Axl Rose, la apuesta que todos perdimos
Fugas

El final de su historia parecía ya escrita: un rockero de éxito en los noventa a quien toda clase de excesos habían condenado al olvido. Pero ahora Axl tiene ante sí la posibilidad de ser el cantante de AC/DC y Guns N´ Roses. Ni más ni menos
16 Feb 2018. Actualizado a las 07:38 h.
Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que Axl Rose desapareció del mundo. No es solo que dejara de dar conciertos durante siete años; era simplemente que nadie quería saber de él. Había conseguido alejar de su lado a casi todos los miembros de Guns N’ Roses, los directos que ofrecía eran absolutamente imprevisibles y del gran cantante y frontman que fue solo quedaba el nombre. Hace diez años nadie hubiera puesto la mano en el fuego por Axl Rose, y mucho menos nadie podría pensar que ahora, en el 2018, no solo lograría traer de vuelta a los Guns N’ Roses a los estadios de todo el mundo, sino que también se subiría al carro de AC/DC como cantante oficial, según dictan los últimos rumores. Sin voz y con un aspecto físico impropio del cantante que arrasó con medio mundo durante los noventa, el comienzo del milenio para Rose parece ahora un mal sueño. Todo jugaba en su contra hasta el 2008, momento en el que después de la friolera de quince años los Guns N’ Roses sacan disco. El Chinese Democracy tenía todos los puntos para convertirse en el típico esperpento musical.
Decenas de retrasos, un sinfín de músicos entrando y saliendo, sin Slash, sin Duff, sin Izzy; más de 13 millones de dólares y... milagro. No fue un LP sobresaliente, pero pasó la nota de corte. Axl se dedicó a dar conciertos irregulares como ahora la Red permite comprobar. A veces había voz, a veces no. Sus antiguos compañeros gozaban del apoyo del público y sus proyectos, en mayor o menor medida, fueron bien recibidos. Por supuesto, en cada entrevista salía la pregunta de una posible reunión. «Not in this lifetime», dijo el estadounidense en el 2012. Puede que les suene, pues es como luego se llamó la gira que reunió a gran parte de los Guns N’ Roses originales y que aún hoy se mantiene viva y rompiendo taquillas. Demasiados billetes como decir que no. Justo tras anunciarse la reunión, como cabezas de cartel en Coachella, Rose es invitado a ocupar el puesto de Brian Johnson con AC/DC. El público enloqueció. Nadie entendía tal cosa, y menos cuando Axl se había mostrado como una sombra de lo que fuera. Cómo consiguió volver al redil, si con tratamiento, brujería o autocontrol es secreto; pero volvieron la entonación, el falsete y las ganas en su mejor versión desde hacía años. No eran el de los noventa, pero durante esa gira con AC/DC muchos tuvieron que asumir un hecho: Axl Rose estaba cumpliendo. Solo Angus Young queda como miembro original en la banda australiana. Uno a uno sus miembros han ido dejando el proyecto. Primero su hermano (ya finado) por demencia, luego Johnson por problemas de oído, Phil Rudd por problemas con la Justicia; y por último Cliff Williams, que dijo no sentirse cómodo ya.
Pero Angus parece convencido. Quiere disco nuevo, gira nueva y quiere a Axl como cantante. Del rechazo generalizado se ha pasado al cantante de dos de las bandas de rock con más tirón del planeta. De formar parte oficial de AC/DC, Axl se vería en una tesitura de vértigo. De Guns N’ Roses también se espera un disco, el paso final hacia la reconciliación de sus miembros; aunque de momento el mutis es total. Sería lógico, pero nadie quiere asegurarlo más allá de eso. ¿Podrá la garganta de Axl con dos giras mundiales? Tocará ser testigos de ello.