La Voz de Asturias

Iván Ania, en su casa: el regreso al Carlos Tartiere de un ídolo del Real Oviedo

Azul Carbayón

Pablo Fernández Oviedo
Iván Ania, en un partido del Córdoba

La Voz de Asturias repasa con Mario Prieto, Jaime Álvarez y Héctor Nespral la trayectoria del técnico ovetense, ahora en el Córdoba. Este sábado, por primera vez en su carrera, Iván Ania se enfrenta al Real Oviedo

20 Dec 2024. Actualizado a las 10:29 h.

Más de 200 partidos oficiales -201, para ser exactos- con el primer equipo del Real Oviedo, con el que siendo canterano jugó en Primera, Segunda y Segunda B. Eso es Iván Ania (Oviedo, 1977), la persona que este sábado (16:15 horas) se sentará en el banquillo visitante del Carlos Tartiere. Eso es para el oviedismo, claro. Para el resto del fútbol español, Iván Ania es un entrenador que se ha curtido en la Tercera asturiana, que pasó por el filial del equipo de su vida y que después salió de su casa para labrarse una ya notable carrera en la que destacan dos ascensos a Segunda División con el Racing y el Córdoba. Este sábado, y como técnico del equipo cordobés, Iván Ania vuelve a casa. 

Rabanal, El Requexón y Hermanos Antuña

Fue en diciembre de 2011 cuando el Covadonga anunció que Iván Ania se convertía en su nuevo técnico. El ovetense, acompañado de César Martín, se estrenaba en los banquillos cogiendo las riendas del club ovetense, tan solo año y medio después de colgar las botas en el Real Oviedo. En aquel vestuario ya estaba Jaime Álvarez, exjugador azul y extécnico del Vetusta. «Por su forma de ser, en semanas el grupo ya era suyo. Esa siempre ha sido una de las claves, que se gana a los vestuarios en muy poco tiempo. Fomenta el buen ambiente y tiene una grandísima relación con el futbolista», comenta Jaime a LA VOZ DE ASTURIAS. Esa, la capacidad de gestionar grupos, es una cualidad que ha acompañado a Iván Ania en su trayectoria en los banquillos. 

En aquel Cova que llegó a disputar el playoff de ascenso a Segunda B también estaba Mario Prieto, que apuraba sus últimas gotas de fútbol antes de pasar a los banquillos. Mario, compañero generacional y amigo de Iván Ania, ya que ambos entraron en alevines a la cantera del Real Oviedo, estaba en el club azul cuando Iván aterrizó en la estructura de El Requexón en 2013. Junto a Pablo Gutiérrez -su todavía preparador físico, clave en su trayectoria- y Sergio Segura, Mario Prierto completó el cuerpo técnico de Iván Ania en el Vetusta, al que llegó con la temporada ya iniciada. «El club no estaba muy allá. Eran los primeros pasos de Carso, pagando muy poco y con mucha gente de la casa», explica Prieto, hasta hace ocho meses miembro de la secretaría técnica del Real Oviedo, a LA VOZ DE ASTURIAS. 

César Negredo y Pablo Gutiérrez, en el banquillo del CórdobaCórdoba Club de Fútbol

Uno de los jugadores importantes de aquel Vetusta era Héctor Nespral, futuro futbolista del primer equipo del Real Oviedo. «Desde el principio vi cosas que me sorprendían. Iván ya era una persona con mucho nombre en el mundo del fútbol, sobre todo en Oviedo, pero no se le caían los anillos por ser humilde. En la Tercera de aquella, Iván iba a grabar con su cámara los partidos, editaba los vídeos y nos los enseñaba. Y eso no lo podían decir muchos. Ahora vemos cuerpos técnicos de cuatro o cinco personas, con analistas y demás. Hace diez años en el Vetusta eso lo hacía Iván Ania», asegura Nespral a LA VOZ DE ASTURIAS. Iván Ania se curtió en sus primeros meses en El Requexón y, ya en el siguiente curso, el Vetusta volvió a ser, muchos años después, uno de los grandes equipos de la Tercera asturiana. «Era un fútbol muy enérgico, me encantaba. Teníamos la sensación de que podíamos ganar a cualquiera y eso en un filial te hace crecer muchísimo», dice Héctor. 

El propio Héctor, Allyson, David González o Adrián Llano eran los líderes de un Vetusta que jugó playoff y en el que ya asomaban Lucas Ahijado, Viti Rozada, Edu Cortina o Josín. «No teníamos un equipo para ser primeros, pero sí vi ese gen ganador que luego se vio el resto de su carrera. El Vetusta venía de hacer años malos, con muchas dificultades, y nos transmitió un hambre tremenda», desarrolla Héctor Nespral. Antes, en la segunda vuelta de la 13/14, José Carlos Granero fue despedido y para sorpresa de todos Joaquín del Olmo subió al primer equipo a Roberto Robles, técnico del juvenil A. «Fue duro e injusto. Lo normal era que el entrenador del filial tuviese la oportunidad de entrenar al primer equipo y nos cogió de sopetón. Ahí supimos que no teníamos mucho recorrido en aquel Real Oviedo», recuerda Mario Prieto. 

Mientras el Real Oviedo regresaba en Cádiz al fútbol profesional, el Vetusta de Iván Ania caía en un cruel playoff ante el Arenas de Getxo que entrenaba Jon Pérez Bolo. Como era de esperar, Ania salió de su casa y fichó por el Caudal con la clara misión de ascender a Segunda B. Y así lo hizo: el Caudal dominó la Tercera y después se mantuvo en la categoría de bronce. Y en esa plantilla, como ya pasó en el Covadonga, Jaime Álvarez fue clave. «Estuvimos como 11 jornadas sin encajar ni un gol y el día que encajamos fue una goleada que le metimos al Gijón Industrial con el campo hecho un barrizal. Ganamos 1-5 o 1-6, no recuerdo, y aquel día Iván se fue con un mosqueo tremendo. Eso te demuestra qué tipo de entrenador es», comenta Jaime. 

Bajar al barro para hacerse un nombre en los banquillos

Jaime Álvarez es tajante: «Iván ha ido evolucionando poco a poco, no le han regalado nada y sus méritos ahí están. Es un entrenador del que se habla por sus méritos, no porque nadie le haya regalado nada. Se ha ido ganando el respeto temporada tras temporada». Tras asentar al Caudal en Segunda B, Iván Ania cogió el petate y se fue hasta Villanueva de la Serena para dirigir al Villanovense. Mario Prieto no le pudo acompañar por motivos laborables, pero siempre estuvo cerca de su amigo. «Iván siempre ha sacado lo mejor de sus jugadores. Es nervio puro, pero tiene una capacidad tremenda para hacerse con el vestuario. Es justo, va de frente y no le puedes echar nada en cara. No vende motos y así es muy difícil que te vaya mal, porque no te engaña», dice Prieto. 

Aquel Villanovense, para sorpresa de todos, rozó el playoff a Segunda. Ese mismo verano de 2018, para sorpresa de nadie en el mundo del fútbol, el Real Racing llamó a la puerta de Iván Ania. Y a la primera, ascenso a Segunda. En El Sardinero no hubo paciencia en la 19/20 y a las 15 jornadas se puso punto final a la época de Ania en Santander, así que el ovetense volvió a empezar: tres cursos completos en el Algeciras que sirvieron para seguir creciendo. «Fue una putada que estuviese un par de años fuera de la rueda del fútbol profesional, porque lo merecía tanto por trabajo como por resultados», recuerda Mario Prieto. 

«Veo al Córdoba y veo un equipo reconocible, con mecanismos que Iván siempre quiso implantar. Es un tío que se merece estar donde está y estoy convencido de que acabará entrenando en Primera División. Su temporada pasada, compitiendo ante el Castellón y eliminando al Barça B, es tremenda», añade Jaime Álvarez, ahora técnico de la Gimnástica de Torrelavega. «Le veo crecer y me alegro muchísimo por él. Hemos mantenido la relación, también porque coincidimos en Primera RFEF y hablamos mucho de fútbol. Siendo un exjugador con 200 partidos en Primera División no le importó bajar al barro, irse a proyectos lejos de casa y aparentemente poco llamativos y labrarse su carrera. Eso nunca es fácil. Y su grupo de trabajo se fue con él a todos lados, algo que habla bien de Iván. Ha llegado a la élite, porque el fútbol profesional es la élite, a base de trabajo», desarrolla Héctor Nespral. 

La vuelta a casa de este sábado y la eterna pregunta

Mario Prieto no tiene dudas: «lo del sábado lo va a vivir con mucha emoción, seguro. Es oviedista y ovetense, esta es su casa». Por primera vez en su carrera en los banquillos, Iván Ania se enfrenta este sábado a su Real Oviedo. El Córdoba, su Córdoba, viene de ganar al Eibar, es el segundo mejor local de la categoría y todavía no ha perdido en El Arcángel. La pregunta es evidente: ¿entrenará Iván Ania al Real Oviedo? «No sé si pasará, pero ojalá pase. Reúne todos los condicionantes para que en un futuro se apueste por él», dice Jaime Álvarez. 

«Como oviedista y como aficionado a su forma de trabajar y al juego que realizan sus equipos, ojalá Iván entrene algún día al Real Oviedo. Encajaría muy bien en este club, estoy convencido de que su fútbol gustaría aquí», añade Héctor Nespral. «Es imposible que no le haya tocado ya, es que incluso sin lo que ha hecho como entrenador, solo por su pasado en el club y por estar en el filial, le tenía que haber tocado. Si ahora le añadimos la trayectoria que lleva, lo normal es que le toque alguna vez. Si no llega a ser de Oviedo igual habría sonado más todavía, ya sabemos cómo va esto», concluye Mario Prieto. Este sábado, un ídolo azul vuelve al Carlos Tartiere


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