La pantalla contra el viento de Aboño, Premio Asturias de Arquitectura
Cultura
El proyecto de Abel Alonso y la ingeniera Bibiana García gana también el galardón Otras Arquitecturas, mientras que la rehabilitación de la Escuela de Comercio de Gijón recibe el nuevo premio de Edificación
05 Oct 2018. Actualizado a las 21:43 h.
La pantalla de protección contra el viento en la explanada de Aboño, realizada por el arquitecto Abel Alonso González y la ingeniera Bibiana García Orodiales, es la obra ganadora de la XXIV edición del Premio Asturias de Arquitectura que concede el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias (COAA). El jurado destaca de esta obra su «calidad paisajística y arquitectónica» y su «alto valor de investigación» como «fruto de una transferencia de conocimiento del campo académico al profesional, que resuelve de forma propositiva, eficaz y brillante, la complejidad de los problemas implicados en el encargo», según consta en el acta del premio. A esta edición se presentaron 23 obras de edificación, de las que 11 son viviendas unifamiliares, 2 edificios de vivienda colectiva, 4 edificios singulares y seis adecuaciones de locales. Del total, cinco son de promoción pública y 18 de promoción privada. Y en la categoría de otras arquitecturas las propuestas son muy heterogéneas: desde una tesis doctoral, proyecto fin de carrera, publicaciones, diseños de exposiciones ó diseño de producto, como por ejemplo un reloj.
Sobre la obra ganadora, el jurad formado por Elisa Valero Ramos, catedrática de la Escuela de Arquitectura de Granada; José Manuel Martínez, doctor y docente en la escuela de Arquitectura de Valladolid; Juan Moriyón, arquitecto ganador en cuatro ocasiones del Premio Asturias de Arquitectura; Sonia Puente Landázuri, decana de COAA y Marcos de Balbín Pacios, secretario del COAA, destacó que en ella «se aprecia el trabajo de un equipo pluridisciplinar que con una estrategia inteligente y sensible, ha construido una Arquitectura con mayúsculas, desde la sencillez y la atención a problemas reales que afectan a los ciudadanos».
Durante la recogida del Premio Asturias de Arquitectura el galardonado, Abel Alonso González, resaltó «más allá de la alegría» el hecho de que «en momentos de crisis, surgen las ideas, las propuestas innovadoras». «Los arquitectos hacemos más que casitas, podemos colaborar con otras profesiones, ofrecer un punto de vista que mejora las cosas», ha afirmado: «Con esta obra, hemos puesto nuestro granito de arena para lograr un entorno mejor». La obra ganadora del premio lo ha sido también de uno de los dos de nueva convocatoria: la categoría Otras Arquitecturas.
El otro premio de nuevo cuño es el de Edificación, que el jurado ha concedido a la rehabilitación del edificio de la antigua Escuela de Comercio de Gijón, de los arquitectos Javier Uría de la Fuente, María López Castro, Mónica Costales Rodríguez, Ramón Ruiz Fernández y Jorge Alonso Nicieza. El jurado reconoce en esta obra la gran calidad arquitectónica de una intervención que pone en valor un edificio de un arquitecto y un periodo significativo en la historia de la arquitectura asturiana y, a la vez, es capaz de conjugar el respeto a lo existente y la contemporaneidad de la intervención. Además, valoran positivamente la contención de recursos expresivos y coherencia y adecuación funcional de los espacios resultantes. El jurado concede dos accésit: a la vivienda unifamiliar aislada Cabaña Z, realizada José Ángel Vior Alonso, en Tapia de Casariego y la vivienda unifamiliar aislada en Pancar, de los arquitectos Ester Roldán y Victor Longo.
Además, el jurado ha concedido un accésit a la página web arquitecturadeasturias.com, de la que valora el importante trabajo realizado para dar a conocer la arquitectura asturiana a través de la red, poniendo a disposición de los usuarios un inventario de obras ordenado por autores, localización, y uso. Esta web es obra de Omar Rodríguez Mayo, Sara Agúndez Mosquera, Andrea Álvarez Guardado, Ana Gómez Fernández, Silvia Menéndez Riesgo, Luis Manuel Santalla Blanco, Rubén Ulloa Montes y Darío Vallina Rodrigo.
En el acto de entrega participaron Rosa Ana Menéndez Duarte, decana de la Facultad de Geología; Wenceslao López Martínez, alcalde de Oviedo; Marta Hernando Álvarez, vicerrectora de Recursos Materiales y Tecnológicos de la Universidad de Oviedo; Juan José Adolfo Fernández Pereiro, director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo del Gobierno del Principado de Asturias; Lluís Comerón Graupera, presidente del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España y Sonia Puente Landázuri, decana del COAA. En su intervención, la decana explicó que «la arquitectura da valor añadido al entorno y a la sociedad que la construye, pero no se produce por generación espontánea, responde a un contexto que lo permite».
En este sentido, añadió que «si queremos tener arquitectura, con el retorno en términos de cultura, prosperidad, y calidad de vida que conlleva, debemos reconstruir el marco profesional que lo facilite». «La precariedad, las prisas y la falta de confianza, convierten a la buena arquitectura en un milagro singular, casi heroico», dijo y añadió que «nosotros queremos que la arquitectura no sea un acto heroico, sino el resultado, emergente, de una sociedad sana e inteligente que sabe lo que quiere».
«En tiempos de escasez es cuando se vuelve a las esencias, es esta cualidad la que, desde el jurado se ha querido destacar, la arquitectura aplicada a resolver de manera inteligente problemas esenciales», explicó Puente Landázuri. que concluyó diciendo que «para pasar del concepto arquitectura como milagro heroico a esa que debe emerger desde la sociedad necesitamos, además, la ineludible complicidad de las administraciones públicas».