de las dos torres que defendían la puerta de entrada, por ello, cabe suponer que en su día formó parte de los elementos arquitectónicos de aquella gran entrada monumental», explican los arqueólogos. La pieza vendría a «ratificar la enorme trascendencia simbólica» de la zona de la fortaleza donde fue hallada, «que se consideró como emblema del prestigio real».  «Por primera vez en la investigación del Reino de Asturias podemos conocer cómo eran aquellas puertas dotadas de todo esplendor», ha señalado los directores de la excavación.

Un yacimiento clave

El hallazgo se suma a la presencia de construcciones que no tienen paralelos y que están haciendo del castillo de Gauzón un yacimiento clave para estudiar los orígenes de la Edad Media y del Reino de Asturias. «Para entender en toda su magnitud la trascendencia del capitel hay que recordar que en el yacimiento también se han identificado habitaciones palatinas dotadas de baño, las dos grandes torres de la entrada, la muralla, materiales de lujo», ha indicado Iván Muñiz.

A los arqueólogos no les sorprendente que Alfonso III y Jimena, cuyo patrocinio en las obras parece importante, decidiesen mencionar el castillo en el reverso de la Cruz de la Victoria y que ésta se hiciese allí. Hay más castillos del Reino, pero Gauzón fue para los monarcas su fortaleza por antonomasia, la «Fortaleza» con mayúsculas, explican los arqueólogos. En aquellos trabajos se contrataron a los mejores artesanos del momento: «ahora sabemos que entre ellos figuraban los talleres áulicos que realizaban igualmente las decoraciones escultóricas de las iglesias».

«Esto abre nuevas perspectivas para entender otros ambientes cortesanos como las fortalezas, es un capitel único para un castillo único», han concluido los arqueólogos.