Los árboles no dejan ver el bosque (ni la TV) en Soto de Luiña

Algo pasa con la recepción de la señal de televisión en la localidad de Soto de Luiña. Pasa, concretamente, que no se recibe o que llega de forma deficiente. Tanto es así que las quejas de los vecinos han llevado a la diputada del PP, Emma Ramos a plantear una pregunta parlamentaria ante el Ejecutivo para conocer los motivos de esta desconexión catódica que aflige a la localidad. Las causas, según la respuesta del Ejecutivo asturiano, son una historia que mezcla los mejores ingredientes de un mini drama, precisamente, televisivo en el que tienen su parte en la trama la orografía, el crecimiento del bosque y también (al menos, según la versión del Principado) una moraleja sobre avaricia que rompe el saco.

La respuesta del consejero de Empleo e Industria, Francisco Blanco, afirma que el origen de los problemas está en el centro de difusión de TDT que envía la señal a Soto de Luiña y se encuentra en Cudillero, que es propiedad de la empresa Retevisión I S.A.y con quien el Principado tiene contratada la obligación de difundir sólo la señal del canal autonómico. La de los canales estatales se produce «sin mediar obligación legal». Hasta 2010 no se presentaron las menores incidencias pero ese año comenzó la transición desde el sistema analógico y la señal se vio interrumpida por los árboles que crecen en el monte «por lo general eucalipto» en el que se encuentra la antena de Cudilero. Retevisión I planteó una tala de árboles que recibió, en un inicio, el visto bueno de los propietarios de las parcelas, las parroquias de Mumayor y Beiciella, pero la objección del guarda forestal «que mostró en todo momento su disconformidad».

Pasaron casi cinco años sin que se realizara ninguna actuación en este sentido hasta que tras recibirse nuevas quejas en 2005, Retevisión I solicita permiso de nuevo para hacer nuevas talas y el Principado indaga que parte de los árboles están en una parcela contigua y sus propietarios acceden que se corten «previa compensación económica razonable». Sin embargo sigue siendo necesario el permiso de tala también de los árboles que son de Mumayor y Beiciella y, en esta ocasión, las parroquias no quieren. Se niegan a pesar de que, siempre según la versión del Principado, la empresa les hace una oferta que no se puede rechazar: asumir el coste de talar los eucaliptos, pagárselos al doble de su precio de mercado y, además, regalar la madera a las parroquias para su venta. 

 Según el consejero, los vecinos afectados por la pérdida de cobertura son, en parte, «algunos de ellos» los mismos que «con pretensiones económicas desorbitadas están obstaculizando la tala de los árboles»; aunque no detalla la petición que las parroquias han hecho a la empresa. Visto el panorama, en el que los árboles no dejan ver el bosque ni tampoco la televisión, desde la Consejería aseguran que la única solución pasa por cambiar la señal para una emisión desde satélite (pero que «podría no resultar suficiente» y verse afectada los «días de viento por el movimiento de los árboles») o rescindir el contrato con Retevisión I que sean los propios vecinos los que instalen poor su cuenta en sus viviendas «los oportunos sistemas de recepción y decodificadores satélite».