De la historia de la pintura a la pintura hecha historieta
Cultura
«El Arte en el cómic», una de las dos exposiciones dedicadas al «noveno arte» por la Semana Negra, muestra en el CCAI las conexiones entre lo pictórico y la viñeta a través de referencias y citas de renombrados historietistas
10 Jul 2016. Actualizado a las 19:24 h.
El trazo continuo que une la historia de la pintura con el cómic es tan visible como los propios lenguajes de ambas disciplinas. Y además, múltiple y mucho más complejo de lo que pudiera pensarse. Yendo a los orígenes mismos, son desarrollos diferentes a partir de una semilla común: imágenes que transmiten algo más que ellas mismas. Relatos, ideas, emociones. Hay mucho en común entre una narración gráfica en viñetas y un retablo donde se ha pintado un pasaje bíblico, la secuencia interna que une los símbolos en un cuadro o un grabado que retrata costumbres de su tiempo o las satiriza. Pero en El Arte en el cómic el nexo es aún más visible. La exposición que hoy se inaugura en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, producida por Fundación Telefónica e incluida en el programa de la XXIX Semana Negra, muestra el modo en el que un nutrido grupo de autores de cómic europeos -españoles y franceses en su mayor parte- incluyen en sus obras referencias explícitas a obras y autores de la historia de la pintura en general, reinterpretaciones de piezas de la Colección Telefónica en particular y una muestra de iniciativas museísticas como la del Louvre en torno al llamado «noveno arte».
Comisariada por Asier Mensuro -coautor junto a Luis Gasca del premiado estudio La pintura en el cómic- la exposición mostrará obras emblemáticas de la historia del arte a través de la visión de numerosos dibujantes de cómic, iniciativas de museos en torno al cómic y una iniciativa de Fundación Telefónica de reinterpretar parte de su colección artística en viñetas. La nómina es tan deslumbrante como los originales y reproducciones, bocetos, carteles y vídeos incluidos en la muestra. Históricos absolutos como Milo Manara, Enki Bilal, Bernard Yslaire conviven con otros autores más recientes y con una excelente representación española, desde los más clásicos del cómic nacional, hasta las promociones más recientes: Santiago García, Javier Olivares, Ana Galvañ, Mamen Moreu, Miguel Gallardo, Sergio Bleda, Paco Roca, Rubén Pellejero, Juan Díaz Canales, Enrique Ventura, Joan Boix, Fidel Martínez, Brais Rodríguez, Malagón o el propio director de contenidos de la SN, Ángel de la Calle, además de lumbreras de la historieta latinoamericana como Juan Giménez, Arthur Suydam, Jorge Zentner y Patricio Clarey.
Obras, maestros, contextos
En todos ellos rebotan, siempre con admiración y a veces también con un cierto matiz de subversión, algunas de las grandes referencias de la historia de la pintura, tratadas con mayor o menor distancia y libertad interpretativa. Obras emblemáticas de Goya, Rembrandt, Picasso, Van Gogh, Géricault, Leonardo, Dalí, y decenas de otros maestros. En otras ocasiones no son las obras sino los propios pintores los protagonistas, y a menudo también sus vidas, sus contextos personales o históricos, sus procesos creativos; hay relecturas, obras citadas literalmente dentro de las obras, otras distorsionadas o vueltas del revés, interpretaciones? pero, en todos los casos, una profunda admiración y una devoción que casi paraliza, como la del histórico autor español Luis García ante el Cristo de Velázquez.
El segundo gran bloque de la exposición está dedicado a recorrer los resultados de una iniciativa tomada en 2005 por Fabrice Douar, editor en el Louvre, y Sébastien Gnaedig, director editorial de Futuropolis, que se propusieron publicar una colección de cómics centrada en el museo y sus colecciones. Las firmas de algunos de los mejores autores de la poderosa escuela franco-belga y del cómic japonés realizaron sus aportaciones para el proyecto, del que surgió la exposición Le Louvre invite la bande dessinée. Además de trabajos pertenecientes a esta colectiva, El Arte en el cómic ofrece una muestra de la espectacular y personalísima visita a la pinacoteca parisina que apoyándose en fotografías de sus cuadros realizó Enki Bilal en Les Fantômes du Louvre, expuesta allí en 2012. El ejemplo cundió en otros museos como el D'Orsay y, en España, en el Thyssen. Estos mismos días, el IVAM valenciano expone obra de algunos de los autores de cómic que brillaron en la llamada Escuela de Valencia sobre todo durante la década de 1980.
De ese mismo impulso por conectar ambas disciplinas y darle toda su dignidad artística partió la iniciativa de Fundación Telefónica para encargar las versiones libres de algunas de las mejores piezas de su patrimonio a ilustradores e historietistas: Torres García, Picasso, Tàpies, Magritte, Blanchard, Matta, Gris o Delvaux son visitados por Javier Olivares y Santiago García, Mamen Moreu, Juan Berrio, Ana Galván, Tyto Alba, Teresa Valero...
De entre todas las delicias que reúne la exposición, Asier Mensuro confiesa especial debilidad por una de ellas en la que la épica romántica de La balsa de la Medusa de Géricault navega las aguas del underground español, poblada por algunos de los personajes más emblemáticos de El Víbora, su revista estandarte. La ilustración fue realizada como una especie de cadáver exquisito por los autores, enviándose mutuamente el original por correo convencional (eran aún los últimos 80), en un momento en que la supervivencia de la revista empezaba a pintar muy problemática y ellos mismos se vieron reflejados en los naúfragos de La Medusa. Una conexión entrañable entre extremos aparentemente dispares que refleja, por el contrario, la profundidad de los lazos familiares entre dos lenguajes visuales y dos formas de narrar basadas en lo que entra por los ojos.